Por un Camino de Santiago ACCESIBLE

Un grupo de personas usuarias de silla de ruedas está estos días recorriendo el Camino de Santiago con el objetivo de reivindicar la accesibilidad de una ruta que desde hace cientos de años ha venido conectando a la humanidad, pero que sigue sin ser transitable para una parte de ella.

El propio destino del Camino, Santiago de Compostela, es una de las ciudades más maravillosas que existen en el mundo, pero una auténtica pesadilla para quien no pueda desplazarse con las piernas. A muchos nos emocionó el reciente discurso de investidura de su nueva alcaldesa, Goretti Sanmartín, al manifestar que una de las prioridades de su gobierno sería la accesibilidad de la ciudad. 

Pareciera que para el colectivo de personas nombradas por la discapacidad las únicas reinvindicaciones aceptables deben ser cuestiones relacionadas con la salud y, como mucho, con la educación. Sin embargo, poder estar en un concierto de Tanxugueiras o realizar el Camino de Santiago sin jugarse la vida, también son reivindicaciones importantes. Porque suponen poder estar en la sociedad que es la única forma de pertenecer realmente a ella.

Escribo este post para animar a todas las personas que puedan, a acudir mañana a la Praza do Obradoiro para recibir a este grupo y reivindicar así un Camino de Santiago en el que quepa toda la Humanidad. Toda.

🗓 Jueves, 7 de septiembre

📍 Praza do Obradoiro

⏰ 12:30 aprox.

Gracias infinitas a Dabiz Riaño por hacerlo posible, por tejer redes humanas humanas increíbles por donde quiera que va y por no conformarse con el rincón minúsculo, oscuro e insignificante donde se empeñan en relegarle.

Gracias también a las fuerzas de seguridad, por ser fuerza y seguridad de verdad para este grupo. 

Y, sobre todo, gracias a la vida por ponerme en este camino que casi siempre es tan difícil, pero que tiene momentos y personas tan tan tan maravillosos ❤️ 

Sobre el derecho al voto de las personas nombradas por la discapacidad

— Hola. Perdona que te moleste. Quería pedirte consejo y ayuda. Por favor.

Mi hija A. cumple 18 añazos ya. Tiene reconocido un 68% de discapacidad intelectual. La cuestión es que no tengo muy claro si puede votar o no. Y qué sería lo más ético a la hora de hacerlo. No sé si podrás ayudarme al respecto. Igualmente. Gracias ❤️ 

— Uf… No me atrevería a dar un consejo así a nadie y más todavía sin conocerla. Yo creo que debes seguir tu instinto y hacer lo que tú y ella queráis.

Sobre el tema legal, creo que afortunadamente se acaba de cambiar la legislación y ya no es un impedimento para votar.

Sobre las dudas éticas, sólo tienes que pensar en cómo vota muchísima gente, personas con toda su funcionalidad perfecta, y seguro que disipas esas dudas.

Habla con tu hija sobre las opciones y oriéntala, como hacemos todos los padres y madres, y ayúdale a decidir qué opción política puede contribuir mejor a que se respeten sus derechos. Porque lo que se decida en las urnas va a influir en su vida y, a la hora de votar, casi nadie piensa en tu hija ni el mío.

Creo que te estoy diciendo que por supuesto que sí, que vote 😂 

— Mi marido dice que, al igual que soy su representante legal, que mirando por sus intereses vea la mejor opción para que se respeten y defiendan sus derechos.

— Exacto.

¿Cuánta gente vota en contra de sus intereses?

Y hay que tener claro que hay opciones políticas que machacan a las personas como A. y Antón.

— Vale, lo de votar tengo claro que debe hacerlo, pero la cuestión ética iba más por si la influyo con mis ideas.

— Todos los padres y madres influimos con nuestras ideas. O porque las asumen o porque buscan la contraria 😂  

— 😂 😂 😂 

Claro, pensándolo bien, también lo hago con la pequeña, hablándole de feminismo, etc.

— Exacto, haces lo mismo que con tu otra hija. Lo mismito.

¿O te crees tú que Antón contempla votar a ciertas opciones políticas? 

El pobre también está agobiado por la responsabilidad de votar y dice que tiene miedo a equivocarse. Y yo le digo que ojalá toda esa gente que vota con el culo tuviera una mínima parte del sentido de la responsabilidad que tiene él.

— Sí, eso mismito pienso yo de mucha gente.

Muchísimas gracias por tu tiempo y tus palabras.

— Abrazo enorme para las dos ❤️ 

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En esta jornada de reflexión quería compartir la que hemos tenido estas dos madres.

Conozco a muchas familias a quienes no les parece ético que sus hijos e hijas ejerzan su derecho al voto. Y yo me pregunto, ¿cuántas de las personas no nombradas por la discapacidad que van a votar mañana, lo van a hacer pensando en la vulneración sistemática de derechos de las personas en situación de discapacidad?

Imagen de un amanecer con el sol asomando en el horizonte sobre el mar

La foto no tiene nada que ver, pero refleja mi esperanza de que mañana amanecerá un día en el que vamos a ser lo suficientemente sensatos, responsables y solidarios, como para no utilizar un derecho que ha costado hasta la vida de quienes nos han precedido, para regresar a un lugar oscuro y terrorífico, que abomina de la diferencia y del diferente.

Suerte para todxs 🍀

Día de la Independencia Radikaldesadaptada

Hoy se cumplen dos años de nuestro particular 4 de julio. Los árboles del Retiro cobijaron a una panda de Radikales Desadaptados que se juntaron para reflexionar sobre las causas de la opresión ejercida sobre sus hijos e hijas, hermanos o alumnado y tratar de encontrar una vía para que el mundo les devuelva la humanidad que se les robó nada más nacer.

Aquel encuentro forma parte del documental “Educación inclusiva. Quererla es crearla”. Una película que nos ha proporcionado enormes alegrías y que ha generado gran esperanza e ilusión. Su proyección por todo el mundo de habla hispana ha propiciado encuentros entre personas que tratan de transformar el sistema educativo. Resistentes y disidentes que saben que sólo transformando la escuela, será posible construir una sociedad donde tengan cabida todas las personas.

Cartel oficial del documental "Educación inclusiva. Quererla es crearla" ilustrada por una imagen del encuentro en el Retiro que describe el post.

El documental se sigue moviendo. Si te interesa solicitarlo para proyectarlo en tu escuela, instituto, facultad, AMPA, ayuntamiento, biblioteca, centro cultural, club de lectura, ONG, fundación, cooperativa, club, asociación vecinal, cultural, deportiva, medioambiental… puedes solicitarlo a través del siguiente formulario: ORGANIZA TU PROYECCIÓN

 

Comparto aquí mi particular making-of de aquel día 😊

Indira ya no es invisible

En el anterior post, compartía el Diario de Antón del viaje a Chicago para participar en el Congreso AERA 2023.

Detrás de una cortina y a contra luz se observa la silueta de tres personas sentadas en el suelo.

Ésta de aquí no es la imagen más bonita de la ciudad ni del congreso. Pero sí la que mejor describe lo vivido: Ana y Antón consuelan a Indira, que se ha refugiado en un rincón para asumir su tristeza por todo lo que se acaba.

Se acaba la escucha, el reconocimiento, la dignidad, el acompañamiento… para regresar a la indiferencia, el desprecio y la soledad.

Sin embargo, una vez de regreso a casa, Indira nos compartió un texto sobre todo lo vivido y sus palabras dieron la vuelta a todas esas circunstancias que yo anticipaba.

Me ha dado su permiso para publicarlo aquí 😊 

Hoy hago yo la publicación, soy Indira.

Quiero contaros lo genial que ha estado el viaje a Chicago.

Lo más bonito que me ha pasado es que he estado con mis hermanillos, que son mis amigos y les quiero muchísimo: Malena, Darío, Antón, [nombre]. También con Alejandra y con Álvaro, que son muy majos y muy graciosos.

Me lo he pasado genial con ellos y también con los mayores, que les quiero muchísimo también: Nacho, Luz, Carmen, [nombre], Ana, Floren y Teresa.

Con [nombre] me he reído mucho porque somos los dos muy vacilones y es de traca. Con Antón, que le quiero mogollón, lo he pasado genial y además va a ser presidente de los Indilovers 👏🏽 👏🏽 👏🏽

Malena es mi hermanilla y siempre me anima, le quiero hasta la luna. Y Darío es muy majo y muy buen amigo, y siempre me ayuda sin que se lo pida. Con Alejandra he jugado y Álvaro es muy gracioso.

Los mayores se han portado genial y nos hemos reído mucho todos juntos, haciendo videos de Indilovers, teatro, bailes en la calle, en el metro. Son muy graciosos todos. Con Luz me lo paso genial y además le engañé para tomar algo el primer día, le quiero mil. Y con ama como siempre, que es mi amor para toda la vida.

Al principio me daba vergüenza hablar en inglés, pero todos me han ayudado y al final ya no me daba vergüenza porque estaba con mis amigos.

También iba buscando gente para hablar en inglés y hemos explicado genial nuestro trabajo.

Los rascacielos son alucinantes y me daba miedo acercarme a la ventana del hotel pero lo conseguí, y ya no tengo miedo de eso ni de hablar cuando hay mucha gente.

Lo peor ha sido despedirme de mis amigos, y he hecho dos dramas, porque me ponía muy triste porque no me quiero separar de ellos nunca porque son los mejores amigos del mundo y les quiero mucho y les echo muchísimo de menos.

En Madrid estaba triste porque me separaba de [nombre] y [nombre], pero no hice otro drama porque estaba muy cansada y ya me dormía.

Además ya lo tengo claro y he pensado que voy aser youtuber.

En Vitoria, en el BEI, estaba una chavala de mi clase y no me dijo nada. Pero no me importa porque no soy invisible y mis amigos sí que me ven.

Chicago es muy bonito y me lo he pasado muy bien y no quería que se acabe nunca.

Os quiero a todos mucho y quiero veros ya.

 

 

Recuadro con fondo rosa donde aparece escrito con letras grises: " Aunque me echen del sistema, del activismo no me pueden echar. Y yo siempre voy a ser activista” (Indira)

Estudiantes por la Inclusión (EXI) en el Congreso AERA 2023 en Chicago

El pasado 11 de abril emprendimos un viaje que nos llevó al otro lado del océano. Llevábamos las maletas cargadas de ropa de abrigo (que resultó inútil en un Chicago asfixiante) y mucha ilusión (que logramos renovar, contagiar y multiplicar).

El grupo de Estudiantes por la Inclusión (EXI) participó en el congreso de investigación educativa más importante del mundo. Chicos y chicas ignorados, excluidos y maltratados por el sistema educativo, que allí fueron escuchados por algunos de los investigadores más reconocidos por ese mismo sistema. Un sinsentido que ojalá algún día sea objeto de estudio.

Este es el diario del Congreso AERA 2023 de uno de esos chicos. Antón Fontao nos relata la emoción, la ilusión y la esperanza vividas aquellos días por quienes tuvimos la enorme suerte de acompañarles. En el congreso y en la vida.

Un grupo de personas aparece de espaldas sobre un puente de Chicago mirando hacia arriba rodeados de rascacielos

 

UN CHICAGO INCLUSIVO

(por Antón Fontao)

DÍA 1 EN CHICAGO (miércoles)

Después de estar viajando durante muchísimas horas, me levanté a las 5 de la mañana. Estoy tan acostumbrado aún al horario de allí, pero bueno, dormí ocho horas.

Nada más ducharme y vestirme bajé a donde están las cafeterías y las mesas para sentarse (que el hotel es inmenso, y yo al entrar ya dije que esto parecía un centro comercial). Mi madre bajó unos minutos después con otro compañero, y nos fuimos por los subsuelos del hotel en busca de algo para desayunar. Dimos bastantes vueltas, nos encontramos a José, el conserje, que era mejicano, así que muy bien. Hasta que llegamos a una cafetería donde compramos unos donuts, pero subimos a comerlos con el resto en donde estaban todas las mesas acompañado de un café, que tanto el donut como el café estaban muy buenos. Estuvimos un buen rato hablando hasta que estuvimos todos y entonces nos fuimos. Al salir José estaba allí y se despidió de nosotros. Me pareció muy majo.

Anduvimos, anduvimos, hasta llegar a la “Alubia”, donde ya había estado otra vez que vine a Chicago, que es como una estatua de metal con forma de alubia y se ve todo reflejado.

Después fuimos a las fuentes, donde también había estado, que hay como dos pantallas en las que se ve la cara de dos personas y de sus bocas sale una fuente. Solo que las fuentes estaban apagadas hoy. Esto lo diseñó un catalán.

Durante los siguientes minutos no paramos de caminar, hasta que nos fuimos a un sitio a comer. De primeras íbamos a ir a un italiano, pero como no había sitio nos fuimos a una hamburguesería… mejor no me preguntéis qué tal.

Al acabar de comer seguimos andando, hasta que en un banco Indira empezó a hacer un número musical, y el resto lo valoramos, como en “Got talent”. Le siguió otro número musical mío y de Malena bailando la canción “I’m still standing”. Después nos valoraron, y me hizo mucha gracia porque Nacho se puso las gafas de sol e imitó a Risto Mejide todo serio. Al acabar nuestra actuación, la que hacía de presentadora me pasó el testigo y acabé haciendo yo de presentador. Después hubo una última actuación de Indira y Noemí. La verdad es que me reí mucho en ese “Got talent” que hicimos allí en medio de Chicago.

Después seguimos y seguimos andando hasta que algunos nos fuimos a cenar al “Nando’s”, una cadena por lo visto portuguesa. Tengo que decir que fueron bastante bordes y al camarero se le veía desganado. Estábamos todos ya agotados, pero no sé qué pasó que fue empezar a hablar de un tema, nos empezamos a reír un montón, y seguimos haciéndolo hablando del ASMR, que a Luz y a mí nos relaja, y hay otras personas que les da mucha grima. Ya dije yo al salir del restaurante, que a lo tonto a lo tonto nos habíamos reído un montón. A todo esto yo pedí pollo que venía con un puré de patatas, y estaba bueno. Y Luz y mi madre se pidieron como una especie de burrito, que ya me quedó claro por las lágrimas y por el picor en los labios de Luz, que picaba la hostia. Nos reímos mucho también porque en la mesa de al lado le trajeron la guarnición después de que la señora de esa mesa ya se había marchado. Luz acabó probándola para quitarse el sabor del picante pero como estaba malo la volvió a dejar en la otra mesa.

Y hasta aquí el resumen del primer día.

DÍA 2 EN CHICAGO (jueves)

Por la mañana bajé a la primera planta a las mesas a las que íbamos todos los días a desayunar, y en una estaba sentada Luz con su portátil y con una caja de donuts del “Dunkin”, que el día anterior los habíamos probado y estaban buenísimos. Luz estaba preparando la presentación que tenía que hacer para el sábado. Luego fueron apareciendo los demás. De lo bueno que estaban los donuts, mis ojos se escaparon a la caja para ver si sobraba alguno, pero no porque quedaba uno y era para el compañero que faltaba por desayunar, y Luz me pilló mirando la caja. Después vinieron Nacho, Malena, Darío y Ana. Nacho tenía una conferencia con Mel Ainscow, que hasta ese momento no tenía ni idea de quién era, y después al saber que era alguien muy famoso en todo este mundillo de la inclusión me dio bastante vergüenza no saber de su existencia. Cuando acabaron fue cuando Nacho nos presentó a Mel.

Después mi madre y yo fuimos a hacer cola para que nos dieran nuestras acreditaciones. Iban a tardar un poquito en dárnoslas, así que nos fuimos con el resto. Una vez que nos las dieron, mi madre vino a sacarme fotos en el cartel con la acreditación puesta, y como lo llama Luz: “el postureo”.

Pasamos un buen rato allí sentados hasta que Malena, mi madre, Alejandra y yo fuimos a reservar mesa en el “Giordano’s”. No se podía reservar, pero la que estaba en la entrada hablaba español y nos dejó hacerla. Estuvimos otro buen rato esperando allí y cuando vinieron todos, vino una camarera que también hablaba español que se notaba que estaba bastante afónica y nos sentó en dos mesas. Comimos la típica pizza de allí.

Al acabar nos fuimos porque a las cuatro teníamos la presentación, que resultó ser en un rascacielos impresionante. Una vez allí una mujer nos soltó un rollo, bueno para nosotros un rollo por culpa del inglés. Fue la primera reunión de los grupos de estudiantes investigadores de secundaria que nos reunimos en el Congreso de la AERA. Éramos trece grupos: diez de Estados Unidos, dos de Canadá y el nuestro de España. Cada grupo se sentaba en una mesa redonda, se presentaba cada persona del grupo y contaban resumido de qué iba su proyecto. Nosotros también tuvimos que presentarnos y en inglés!

Después volvimos al mismo hotel en el que estábamos alojados parte de nuestro grupo porque la sesión de pósters era allí. Probamos el proyector y Nacho nos estuvo explicando  un poco lo que teníamos que contar al día siguiente, Y lo último que hicimos allí fue ir a que el grupo de San Antonio, que la mayoría hablaban español, nos contasen un poco de qué iba su proyecto.

Hubo un descanso y Malena y yo estuvimos hablando con una de las chicas de ese grupo  que se llamaba Araceli y que me pareció muy maja.

Luego fuimos a la ceremonia de inauguración que había, y como el sitio estaba lleno, nos sentamos en el suelo pero no nos dejaron, hasta que unos que estaban organizándolo trajeron más sillas y nos pudimos quedar. Hablaron dos mujeres, la primera era una de las personas del AERA, y la segunda era una indígena que por lo que me fue traduciendo mi madre me pareció bastante interesante lo que dijo. Después unos afroamericanos con los tambores nos tocaron algo típico de su cultura de origen con un baile alucinante, no había parte del cuerpo que no moviesen. Aunque lo que vino después… a mí me parece que era de otro mundo. Era un filósofo llamado Cornel West que no creo que nadie haya visto hablar a alguien tan rápido como él. Yo pensaba que en un momento dado se iba a ahogar. Oírlo hablar juro que era un flipe. Y sin un papel!

Mi madre y yo nos fuimos algo antes de que acabara y volvimos a coincidir todos en las mesas de la planta baja. Y por último fuimos a cenar mi madre y yo con Luz y una amiga suya que vive en Chicago. Se llamaba Carol y me cayó muy bien. La verdad que fue una cena muy agradable.

 

DÍA 3 EN CHICAGO (viernes)

Nos tuvimos que despertar súper pronto porque a las 7:30 comenzaba el congreso de los jóvenes, y enseguida nos fuimos al salón donde habíamos estado el día anterior. Desayunamos allí. Yo me cogí huevos revueltos (yo no soy de desayunar salado, más que nada porque bacon y huevos nada más levantarme no me entra, pero eso sí que lo había desayunado las dos veces que fui al congreso Joubert, y es una cosa suave) y unos dulces. Un rato más tarde, mientras todos seguíamos desayunando, habló Lori, la mujer que había hablado el día anterior, y también otros dos hombres, el que era hasta ahora el presidente de la AERA y el que va a ser el próximo presidente.

El último que habló me dio mucha pena pero al mismo tiempo transmitió un mensaje muy bonito, porque dijo que su madre le había tenido a él cuando tenía 18 años, que su abuela había muerto y lo tuvo que criar sola, pero que quería que él tuviera una vida diferente a la que había tenido ella. Si eres adolescente en un ambiente así tiene que ser muy duro y es difícil no meterse en líos. También dijo que él quería ayudar a los demás, para que también tuvieran oportunidades y eso me pareció muy bonito.

Después fuimos al sitio en el que habíamos estado el día anterior probando los proyectores, y como aún teníamos tiempo antes de empezar la sesión, fuimos por ahí, y me alegró mucho ver que en una mesa había unos cuantos libros, y entre esos libros estaban dos de los que escribió Nacho. Me alegré mucho y me puse muy contento porque lo quiero, es un hombre muy “güasón”, y admiro tanto. Y fue gracias a él que un buen día se le ocurrió formar un grupo llamado “Estudiantes por la inclusión” (EXI) que en la actualidad somos súper buenos amigos; que me alegré mucho y me puse muy contento, como ya dije.

Pasado ese rato dando vueltas por entre los libros que había expuestos, volvimos a nuestro proyector. Vino entre bastante y mucha gente a que les presentásemos nuestro proyecto: Mel Ainscow, profesor en la universidad de Manchester; Federico Waitoller, profesor en la universidad de Chicago aunque ahora vive en Bilbao; Valentina Migliarini, otra profesora de la universidad de Birmingham; y más gente.

Yo, después, como ya tenía cansados los pies, me fui a sentar. Allí también estaban Álvaro y Darío. Pero después fui con mi madre, Luz, Malena y Alejandra a comer. Lo hicimos en el suelo. Hasta que al acabar nos dimos cuenta de que en realidad no era la comida, sino el picoteo de media mañana. 

Después fuimos a otro zona en ese mismo lugar donde había una pequeña charla sobre el Hip-Hop. Me senté al lado de Indira y de Floren, pero como Indira iba a decir algo, Malena y yo nos cambiamos los sitios para que Floren le pudiera traducir… y también porque Indira dijo que sólo hablaría con Malena a su lado. Fue muy bonito cuando Indira minutos antes, cuando presentamos nuestro proyecto, le miraba a Malena con esa cara de admiración y de complicidad.

Al acabar la charla, volvimos a comer donde teníamos la sesión con los jóvenes y aprovechamos para seguir trabajando. Luego tuvimos libre hasta las 18:30 que a esa hora era la cena. A mí lo de cenar tan pronto no me pilló desprevenido porque en el congreso Joubert cenábamos a las 17:00, pero a Indira le flipó.

Decidimos ir a “China Town”, así que nos fuimos en metro. Cuando estábamos en la entrada, Alejandra abrió una de las puertas para entrar y pasamos todos. Sí… ¡¡¡nos colamos en el metro!!!

Yo al principio estaba normal, pero después me entró el agobio, estaba muy nervioso y tenía miedo a que nos pillaran, porque encima había dos policías con sus perros policías en el andén donde estábamos esperando el metro, y el cabrón de Nacho me ponía más nervioso porque me estaba tomando el pelo y yo en ese momento me lo estaba tomando en serio.

Al llegar, vimos parte de ese “China Town”, y después como había algunos que no habían comido, nos separamos, y yo fui con el grupo que fue a una heladería, donde era flipante ver cómo hacían los helados, porque en una placa congelada vertían un líquido, lo movían por toda la placa con unas espátulas hasta que cada vez iba tomando más forma de helado. Por último, extendían el helado ya hecho por toda la placa, y con las espátulas enrollaban cada parte de lo extendido. El tamaño de las tarrinas eran bastante grande. A mí como no me gustan los helados porque me producen una sensación muy desagradable en los dientes, me pedí un batido.

Nos reunimos con el otro grupo a la hora que habíamos quedado. Estuvimos un rato allí, hasta que nos fuimos otra vez al metro, y por mi culpa, por querer sacarme una foto, Indira, Noemí, mi madre y yo nos perdimos del resto. Mi madre estaba nerviosa por si se hubieran ido en el metro sin nosotros y en ese caso no sabíamos volver, hasta que después de unas cuantas veces mi madre y Noemí intentando contactar con los demás, le respondió Ana a mi madre y en un momento ella y Nacho nos estaban esperando fuera. Entramos, esta vez pagando, y menos mal, porque la verdad que yo no aguantaría otra ilegalidad más, hasta que finalmente llegamos a las 18:30 al sitio del congreso de los jóvenes.

En el bufet había paella y una cosa rara que no sabía lo que era, entonces decidí irme a lo seguro y cogí la paella. De postre había una especie de churros que llevaban canela (a mí me encanta la canela) y si querías le podías echar chocolate caliente por encima. No me acuerdo quién me lo dijo, pero por lo visto en EE.UU. ven de mala educación mojar algo en un líquido, como aquí lo es beber a morro de una botella.

Mientras estábamos comiendo, en nuestra mesa tuvimos una pequeña reunión para valorar todo lo vivido en Chicago. Yo entre una de las cosas que dije fue que hasta dentro de un cierto tiempo no íbamos a valorar demasiado lo de ir a ese congreso. ¡Coño! (con perdón) que Mel Ainscow estuvo viendo nuestro proyecto, que debe de ser bastante famoso en todo este mundillo.

Al acabar el congreso por ese día, cada uno se fue a su hotel, y los que estábamos en nuestro hotel (Indira, Noemí, Luz, mi madre y yo) como somos gente a la que le va la fiesta, nos fuimos a tomar la última de despedida porque Indira y Noemí se iban al día siguiente.

Fuimos al bar del hotel, que de noche estaba precioso, y nos sentamos en una mesa, pero nos dijeron que sentándonos allí nos tendríamos que ir a las 21:00 porque había menores de edad (lo que es la costumbre que yo me di por aludido, y más tarde me di cuenta de que ya tenía 18 años, aunque allí la mayoría de edad para estar en un bar son 21 años). Así que nos sentamos a tomar algo en otra mesa cerca del bar donde también nos servían y donde podíamos quedarnos hasta que nos diera la gana. Una tontería enorme la verdad.

Luz, Noemí y mi madre se pidieron una Peroni, Indira una infusión y yo una piña colada sin alcohol que estaba buenísima. Nos echamos unas buenas risas y estuvimos hablando de bastantes cosas. Entre una de las cosas graciosísimas que pasó durante esa velada fue que Indira le mandó a Luz ponerse de espaldas a nosotros (es decir, en la barandilla) para esconderle una horquilla del pelo, y entre que Indira la escondía, Luz dijo varias cosas que me parecieron muy graciosas: que “van a pensar que estoy buscando novio” o que “igual hay gente que a lo mejor me va a ver mañana dando la charla, y mañana dicen: mira, la borracha de anoche”. Fue una velada muy agradable y llena de risas, la verdad.

Y hasta aquí el día tres.

DÍA 4 EN CHICAGO (sábado)

Esa mañana tuvimos que estar a las 7:30 en la sala donde era nuestro congreso y también desayunar allí, pero no fuimos todos porque Nacho, Noemí, Tere y Floren fueron a ver a Luz, que era el día que le tocaba dar su conferencia. Como siempre, Lori Hill, la mujer que dirigía nuestro congreso, habló, pero en esa ocasión todos los que estábamos en las diferentes mesas podíamos participar. Malena se animó a hablar, y yo también lo hice un rato más tarde. En mi caso, intervine dos veces: la primera para decir todo lo que supuso el congreso para mí, y la segunda para decir que estaría genial hacer como un congreso pero con gente de diferentes países del planeta, que así podríamos enriquecernos aparte de con los proyectos, también serviría para conocer nuevas culturas e idiomas.

Después de finalizar el congreso, nos despedimos de las de San Antonio y de unas cuántas personas más.

Tras esto decidimos pasear por un parque que había cerca, pero antes tuvimos que ir a consolar a Indira que estaba llorando metida entre las cortinas y la ventana para que nadie la viera, porque se marchaba a las 12:00. Cuando ya decidió no llorar más, entonces sí que nos fuimos al parque. Era un jardín precioso rodeado de algunos de los rascacielos que había en esa ciudad, lo que lo hacía más impresionante todavía. En las fotos que nos hicimos, Ana y Malena se pusieron a imitar la técnica de mi madre al hacerlas, que es tumbada en el suelo. Paseando por allí nos encontramos con una pareja que eran españoles y que habían coincidido en el metro al llegar a Chicago con Ana, Nacho, Malena y Darío. Él hombre se llamaba Pablo Simón y por lo visto es un politólogo muy famoso en España, pero a mí no me sonaba de nada. 

Lo que hicimos a continuación fue ir hasta el hall del hotel, esperamos un rato por el resto que seguía en la conferencia de Luz, y en ese rato Ana habló con una mujer que estaba a su lado y le dijo que tenían un hijo con una discapacidad y que su marido llevaba un festival de cine inclusivo en Nueva York, así que a lo mejor en el futuro podrían proyectar allí nuestro documental.

Un rato más tarde ya vinieron todos y volvimos a estar el grupo completo, pero por poco tiempo porque como ya dije, Indira y Noemí se iban esa misma mañana. A las 12:00 tenían que coger el taxi que les llevaría hasta el aeropuerto. Indira escasos minutos antes de irse, lloró otra vez, aunque esta vez más fuerte, y a todos nos dio mucha pena.

Una vez que se fueron, no nos decidíamos qué hacer hasta que fuimos a una tienda. Allí había gorras, jerséis y más cosas, aunque yo cogí varios imanes porque tengo por costumbre comprar imanes de los sitios a los que voy. Me pareció una tremenda barbaridad lo que tuvo que pagar mi madre por unos diminutos imanes. ¡Ni que estuvieran hechos por esas piedras que son tan caras!

Como ya se estaba acercando la hora de la comida, algunos decidieron ir a un mexicano. A mí no me emociona esa comida, más que nada porque no soporto el picante, pero con lo que anduvimos para ir allí, con lo hambriento que estaba y con lo cansados que estaban mis pies, ya me comería hasta un “extra hot” de esos que pidieron Luz y mi madre la primera noche en el “Nando’s”. Pero, ¿cuál fue nuestra sorpresa al llegar?… ¡¡¡que estaba cerrado!!! En ese momento me recorrió una sensación muy rara por el cuerpo: de cagarme en todo y entre que qué bien por no comer esa comida.

Hasta que acabamos yendo otra vez a un “Giordano’s”. Fue bastante gracioso porque en un momento de la comida yo estaba tomando una limonada y Darío una Coca-Cola, y ya teníamos las bebidas casi terminadas cuando nos las rellenaron de lo mismo que estábamos tomando. Por lo visto el segundo vaso era gratis.

Al acabar de comer fuimos a “Union Station”, la estación de tren donde se rodó una escena de “Los intocables de Elliot Ness”, que es una película que yo no conocía. En ese momento no sabía muy bien de qué se trataba todo aquel “teatrillo” que estaban haciendo, pero al llegar al hotel mi madre me puso esa escena. Nacho estaba con el carrito que algunas veces utilizaba Álvaro, arrastrándolo por las escaleras al mismo tiempo en que las subía. Y luego Malena se colocó exactamente igual (o eso creo yo) que el que está tumbado con la cabeza erguida con la pistola disparando, y con el carrito muy cerca.

Luego Nacho, Luz, Malena, Ana, Darío, mi madre y yo fuimos a la Torre “Willis”; aunque mi madre no subió porque ya habíamos ido en el 2017 ella, mi padre, mi hermana y yo, y le dio vértigo y dijo que era tontería pagar para sufrir. Lo que no había cuando nosotros cuatro fuimos era un pequeño museo antes de subir, donde nos reímos mucho y que me pareció muy bueno. Había cosas tan graciosas como una recreación de la típica pizza de allí, que todo el mundo se tumbó pero yo no lo hice porque sino se me clavaban los huesos; o como también una recreación de un metro, con el paisaje pasando a los lados como si fuera la calle, con el ruido, y hasta sentías un poco el movimiento de uno de verdad. Todos nos estábamos riendo, pero la que más, que se estaba descojonando de la risa, era Luz, que casi me reí más con sus carcajadas que con el propio museo. También había como una sala con dos micrófonos, recreando el típico sitio de un bar con su escenario para hacer monólogos y cantar, y fue muy gracioso porque Luz y yo nos pusimos a cantar “Tu calorro” de Estopa.

Una vez finalizado el museo, sí que subimos en ascensor a lo alto del edificio. Eran 103 pisos, el ascensor subía dos por segundo y mientras subíamos se nos taponaban los oídos, pasamos muchísima calor y se movía bastante. Vamos, que lo pasamos muy mal en el ascensor. Pero después lo compensó todo porque había unas vistas increíbles, eso sí, los cristales estaban bastante sucios y si estuviesen limpios sería ya una pasada.

Hicimos cola para ir a la zona que a mi madre le daba vértigo, que era como unos cristales saliendo del edificio con el suelo también transparente. Fueron unos ratas, porque pudieron perfectamente darnos más tiempo, dado que éramos muchas personas, tuvimos sólo dos minutos para sacarnos fotos. Acabamos esos dos minutos acalorados de lo rápido que tuvimos que sacarnos las fotos. Total, que volvimos a hacer cola otra vez. Al agotar esos minutos también acabamos acalorados por segunda ocasión. Al bajar en ascensor se volvió a producir esa serie de sensaciones desagradables que tuvimos al subir.

Al reencontrarnos con mi madre, salimos de la Torre Willis y caminamos bastante (ya era de noche) hasta llegar otra vez al “Millenium Park”. Vimos que había un control de seguridad para entrar al parque y algunos pensaron que habría un concierto. Nacho dijo todo “happy”: “pues yo si hay cervecita y música me apunto”. Debió de ser al oírle, que una mujer, que era mexicana aunque vivía allí, nos dijo que nos fuésemos pronto al hotel, que el mes pasado habían matado a una amiga de su nuera y también a un chaval. Entonces mi madre le dijo a la señora que nosotros habíamos estado hace unos años y que no lo recordaba peligroso, y la señora le contestó que Chicago en tan sólo unos años había cambiado mucho y que por la noche aquella ciudad era otra. Al darle las gracias a la señora, que a mí ya me metió el miedo en el cuerpo, también vimos enseguida toda la calle repleta de coches policía y un helicóptero sobrevolando aquella zona. Allí me puse muy nervioso y me asusté muchísimo, así que nos fuimos hacia el hotel, y entre medias vimos a una persona persiguiendo a otra con varios policías detrás. Yo, que cada vez estaba más nervioso y asustado, quise acelerar la marcha. Se me hizo eterno el trayecto hasta el hotel, no veía el momento de llegar. Una vez que nos estábamos acercando al hotel, yo que estaba agarrado de ganchete de Nacho y Luz, me solté y corrí hacia la puerta. De lo nervioso que estaba me dio por pensar que podría haber una bomba en el hotel.

Por último, decidimos irnos al bar del hotel y cogimos algo de beber más guacamole con unos nachos para relajarnos del susto.

Al acabar, como Nacho, Ana, Malena y Darío estaban alojados en otro hotel pensaron que era mejor ir taxi que en el metro.

Y aquí acaba el día cuatro.

PREMIO CORAZÓN INCLUSIVO 2023

La semana pasada Antón recibió el premio “Corazón Inclusivo” 2023.

Una de las profesoras del IES Alonso de Avellaneda le hace entrega a Antón del premio

Para agradecerlo, escribió este discurso que hoy comparto con su permiso:

«Muchas gracias por el premio, y muchas gracias a Dabiz Riaño por querer que me dieran este premio. Creedme cuando os digo que es un auténtico honor recibir este premio a la inclusión, y además en un lugar tan bonito y que me gusta tantísimo como es Madrid.

Este premio se lo dedico a todas y a cada una de las personas que forman parte de dos grupos que son maravillosos: al de “Quererla es crearla” y otro grupo que me enorgullece pertenecer aún más si cabe que es el de los EXI (Estudiantes por la inclusión), que es un verdadero lujo teneros en mi vida y ser una aportación más a esta lucha.

Como no, también, a Nacho y a Luz. A Nacho por su labor imparable y sobre todo por querer darnos voz al alumnado. Sin ti no existirían los EXI. En cada reunión sacaste de nosotros algo que no era nada fácil porque eran anécdotas muy delicadas, y tú conseguiste que lo sacásemos todo. Además eres un buen tío y alguien muy “güasón”.

A Luz porque ella podría haber pasado de todo este tema cuando se lo presentaron, y en cambio no lo hizo. No sólo eso, también quiso saber más del tema y ahora es una de las integrantes de “Quererla es crearla”. Yo soy súper tímido (aunque cada vez menos) pero con ella me abrí muy rápido, cosa que antes me resultaba imposible. Será porque ella transmite seguridad y confianza. Además también es una tía muy simpática, graciosa y con una sensibilidad enorme.

Respecto al documental, espero que os haya gustado y también espero que este audiovisual sirva para que cada vez más gente se dé cuenta del calvario que tienen que pasar las familias, el profesorado que quiere hacer las cosas como se tienen que hacer, pero sobre todo para saber cómo lo tenemos que pasar nosotros, los que lo sufrimos en primera persona: el alumnado. Que lo que hemos tenido que pasar nosotros no se puede arreglar, porque no se puede volver al pasado, pero el futuro alumnado que va a estar allí no tenga que pasar por lo mismo que pasamos nosotros.

En este documental habéis visto la historia de Rubén, un chico al que lo expulsaron de la escuela. Imaginaros que viene un nuevo profesor que te maltrata y humilla delante de todos tus compañeros, y de pronto en vez de ser a ese profesor a quién lo echen, es a Rubén. Como dice Alejandro en este documental, “el mundo al revés”. Bueno, fueron al juzgado de Castillla y León, al Supremo, incluso a Estrasburgo, hasta que fueron a la ONU y les dieron la razón y ese comité sentenció que España había violado el derecho de las personas con discapacidad (en este caso de Rubén) a una educación.

Yo formo parte de un grupo llamado “EXI” (Estudiantes por la inclusión) en el que todos los integrantes tenemos nuestras malas experiencias en la escuela. Empezamos teniendo reuniones telemáticamente (porque cada uno somos de distintas partes de España), hasta que acabamos teniendo una reunión en el ministerio de educación con la ministra, como visteis, hasta estrenando también en Madrid este documental. Lo que hacemos desde los EXI y al mismo tiempo en “Quererla es crearla” es luchar por una inclusión real en las escuelas.

Yo ya lo dije en varias ocasiones, que sin el Joubert, todo esto que estoy viviendo y a toda esta gente tan maravillosa, esto no sería posible.

Yo sí creo que vaya a ver una inclusión real en las escuelas, porque sin duda, como dice nuestro lema, ¡¡¡QUERERLA ES CREARLA!!!»

Antón con el premio en la mano acompañado de Dabiz Riaño, promotor de la iniciativa

Gracias a Dabiz Riaño por la iniciativa y a todo el profesorado y el alumnado del IES Alonso de Avellaneda de Alcalá de Henares.

Con cuanta esperanza volvimos a casa sabiendo que hay futuros profesionales de la rama de lo social con sensibilidad y conscientes del derecho a una vida digna de las personas nombradas por la discapacidad. 

Antón con el premio en la mano que es una escultura de barro del artista Aitor Ruiz de Egino

 

Antón leyendo el discurso de agradecimiento

 

¿Y tú, en qué escalón de la ignorancia estás?

Cada vez que nos encontramos con ciertas situaciones de falta de respeto hacia nuestros hijos e hijas y a sus derechos, lo situamos en relación a la mirada capacitista. 

A la ignorancia respecto a esta realidad, precisamente por la falta de convivencia.

Entonces intentamos ser tolerantes y recordar todos los “escalones de la ignorancia” que nosotras mismas hemos ido subiendo desde que nuestros hijos e hijas forman parte de nuestras familias.

Cada vez que compartimos alguna situación, normalmente en relación a personal de la escuela, siempre asoma esta pregunta:

— ¿En qué escalón de la ignorancia está?

Y a partir de ahí, empezamos a elaborar posibles soluciones. Porque si esa persona está en el 2, resulta imposible plantearle estrategias que requieran haber llegado al 8.

Y ahí estamos muchas familias: casi llegando a lo alto de la escalera, mientras el resto del mundo ni siquiera ha empezado a subirla.

Foto donde se ve a tres mujeres y un adolescente, de espaldas todas ellas, ascendiendo por unas escaleras.

 

📸 Autora de la fotaza y 💡 de la Teoría del escalón de la ignorancia: la maravillosa Paula Verde Francisco (Mi mirada te hace grande)

LA TRIBU: del dolor individual a la construcción colectiva

LA TRIBU

La escolarización de Antón fue un camino lleno de dolor —porque golpea a lo que más queremos en la vida— donde nos fuimos encontrando muchas familias. Y nos encontramos gracias a ese espacio tan denostado que son las redes sociales. Para nosotros han ido mucho más allá de compartir fotos de comidas, fiestas o vacaciones. A muchos nos han servido para encontrarnos, elaborar argumentos, idear herramientas y aprender a disentir juntos en la defensa de los derechos de nuestros hijos e hijas, a quienes no sólo se cuestiona su presencia en la escuela, sino incluso su humanidad.

A lo largo de estos años, hemos ido tejiendo redes que nos han proporcionado, sobre todo, fuerza para resistir en esta lucha, porque las embestidas del sistema son casi diarias y cada vez se hace más dura. Redes que, con el tiempo, han llevado a iniciar transformaciones reales.

DES-AHOGO

Hace cuatro años, viví un momento emocional de especial dolor y fragilidad. Mi hijo iniciaba su segundo curso en el instituto y yo quería tirar la toalla porque ya no podía más. La Primaria había sido una etapa con momentos muy dolorosos, pero la Secundaria se había revelado como directamente el infierno. Y a comienzos de ese segundo curso, me vi ya sin fuerzas. Necesitaba compartirlo, pero no podía hacerlo abiertamente en redes como con otros momentos puntuales que había vivido en este camino.

Así que el 18 de octubre de 2018 creé un grupo de messenger con las personas con quienes me sentía más cómoda, o más identificada, o que pensaba que mejor me iban a entender. Messenger me pedía un nombre para el grupo y le llamé DES-AHOGO Porque así es cómo me sentía. Sentía que me ahogaba, no sólo emocional sino casi físicamente. Y necesitaba compartir cómo me sentía con gente que sabía que entendería por lo que estaba pasando. Contarles que ya no me veía capaz de seguir resistiendo más. Que nos íbamos a ese lugar creado para el alumnado que la escuela expulsa, a veces directamente y otras, como en nuestro caso, de forma indirecta.

Pero al otro lado no me encontré con los mensajes que había esperado. Eran mensajes de comprensión y de apoyo, sí, pero que me hicieron ver que no podía rendirme. Fueron muchas las palabras, los argumentos y las razones pero, sobre todo, la fuerza que me llegó y que consiguió que no me rindiera.

Ese grupo se convirtió en un lugar de desahogo para todas las personas que formábamos parte de él. Y con el tiempo, se transformó en un espacio donde siempre había alguien con alguna palabra, sentimiento, idea o recurso que unas veces ofrecía soluciones para los problemas que se planteaban y otras los hacía más llevaderos.

Con el tiempo se fue sumando más gente. No sólo familias, sino también profesionales que sufrían en la escuela por culpa de la vulneración de derechos que veían sufrir a su alumnado. Personas con más ideas, y más fuerza, y más recursos… 

Un día, una compañera dijo que éramos unos Radikales desadaptados y así fue como cambió el nombre del grupo a otro más acorde con aquello en lo que se había transformado: porque se convirtió en un lugar de resistencia y disidencia colectiva, un espacio que nos daba fuerza a todos para afrontar el día a día y las embestidas de la escuela, de quienes no querían allí a nuestros hijos e hijas e interpretaban su presencia como una especie de capricho o excentricidad de sus familias y no como un derecho.

 

CONVERSACIONES SOBRE LA ESCUELA INCLUSIVA

Y entonces llegó aquel encierro en marzo de 2020, por culpa de un virus que puso el mundo patas arriba, pero que, paradójicamente, a nuestros hijos e hijas les permitió ser más felices al alejarlos de la escuela y a nosotras, sus familias, nos permitió disponer de más tiempo para seguir pensando y armando transformaciones.

Las reuniones más intensas del grupo surgieron de forma espontánea en ese momento en que disponíamos de todo el tiempo del mundo. Dispusimos de tiempo en cantidad y en calidad, y eso nos permitió consolidarnos como grupo. Además, se sumaron otras personas a aquellos encuentros virtuales: familias, profesionales y por fin también, el alumnado, esa parte de la escuela a quien nunca se escuchaba. Fue así como se creó una resistencia paralela formada por nuestros hijos e hijas y los hijos e hijas de muchas otras personas que tenían en común el dolor que les generaba la escuela.

 

QUERERLA ES CREARLA

De esta forma que estoy resumiendo tantísimo nació el movimiento Quererla es Crearla y lo que podríamos llamar “sus juventudes”, agrupadas bajo el nombre de Estudiantes por la Inclusión (EXI).

Quererla es crearla es una red de personas comprometidas con la transformación del sistema educativo y de la sociedad, para que no deje fuera a nadie. Es un movimiento conformado por familias, docentes, estudiantes e investigadores, que quiere reunir todos esos esfuerzos que están haciendo distintas personas de forma individual, para conseguir la transformación de la escuela desde lo colectivo.

Quererla es crearla reúne a gente con la necesidad de crear algo que no existe y que es la educación inclusiva. Porque la realidad nos demuestra que la escuela inclusiva no existe. Una escuela que casi cada día excluye y expulsa, no puede denominarse inclusiva. Y si la queremos, tenemos que crearla. De ahí su nombre, que es una declaración de principios: Quererla es crearla. Cualquier persona que se identifique con este ideario, puede sumarse a este colectivo y a este movimiento.

Quererla es crearla busca una transformación social y cultural que debe nacer en la escuela. Y eso empieza por dejar de naturalizar que el sistema y quienes trabajan en él consideren que hay niños y niñas que no encajan en la escuela común, porque es tanto como decir que no encajan en el mundo. Y eso de ninguna manera debería asumirse ni aceptarse.

Quererla es crearla no es una asociación, ni una organización. No tiene organigrama, ni estatutos, ni presta servicios. QEC sí cuenta con un manifiesto, que es una declaración de intenciones y que anima a unirse a cualquiera que esté de acuerdo con él. Podéis leerlo aquí y sumaros al colectivo si os sentís identificados con lo que en él se expone.

 

Hace un par de meses me invitaron a participar en el ciclo “Re-generemos ciudad viva”, organizado por ECOM, para poder explicar qué era este colectivo y este movimiento. Así que si no tenéis muchas ganas de leer este post, podéis escuchar mi intervención en el vídeo que incluyo.

Os invito también a conocer todo este trabajo y este proceso más a fondo y a uniros a él, si es que conseguido transmitiros siquiera un poquito de la emoción que todos los que formamos ya parte de este colectivo y de este movimiento sentimos. Porque ser conscientes de que nos acompaña la ley y la humanidad, la razón y el corazón, nos ayuda a salir al mundo cada día para transformarlo y hacerlo más acogedor para todas las personas, independientemente de sus características y circunstancias. 

Api

Se llama Api. La bautizó mi hija después de escuchar cada día a su abuela: “vou sacar a pita”, “vou dar de comer á pita”, “vou poñer á sombra á pita”, “vou meter a pita”. Así que “a pita” se quedó en Api.

Imagen de una gallina de tonos marrones, está tumbada en el suelo junto a dos sartenes viejas que contienen agua y alimento

A Api empezó a fallarle una pata hace unos meses. Podríamos decir que es una gallina con una discapacidad contraída en su vida adulta. Ya no pone huevos y su carne podría servir para hacer caldos. Y, sin embargo, Milagros le asiste cada día para que coma, beba y no le queme el sol y cada noche para que no le pille la helada.

Qué pena que la administración no esté repleta de milagros que garanticen a las personas la asistencia personal llegado el momento de necesitarla.

Es más rentable recluirlas en granjas y que algunos hagan caldo con sus huesos viejos.

Una anciana de pelo blanco y apoyada en un bastón, contempla a una gallina que no se puede poner en pie y aparece junto a dos sartenes viejas con agua y alimento.

#AsistenciaPersonal

#AsistenciaPersonalComoDerecho

Cubrir el expediente

Que se construya una rampa para garantizar la accesibilidad física y que luego ocurra esto 👇🏾

interior de una tienda de ropa de una gran multinacional. Se muestra una rampa donde una usuaria en silla de ruedas está a la espera de que la rampa se despeje para poder pasar. En la pared pegada a la rampa se ha colocado una barra con vestidos y los clientes utilizan la rampa para valorar las prendas. La rampa pasa de ser un recurso de accesibilidad a convertirse en un espacio más de consumo.

Descripción de la imagen: interior de una tienda de ropa de una gran multinacional. Se muestra una rampa donde una usuaria en silla de ruedas está a la espera de que la rampa se despeje para poder pasar. En la pared pegada a la rampa se ha colocado una barra con vestidos y los clientes utilizan la rampa para valorar las prendas. La rampa pasa de ser un recurso de accesibilidad a convertirse en un espacio más de consumo. Los restantes tres mil metros cuadrados del local parecen no ser suficientes.

Esto ocurre cuando las rampas (las físicas, pero también las mentales) se construyen sólo para cubrir el expediente. Para hacer ✔︎ en ese punto al que obliga la ley y después convertirlo en otra cosa. Ocurre cuando no hay voluntad y el espíritu empresarial (que no deja de ser un reflejo del social) sigue siendo de un profundo capacitismo.

Me he quedado en una esquina observando y en ese tiempo han sido una usuaria de silla de ruedas y dos familias con bebés en carritos las que se han tenido que armar de paciencia esperando a que se despejara la rampa para poder circular. Y la culpa, desde luego, no era de los clientes que estaban valorando las prendas en un lugar que se ha dispuesto precisamente para eso, sino de quien ha decidido colocarlas allí.

Si esto ocurre con la accesibilidad física —la única garantizada por ley— no quiero ni imaginar cómo se ha resuelto la cognitiva, la comunicativa o la sensorial.

Y no, la solución no es dejar de consumir en los espacios de las marcas no comprometidas en garantizar el acceso a todas las personas. La solución es bloquear sus entradas para que no pueda hacerlo nadie. Ahí lo dejo.

 

NOTA: He tomado el título de esta publicación de una actividad que realiza la artista Costa Badía en el Museo Reina Sofía (MNCARS) y que lleva precisamente ese nombre: “Cubrir el expediente”. Se trata de una actividad que busca debatir la normatividad del cuerpo humano y revisar la accesibilidad de ese espacio museístico. [Información sobre esta actividad aquí].

Los muros caerán

Hace unos días Antón y yo fuimos invitados a participar en las “IV Jornadas de infancia y adolescencia. Aproximaciones para transformar y crecer desde la Terapia Ocupacional”, organizadas por la Facultade de Ciencias da Saúde de la Universidade da Coruña.

Fue una oportunidad bonita y emocionante que disfrutamos mucho. Nos sentimos escuchados por los alumnos del grado de Terapia Ocupacional y tenemos esperanza de que nuestras voces sirvieran para que ejerzan su profesión de forma humana: escuchando a las familias y ayudando a transformar el entorno en lugar de intentar cambiar a los niños y las niñas.

Nos sentimos también muy afortunados por las amigas que vinieron a arroparnos. Entre ellas estaba Daniela, la profesora de Infantil de Antón. La persona que nos regaló los años más bonitos de nuestra vida.

Dispusimos de una hora que, aunque alargamos un poco, resultó insuficiente para trasladar las experiencias de diecisiete años. Así que apenas pudimos dedicarle tres minutos a la etapa de Educación Infantil. Un minuto por curso. Aunque hubiéramos dispuesto de cinco horas, habrían resultado insuficientes para describir todo lo que vivimos durante aquellos tres años. Completamente imposible. Así que he querido compartir hoy este vídeo para recordar aquella etapa tan bonita. Tampoco consigue trasladar todos los procesos y vivencias que tuvimos la suerte de experimentar, pero creo que sirve para hacerse una idea de aquel tiempo.

Un tiempo donde pensamos que era posible que los muros cedieran (como dice la canción de Style Council que acompaña al vídeo). Los muros de la exclusión, del rechazo, de la invisibilidad. Los muros que se tambalearon con Daniela.

Me duele esa oportunidad perdida. Porque si lo que ella plantó hubiera tenido continuidad en los años siguientes, habrían acabado derrumbándose.

No pierdo la esperanza porque Daniela sigue sembrando. Y eso es lo que realmente cambiará el mundo: plantar a nuestro alrededor y conseguir crear una nueva generación lo suficientemente firme y sólida para que se convierta en especie invasora que penetre y derrumbe todos los muros.

El sujeto está sujetado

No sé si sabían la que iba a liar mi amiga Susana Fajardo cuando le nombraron concejala de Educación, Diversidad Funcional e Inclusión del ayuntamiento de Mérida.
Mérida: Premio 2021 del Real Patronato sobre Discapacidad a la Accesibilidad y Diseño Universal en Municipios.
Felicidades, compañera ❤️💛💜
Texto: Ignacio Calderón Almendros
Voz: Susana Fajardo Bautista
Interpretación LSE: Maite Berrocoso
Música: Conservatorio Esteban Sánchez
Decía Foucault que el sujeto está sujetado. Es cosificado en un síndrome, un déficit, unas siglas. El sujeto está sujetado, y el miedo es la emoción que lo sostiene.
Sólo cuando se trasciende ese miedo, emergen las personas que, con sus vidas sencillas, cuestionan la cultura y las relaciones, porque tienen sueños, y la educación se construye sobre ellos, que trascienden cualquier intento de determinación.
Esa esperanza que hay en los sueños pone en marcha el motor rebelde que contesta a las imposiciones. La esperanza se ubica en un simple hecho: que podemos educarnos.
Educarse es llenarse de vida, con nuevas narraciones que nos liberan: no ser más una cosa, contribuyendo a eliminar lo que nos sujeta. Vivir juntos, compartiendo experiencias, emociones, dificultades y desafíos, mediando en los aprendizajes y las relaciones…
Educar es una tarea recíproca que se retuerce una y otra vez para no dejar solas a las personas ante una realidad que a menudo es desoladora.
Quien educa es quien ha sido capaz de reconocer el valor de las diferencias, y por eso intenta devolver algo de la belleza que de ellas ha recibido; pero también porque ha podido advertir que las condenamos a la desigualdad. Por eso quien quiere educar pretende transformar las cosas: entiende que la realidad no está hecha. Y tener esta idea presente nos pone en el papel de “hacedores” de ese mundo deseable, en lugar de sufridores de un mundo deshumanizado.

Un mundo accesible es un mundo para todas las personas

CIFRAS

Se estima que el 10% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad.

Por lo tanto, la nivel estatal estaríamos hablando de casi cinco millones de personas y en Galicia de cerca de 300.000, que es prácticamente el número de habitantes que tiene Vigo, la ciudad con mayor población de Galicia.

GRUPO HETEROGÉNEO

El colectivo de personas nombradas por la discapacidad es, por tanto, la minoría más amplia que existe en la sociedad. Y también la más heterogénea: se da en todos los continentes, en todas las culturas y grupos étnicos, en ambos géneros y a cualquier edad, en todas las comunidades religiosas, grupos ideológicos, en cualquier clase social o colectivo profesional.

Las personas con discapacidad son negras, blancas o asiáticas; altas, bajas, gordas o flacas; rubias o morenas. Cristianas, musulmanas, judías, budistas, hindús o ateas. Heterosexuales u homosexuales. Son madres, padres, hijos, sobrinas, tíos, abuelas, suegras, yernos, primos… Pueden ser maestras, peluqueros, abogadas, reponedores, arquitectas, transportistas, médicos, ordenanzas, ministras, agricultores, camareras, banqueras, científicas…

La discapacidad no es una excepcionalidad. Es inherente al ser humano. Es parte de la natureza y parte del mundo.

DEFINICIÓN DE DISCAPACIDAD

Esta es la definición de discapacidad que ofrece la OMS (Organización Mundial de la Salud): “La discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive.

Esta definición pone el foco no exclusivamente en la biología o en la forma de funcionar de las personas. La discapacidad reflejaría la interacción entre una persona con unas características determinadas y la sociedad y el entorno en los que vive.

Por lo tanto, son el entorno y la sociedad quienes generan o eliminan las barreras, quienes originan o atenúan la discapacidad. El factor limitante está en las barreras, no exclusivamente en la biología.

Las discapacidad es muchas veces consecuencia de la forma en que hemos construido nuestro entorno, no sólo el físico, sino también el intelectual y actitudinal. Las barreras presentes en el entorno constituyen obstáculos más graves para la participación social que las propias limitaciones funcionales. La sociedad puede “discapacitar” a una persona al crear barreras.

La propia LEY 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad reconoce que “las desventajas que presenta una persona con discapacidad tienen su origen en sus dificultades personales, pero también y sobre todo en los obstáculos y condiciones limitativas que en la propia sociedad, concebida con arreglo al patrón de la persona media, se oponen a la plena participación de estos ciudadanos”. 

La vía para eliminar las barreras es la accesibilidad.

DEFINICIÓN DE ACCESIBILIDAD

La accesibilidad universal es la condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios, así como los objetos o instrumentos, herramientas y dispositivos; para ser perceptibles, comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad, y de la forma más autónoma y natural posible. [Ley 10/2014, de 3 de diciembre, de accesibilidad]

La accesibilidad universal presupone la estrategia del “diseño para todas las personas”.

La accesibilidad universal y el diseño para todas las personas son principios desde los que se pretende superar los obstáculos o barreras que impiden el disfrute de derechos por parte de todos los ciudadanos y ciudadanas.

La accesibilidad universal es la única vía para alcanzar una sociedad realmente inclusiva. Una sociedad donde todas las personas puedan ser y estar. Puedan pertenecer de verdad.

LA ACCESIBILIDAD COMO DERECHO

La accesibilidad es un derecho, y es un derecho humano. Y como tal está recogido en el artículo 9 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), aprobada por Naciones Unidas en 2006 y ratificada por España en 2008.

La Convención forma parte de la normativa española desde ese año y es el primer instrumento jurídicamente vinculante. Ninguna otra normativa interna puede contradecir este derecho.

CAMPANA DE GAUSS

Esta campana de Gauss permite visualizar de forma muy gráfica lo que es la accesibilidad.

Diseñamos los entornos, bienes, productos, servicios, objetos, instrumentos, herramientas y dispositivos para las personas que están en el centro de esta campana, dentro de esas dos líneas rojas. Y dejamos fuera a quienes están en los extremos.

Al principio de este texto se daba la cifra de un 10% de la población. Sin embargo, este porcentaje se queda corto a la hora de saber a qué número de personas puede llegar a afectar realmente la falta de accesibilidad. Si multiplicamos la cifra de personas directamente tocadas por la discapacidad por su círculo familiar y social -que también quedaría excluido de los espacios y actividades no accesibles-, el porcentaje de personas a quienes condicionan las barreras podría alcanzar el 20 o 30% de la población como mínimo. Así que, si no pensamos en este colectivo, estamos dejando fuera a mucha, muchísima gente.

El objetivo de la accesibilidad universal y el diseño para todas las personas es construir una sociedad accesible para todas las ciudadanas y ciudadanos. También para quienes quedan en los extremos.

TIPOS DE ACCESIBILIDAD

Podemos clasificar la accesibilidad en: física, sensorial, comunicativa y cognitiva.

La accesibilidad física se refiere a la cualidad que tienen las vías y espacios públicos, edificaciones, viviendas y todo tipo de escenarios; para que cualquier persona pueda llegar a todos los lugares y edificios sin sobresfuerzos y con autonomía.

La accesibilidad sensorial está referida a los entornos que permiten que las personas con discapacidad visual o auditiva puedan utilizarlos.

La accesibilidad comunicativa es la situación en la que no se dan barreras en la comunicación interpersonal, comunicación escrita y virtual.

La accesibilidad cognitiva es el derecho a comprender la información que nos proporciona el entorno y poder realizar con facilidad las actividades que se desarrollan en él, sin discriminación por razones de edad, idioma, estado emocional o capacidades cognitivas.

LA ACCESIBILIDAD BENEFICIA A TODA LA SOCIEDAD

En realidad, la accesibilidad va mucho más allá del colectivo de personas con discapacidad o diversidad funcional.

Los espacios donde, por ejemplo, la accesibilidad física está bien resuelta, no benefician sólo a quien utiliza una silla de ruedas, sino también a familias con bebés (y que por tanto usarán carritos durante una etapa importante de su vida), a quien se rompe una pierna como consecuencia de algún accidente, o a personas mayores con deterioro en su condición física.

Y también una buena accesibilidad comunicativa y cognitiva beneficiará a mucha más gente que a las personas con discapacidad intelectual o autismo para quienes en principio está pensada, como puede ser:

  • Turistas o migrantes que desconocen la lengua.
  • Personas con dislexia y otras dificultades lectoras.
  • Niñas y niños pequeños.
  • Personas sin alfabetizar.
  • Personas mayores con deterioro cognitivo.
  • Personas con diagnóstico psiquiátrico.

Y, más allá de estos grupos, cualquier persona no etiquetada por la discapacidad puede llegar a beneficiarse de un entorno accesible en un futuro, porque todos somos susceptibles de formar parte de este colectivo:

– Puede llegar a afectarnos de forma transitoria en algún momento de nuestra vida a causa de algún accidente o enfermedad. 

– O podemos llegar a adquirirla de forma permanente. Porque los avances de la medicina permiten que muchos accidentes que hace años eran mortales, ahora nos lleven a formar parte del colectivo de personas con discapacidad.

– Y, en el caso de que ninguno de estos supuestos nos llegara a afectar, también la edad puede ser una vía para formar parte de este grupo. El aumento de la esperanza de vida ha provocado un envejecimiento de la población, lo que implica el acceso a la discapacidad por una parte cada vez mayor de la sociedad.

¿QUÉ TIPO DE SOCIEDAD SOMOS?

Retomando las cifras respecto al número de personas que conforman el colectivo de personas con diversidad funcional, tenemos que pensar que, si a lo largo del día no nos encontramos a un 10% de personas con alguna discapacidad entre los clientes de la cafetería donde almorzamos, entre los viajeros del autobús o del tren que nos lleva hacia el trabajo, entre la gente que nos cruzamos por la calle, entre los compañeros de clase de nuestros hijos e hijas, entre los clientes del supermercado o de la peluquería, en la cola del cine, en las gradas del fútbol… no es porque no existan, sino porque no están.

Y no están porque no quieran, sino porque no pueden estar. Porque son tantas las barreras físicas y sociales que encuentran, que les resulta imposible estar o por lo menos estar en todos los lugares que quisieran y que son exactamente los mismos que transitamos los que no estamos etiquetados por la discapacidad.

¿QUÉ TIPO DE SOCIEDAD QUEREMOS SER?

Sin accesibilidad no hay derechos. Como hemos visto, el derecho a la accesibilidad está recogido y garantizado en diferentes leyes. Sin embargo, para que un derecho pase del papel a la realidad, es necesario la implicación de toda la sociedad.

Una sociedad con barreras, donde no se garantiza el derecho a la accesibilidad, no es una sociedad inclusiva. Y lo contrario a incluir, es excluir. Pensemos entonces si queremos ser una sociedad inclusiva o una sociedad excluyente.

©Rocío Sotillos

FOANPAS (Federación Olívica de Asociacións de Nais e Pais de Alumnado de Vigo y comarca) ha impulsado desde su canal de YouTube una serie de píldoras informativas sobre diferentes temas (igualdad, uso de redes sociales, lengua de signos, etc.). 

Quiero agradecerles la oportunidad de que contaran conmigo para elaborar el referido a la accesibilidad y poder así trasladar la necesidad de construir una sociedad accesible en la que los espacios públicos puedan estar habitados por todas las personas, independientemente de su funcionalidad.

El tren

Antón ha cogido hoy el tren para disfrutar de unos días de libertad lejos de la pedorra de su madre.

Como no es posible que yo pueda acceder al interior del vagón para ayudarle con la maleta, ha utilizado el servicio de asistencia de Renfe. Y allá que se ha ido con un tío muy simpático llamado Alberto.

Más tarde comentaba con alguien el tema y me ha preguntado cuánto nos habían cobrado por el servicio. Cuando he contestado que nada, me ha dicho que qué suerte…

Y yo he replicado que de suerte nada, que es un recurso de accesibilidad. Exactamente igual que el ascensor que él utiliza en esos mismos espacios y por el que tampoco le cobran. O las cintas transportadoras. O los pasamanos. O las puertas automáticas. O incluso las escaleras, porque así no tenemos que andar descolgándonos con cuerdas.

Siendo exactamente lo mismo, no hay manera de verlo así…

Una vez más he comprobado que tenemos la percepción generalizada de que, lo que en unos son derechos (en este caso a la movilidad), para otros son favores. Y no lo pensamos porque seamos mala gente, sino por culpa de la cultura capacitista que llevamos marcada a fuego.

Unos (el patrón de persona media) tenemos derecho a habitar los espacios públicos. Otros (los diversofuncionales) sólo cuando sepan adaptarse. Si ese entorno resulta hostil a su movilidad o a sus particularidades sensoriales o cognitivas, pues que se queden en casa.

En realidad, las barreras que Antón encuentra serían muy fácilmente solventables si existiera un mínimo de voluntad. Pero el caso es que sólo tiene dos manos y necesitaría al menos una tercera para agarrarse y subir/bajar del vagón, al tiempo que sujeta la maleta.

Resulta evidente que el tener que recurrir continuamente a terceras personas no es algo que case bien con una autoestima aceptable. Pero mientras no se implementen los recursos de accesibilidad necesarios, nos queda el consuelo de pensar que, al menos, se generan puestos de trabajo para personas como Alberto.

#AccesibilidadUniversal 

#DiseñoParaTodasLasPersonas 

#AtendoRenfe

Un adolescente y un hombre adulto que se alejan juntos en una estación de tren hacia la zona de embarque. La foto está tomada de espaldas.

***Edito el post para incluir las palabras que me ha regalado la maravillosa Karina Marín y que sirven para corregir mis ramalazos capacitistas (que todavía son muchos):

«Fíjate Carmen: para mí, recurrir a terceras personas es la oportunidad de sacarle la lengua a un mundo empecinado en el individualismo, la autosuficiencia, el ego autoritario y el nihilismo. Presencias como las de Antón, o las de Juli, mi hijo, son la oportunidad de poner en crisis tanto desatino, tanto discurso de «independencia» hermanado con un capacitismo atroz. Cuando Alberto le da su mano a Antón ninguno de los dos pierde, porque entre ambos se potencian: Antón sube al tren sin su madre. Alberto deja de ser un cuerpo «normado» para ser con Antón dos que son uno que son dos. Comunidad, digamos. Es decir, todo lo que nos falta. ¡Qué foto!»

Karina Marín

 

Cuando la ley transforma los derechos en favores

La accesibilidad en el transporte ferroviario es obligatoria desde la aprobación de la LISMI -Ley de Integración Social de los Minusválidos (telita con el nombre)- en 1982. Esta ley estableció que en diez años se deberían haber adoptado todas las medidas necesarias para garantizar la accesibilidad del transporte ferroviario. Es decir, la vista estaba puesta en 1992.

En 2006 (24 años después, ya no 10), una persona usuaria de silla de ruedas sólo podía acceder al tren en el 37% de los viajes de RENFE que salían de Madrid. No quiero imaginar cómo sería en el resto del Estado (no hay informes).

El incumplimiento de la ley ha sido sistemático. Tanto, que en 2003 se asumió que lo ilegal era norma y se legisló para legalizar esta ilegalidad (este trabalenguas es habitual en las prácticas capacitistas), ampliando el plazo para erradicar la discriminación en el transporte ferroviario otros quince años. Es decir, el transporte ferroviario debería ser accesible en España desde hace tres años (2018). No hay más que preguntar a cualquier persona con alguna discapacidad motriz para constatar que se sigue incumpliendo la ley.

A punto de cumplirse cuarenta años de aquel primer paso en la LISMI, seguimos exactamente en el mismo sitio.

Cuesta décadas -por no decir siglos- lograr cambios legislativos que garanticen la igualdad de oportunidades, la no discriminación y la accesibilidad universal. Sin voluntad y, sobre todo, sin una educación que genere una sociedad con una cultura inclusiva, todas las leyes se convierten en papel mojado.

Lo más grave del asunto (en mi sentir) es que garantizar el acceso físico al transporte ferroviario -que ni siquiera se habla de la totalidad del transporte público- es la más sencilla de las adaptaciones que nuestra sociedad debe acometer. No quiero ni pensar en la cantidad de vagones que se habrán construido en estos cuarenta años, ni la de estaciones que se habrán reformado… Es decir, que no sólo no se corrigió/enmendó/transformó el pasado, sino que tampoco se tuvo en cuenta a todas las personas a la hora de construir y diseñar el futuro.

Si no somos capaces de pensar en todas y todos en algo tan sencillo, yo me pregunto cuánto tiempo tendremos que esperar entonces para transformar la educación y crear esa Escuela donde quepan todos… Porque de esa Escuela depende que quienes después gobiernen, diseñen, construyan y eduquen, lo hagan pensando en TODOS.