Cappaces cumple 10 años

No sé muy bien la fecha exacta en que nació Cappaces. A principios del año 2012 comencé a ver tutoriales y más tutoriales para aprender cómo diseñarlo y editarlo yo misma. Cuando la parte técnica estuvo lista, me senté a redactar las primeras entradas. A la primera le asigné una fecha anterior (17 de noviembre, cumpleaños de Antón), en homenaje al motor de este proyecto. Cuando ya llevaba publicadas lo que me parecía un número suficiente de posts (para que quien entrara allí encontrara un cierto contenido), elegí como fecha de lanzamiento y promoción oficial del blog el 15 de mayo, cumpleaños de mi padre que ha sido uno de los motores más importantes de mi vida. Así que es difícil establecer cuál es la fecha exacta del nacimiento de Cappaces. WordPress me dice que, oficialmente, es el 12 de enero de 2012, pero yo sé que no empezó a andar realmente hasta un tiempo después.

No tengo un número para la fecha precisa, pero sí para los años que cumple el blog y que son exactamente diez.

Cappaces guarda 375 entradas publicadas durante estos diez años (376 con esta). Algunas las escribiría exactamente igual a día de hoy. Sin embargo, releo otras que me muestran que me he convertido en otra persona en muchos aspectos. Me resulta extraño, porque ya era una adulta más que formada y madura cuando empecé este proyecto. Pero quizás no resulte tan sorprendente, porque este camino en el que me introdujo mi hijo hace 17 años me hace repensarme casi cada día.

El caso es que llevo tiempo pensando que quizás merezca la pena recoger algunas de esas casi cuatrocientas entradas en un libro, y me gustaría lanzaros una pregunta para saber cuáles merecería la pena conservar en unas páginas impresas. Me gustaría que me indicaseis cuál es el primer texto de Cappaces que os viene a la cabeza. Sin pensarlo mucho y por la razón que sea. Si incluís el motivo, os lo agradeceré todavía más.

Foto en blanco y negro de una madre y su hijo meciéndose en un columpio nido. El niño tiene unos 7-8 años y está tumbado sobre su madre, que lo abraza y protege con sus brazos. Llevan ropa de invierno. Están tumbados de frente y el sol les da de lleno en el rostro. El niño tiene la cabeza girada hacia su izquierda y los ojos cerrados para protegerse y la madre se intuye que también, aunque lleva gafas de sol.

Ilustro esta petición con una imagen que tiene un especial significado para mí. Marca el comienzo de mi sensación de desamparo y deriva. Y sobre todo de soledad en un entorno que hasta aquel momento de mi vida había sentido siempre cercano. La necesidad de introducir pequeños esfuerzos para hacerle sitio a Antón empezó a apartar a mucha gente de nuestras vidas. Recuerdo ese día concreto, el día del columpio, estar sobrecogida por ese pensamiento y por la sensación de sentirme completa y absolutamente sola. De sentir que ya sólo tenía a mi familia, que sé que es mucho pero nunca suficiente para la persona ultrasociable que yo era.

En nuestra familia siempre soy yo quien hace la inmensa mayoría de las fotos que tenemos, y es por eso que hay muy pocas en las que yo aparezca. Así que resulta increíble que este preciso momento quedase recogido. No sé si fue casual, o que transmitíamos algo en ese momento que hizo que mi marido dejase de mecernos para sacar el teléfono y disparar la cámara. El caso es que cuando la vi, sentí que resultaba imposible plasmar mejor la sensación que yo sentía en aquel momento de mi vida de que mi hijo y yo íbamos solos y a la deriva. Como náufragos. Y Cappaces se convirtió en nuestro bote salvavidas. 

Independientemente de si ese libro se hace realidad o no, me gustaría saber si han tenido algún sentido todas las palabras que he estado lanzando durante los últimos diez años. Os leo. Gracias ❤️ 

Comments

  1. Uno que habla de las palabras. De cómo nombramos la discapacidad. El día que lo leí flipé. Y lo he reenviado un montón de veces a diferentes personas. Hace tiempo que no lo leo. Y ahora mismo no lo encuentro para decirte el título, pero seguro que sabes de qué hablas.
    Y otro, sobre la Semana Santa… Me encantó.
    Biquiños

  2. Nuria Montero says:

    He conocido tu blog desde hace poco más de un año y me he sentido tan conectada con todo lo que has escrito que siempre termino con lágrimas en los ojos sintiendo y compartiendo esas reflexiones. Creo que podría llegar a más personas en formato libro y ser de gran ayuda, un no sentirse solo en estos duros caminos que nos han tocado. Gracias

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