Artículo original de Melissa Blake:«A message to TikTok parentes who use my face to make their kids cry»
“Eh, mira”. Me quedé impasible mientras leía el último de los mensajes que me llegaba diciéndome que había visto mi foto en TikTok, donde se estaba compartiendo de forma cruel. “¡Sorpresa!”
Me lo tomé a broma porque, evidentemente, no me sorprendió. Como mujer con discapacidad que soy, el hecho de que la gente me ridiculice y se ría de mi aspecto es la cosa más previsible de las redes sociales.
Nací con Síndrome de Freeman-Sheldon, una condición genética que afecta al desarrollo óseo y muscular, y también soy escritora freelance y activista de la discapacidad, lo que significa que parte de mi trabajo implica ser muy activa y visible en las redes. Y como mi aspecto es diferente, me han llamado de todo: desde repugnante a pez gota (blobfish), pasando por decir que deberían prohibirme publicar en redes.
Pensaba que ya lo había visto todo. Pero hace unas semanas descubrí que estaba volviendo a ocurrir, esta vez en TikTok y a través de algo denominado el reto del profesor nuevo. Es la última tendencia viral, que consiste en que los padres enseñen a sus hijos fotos de personas con discapacidad diciéndoles que es su nuevo profesor. Por supuesto, además graban la reacción del niño, que suele ser de espanto y bochorno. Y todo esto se hace por mera diversión.
Sin embargo, yo no me río, porque nada de esto tiene la menor gracia. Me asquea por completo.
Cuando hace poco la conferenciante y autora Lizzie Velasquez descubrió que una madre estaba utilizando una foto suya para grabar la reacción de horror de su hijo, fue a su cuenta de Instagram para condenar esta moda e instar a los padres a servir de mejor ejemplo para sus hijos.
“TikTok, necesito que me ayudes”, exponía. “Si eres un adulto con un pequeño ser humano en tu vida, por favor, no le enseñes que está bien tenerle miedo a alguien que no tiene el mismo aspecto que ellos. Por favor. Todo lo que estos niños y niñas deben aprender sobre empatía y amabilidad con el otro empieza en casa.”
Los adultos que creen que eso está bien, o peor… que es incluso gracioso, deberían ser conscientes de que no es así. No puede haber absolutamente ninguna justificación. Son ellos los que deberían enseñar a sus hijos lo dolorosas y crueles que resultan esas bromas, y no quienes se estén riendo a sus espaldas porque su hijo se espanta al ver a una persona con discapacidad. Vivimos en una sociedad donde las personas que tienen un aspecto “diferente” son vistas como feas y grotescas. Esos mensajes empiezan a enseñarse a edades muy tempranas. Pensad en cuantos villanos de Disney presentan algún tipo de deformidad.
Sin embargo, no puedo más que sentir pena por esos niños y niñas. Imagina a tu madre grabándote en un momento de vulnerabilidad, donde no puedes evitar echarte a llorar, y que lo comparta para que todo el mundo lo vea. ¿Cómo puede ser que humillar a tu hijo, o ver a otros niños pasando por lo mismo, resulte gracioso?
Esta broma de TikTok tan sólo ha puesto patente lo importante que es la representación de la discapacidad, especialmente teniendo en cuenta el hecho de que en Estados Unidos hay 61 millones de adultos con discapacidad (lo que significa uno de cada cuatro). Más allá de esto, necesitamos normalizar el ver a gente que no tiene el mismo aspecto que nosotros o que los miembros de nuestra familia. Tenemos que enseñar a las próximas generaciones que las diferencias deberían celebrarse, y no temerlas o reírnos de ellas.
“Debemos dejar de considerar que una cara distinta sea de por si algo malo o que provoque miedo, o que merezca convertirse en una tendencia esperpéntica y cruel en TikTok”, afirma la escritora Ariel Henley, que nació con el Síndrome de Crouzon y no es ajena a las palabras crueles que le lanzan a través de las redes. “Sueño con el día en que una cara como la mía sea tan normal que deje de ser un problema.”
Hasta ahora, TikTok no ha hecho demasiado por combatir ese odio en su espacio. Cuando la gente denuncia cuentas que han utilizado mis fotos para este reto, reciben una declaración afirmando que TikTok no ha encontrado nada que viole las normas de la plataforma. No sólo allí. Cuando he denunciado cuentas de Twitter por publicar fotos de un pez gota para mofarse de mí, han sido mayoría las veces en que Twitter me responde que tampoco se ha violado ninguna norma.
Quiero dejarlo bien claro: sí soy violada. Todas y cada una de esas veces. Cada foto, cada burla y cada palabra cruel es una clara violación de mi dignidad y de mi valor como ser humano. Y cada vez que estas plataformas deciden no emprender ningún tipo de acción, están enviando el mensaje de que este tipo de acoso está bien. Demasiadas personas con discapacidad nos hemos acostumbrado a ser motivo de mofa por nuestro aspecto. Y eso es algo a lo que no tendríamos que acostumbrarnos jamás.
Una de mis activistas de la discapacidad preferidas es Carly Findlay, una escritora australiana que nació con una rara y grave afección cutánea que hace que su aspecto facial sea diferente. No se cansa de combatir a la gente que se mofa de ella en las redes. Cuando Reddit enlazó su blog en 2013 y comenzó a recibir una avalancha de comentarios repletos de odio, ella revirtió la situación y lo utilizó para contestar a todas esas publicaciones de forma que sirvieran para concienciar a la gente sobre sus diferencias faciales.
“Esta actitud hizo que las respuestas, que en principio eran de odio y repulsa, se volvieran más empáticas”, comenta. “Mi autoestima se vio reforzada.”
Findley aspira a un futuro donde la gente joven crezca siendo “tolerante e inclusiva pero nunca temerosa”. Esta esperanza en un futuro más luminoso y menos capacitista es la razón por la que yo sigo siendo tan visible y locuaz en las redes sociales.
La escritora con discapacidad Karin Hitselberger también publica con frecuencia selfies en las redes en un intento de normalizar la discapacidad, que es “una hermosa parte de la diversidad natural de nuestro mundo.”
“Este nuevo reto de moda lo que enseña a la gente es a temer a las personas con discapacidad”, afirma. “Modas como ésta perpetúan una narrativa que nos muestra como menos humanos.”
Las personas con discapacidad no existen para que te rías de ellas. No somos objeto de mofa. Somos personas. Tengo la esperanza de que cada vez más gente, y también plataformas (TikTok, lo digo por ti), se unan a nuestra lucha. Os necesitamos a todos. Con o sin discapacidad.
Autora: Melissa Blake (So about what I said…)
Traduccción: Carmen Saavedra (Cappaces)
Hola, que bien lo expresaste.Yo estoy cansada de decir cuando recibo fotos de gente que se la sacaron sin permiso también, de gente que alomejor al agacharse se le.cae el pantalón por ejemplo…y resulta que yo en mi clínica pagando protección de datos solo por los datos de paciente. Que ilógico todo.
Repudio total, a esas personas que se mofan. No les enseñaron que » todo vuelve». Tienen una gran discapacidad moral. A mi humilde opinión son personas con complejos de inferioridad.
Tendrían que tratarse para no andar por la vida » divirtiéndose de la capacidad diferente del otro»..
Todos tenemos una discapacidad. Yo no puedo hacer senderismo en la sierra ,porque no tenho estabilidad. Apoyo a las personas con capacidad diferente.
Repudio total, a esas personas que se mofan. No les enseñaron que » todo vuelve». Tienen una gran discapacidad moral. A mi humilde opinión son personas con complejos de inferioridad.
Tendrían que tratarse para no andar por la vida » divirtiéndose de la capacidad diferente del otro»..
Todos tenemos una discapacidad. Yo no puedo hacer senderismo en la sierra ,porque no tenho estabilidad. Apoyo a las personas con capacidad diferente.
La humanidad es cruel, q buenas madres pueden ser si los valores q les transmiten a sus hijos es de desprecio para aquellos q no son igual a ellos, luego son adolescentes insensibles hasta capaces de hacer cosas terribles, los niños nacen sin maldad los adultos q los dorman son los q los convierten en seres miserables
Falta de conocimiento, utilizando lo que sea para obtener me gusta o comentarios. Les falta más visión, no ser tan pobre en querer sobresalir a costas de las personas. Si no tienen capacidad para poner una Red Social o página, póngase a trabajar y no vaguear.