Ocurrencias (2)

Segunda entrega de las antonadas nuestras de cada día.
 
Cuando yo voy, él ya ha llegado…
 

 

Lo más grande 😊

La declaración de amor más bonita de mi vida me la ha hecho esta mañana el enano al despertar:

– Mamá, tendrían que darte un premio por lo bien que lo haces todo

#elamordemivida

Lo mas grande

 

 

La mala educación

Unas amigas de Ladolescente se quedan a dormir. Antón desayuna con ellas. Más tarde me cuenta indignado:

«¿Sabes lo que dijo T.? que tu bizcocho tenía muy mala pinta. Hombre, que lo diga en su mente…»

#orgullofilialherido

Tirsa y bizcocho

La verdad es que parece que le haya salido un tumor al pobre del bizcocho

 

 

Sunday morriña

«Los domingos son un rollo… Bueno, son chulísimos pero al día siguiente es lunes» #AntónDixit

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¿Lo más grande? 😳

«Eres la mejor madre del mundo y te lo digo en serio, no como otras veces…»

#serácabrón

Lo mas grande?

 

 

Estudiando la Función de Reproducción

– Mamá, qué mal dibujas

“Mal” dice… Qué derroche de generosidad.

#elamorciega

FuncionReproduccion

Queda probado las risas que se echaban mis amigos jugando al Pictionary conmigo y que de ninguna manera podía ser yo responsable de las pintadas guarras de mi barrio.

 

 

Antón Bolt

Mamá, ¿qué es eso?

Un bicho

– Pero, qué bicho?

No sé… en Bilbao les llamábamos «cortapichas»

aaaahhhhhhhh

Qué velocidad alcanza el tío cuando está lo suficientemente motivado… 😳

cortapichas

 

 

Estilista

Antón sobre su hermana: «Guapa es un rato… pero lo mal que se viste»

#melocomoenterito

Estilista

 

 

Antón y las babas

¿Habíais visto alguna vez dar de comer a un perro con un tenedor?

Koty tenedor

 

 

Macho men

Declaración de principios de Antón durante el desayuno:

Yo tengo suerte de ser chico porque a mí chica no me gusta 

– ¿Y por qué no te gusta?

Por todo… por los pendientes, por las compresas, por los labios pintados, por el pelo largo, por los tacones, por la vulva, por donde se ponen las tetas…

Menuda retahíla me ha soltado…

Machomen

 

 

Señor, señor…

– Antón, que no se nos vaya a olvidar, me acaba de mandar un wasap el profe de percusión que esta semana no puede venir y no hay clase

– ¿Por qué?

– Porque tiene una prueba para un trabajo nuevo

Pone las manos en posición de oración:

– Señor, señor, por favor, que no le contraten

¿Será posible? Convive con unos padres ateos, no va a clase de religión y sólo pisa la iglesia en las bodas. Pienso una vez más en lo difícil que resulta educar a un niño en el agnosticismo, a pesar de las lamentaciones de la jerarquía eclesiástica sobre la “lacra de la laicidad que azota nuestra sociedad».

No hay manera…

Decido indagar hasta dónde llega la profundidad de su fé:

– ¿A qué señor le estás pidiendo?

– Pues al que le va a contratar…

Cuando yo voy, él ya ha llegado 😂

Señor Señor

 

 

Experiencia vital

Tema de Lengua que se ocupa de los diálogos teatrales.

Los deberes de Antón incluían hoy redactar la conversación entre una niña y su dentista.

Acabo de leerlo. Es un crack

Dialogo Teatral

 

 

Cuestión de suerte

Momento postcuento y presueño, el mejor ratito del día, ese donde me acuesto junto a Antón y aún puedo disfrutar de las caricias y las confidencias de mi niño (Ladolescente me está empezando a desterrar de su cama…).

En un rapto de amor le digo: «Gracias por ser mi hijo»

Respuesta de Antón: «No, que fue la vida…«

#nosécómonomelohecomidoya

Cuestion de suerte

 

Para quien no conozca las anteriores: 12 meses, 12 ocurrencias 
 
 
 

Ese más adelante

angustia por el futuro de hijos con discapacidad

©Charo Bañobre

Nací sin sentido de la orientación. No es que lo tenga poco desarrollado, atrofiado o sea torpe orientándome. Lo que intento decir es que carezco por completo de esta habilidad.

Ayer volvió a ocurrirme. Tenía que ir a recoger a Misanto a un lugar concreto en el que he estado cientos de veces pero al que nunca había accedido desde casa. Puede parecer increíble pero sólo sabía llegar si partía de otro punto, porque acabo memorizando los trayectos para no perderme. Empecé a trazar el recorrido en mi cabeza, desde la misma puerta del garaje. Una vez, dos, tres, veinte… No había manera. Llegaba un punto en ese camino mental en el que me colapsaba y me perdía. No importa las veces que volviera al punto de partida, me resultaba imposible completar el trayecto.

Al final, desistí y decidí llamar a ese rastreador nato con el que convivo para que me explicara cómo llegar, aún a sabiendas de la que me iba a caer. Llevo más de veinte años escuchándolo. Porque a ese ser, capaz de orientarse en la ciudad más caótica que pueda existir o atravesar a tientas el bosque más recóndito, no le cabe en la cabeza que la mía esté así diseñada. Yo tampoco entiendo cómo, a estas alturas de la vida, no haya por fin aceptado que soy así y que poca esperanza queda ya de que vaya a desarrollar esta facultad.

El caso es que hoy, reflexionando sobre esta incapacidad mía, me ha dado por pensar que ojalá me ocurriera lo mismo cuando proyecto el futuro de Antón y me lo imagino mañana, el mes que viene, con 12 años, con 18, con 35… Sería maravilloso que en esos momentos me ocurriese lo mismo que cuando intento trazar un recorrido en mi cabeza. Ojalá mi mente se colapsase y se estancara en unas semanas vista, en unos pocos meses y no proyectara imágenes de ese más adelante que me encogen el estómago y me oprimen el corazón.

Cross that bridge when you come to it. Ojalá pudiese materializar esta expresión a la que tanto se recurre en nuestra Familia Joubert. Que tantas veces utilizamos como respuesta cada vez que alguien comparte en voz alta una angustia que le asalta, un interrogante, una incerteza… Ojalá aprendiese a no anticipar todos esos puentes que amenazan nuestro camino y sólo me preocupara por cómo cruzarlos una vez que los tengamos delante.

Cross that bridge when you come to it

©Charo Bañobre