Enseñar dónde, cómo y con quién

IMG_6064Saber dónde. En la anterior entrada reflexionaba acerca de las carencias que tienen muchas veces nuestros niños cuando se colocan frente a la pantalla del ordenador, desmintiendo así ese tópico generado por su definición como “nativos digitales”. Lo cierto es que no saben dónde encontrar la información que precisan, ni distinguir las fuentes fiables de las que no lo son. Lo ilustraba con el ejemplo del esfuerzo que supuso para mi hija localizar una simple poesía por encargo de uno de sus profesores.

Además de las horas de práctica necesarias para aprender a localizar información en la red, sería también necesaria una adecuada orientación por parte del docente, encaminada a enseñar a sus alumnos la forma más efectiva de localizar esa información, así como los criterios de búsqueda y las combinaciones de palabras más eficaces en cada caso.

Cuando se encarga a un alumno buscar en internet un poema (o cualquier otro tipo de documento o información), debería instruírsele previamente sobre cómo hacerlo. O, al menos, aprovechar esa experiencia con posterioridad: se podría utilizar este tipo de actividad no sólo para cultivar la afición a la poesía, sino también para realizar una puesta en común posterior en la clase donde los alumnos compartieran su experiencia en esta búsqueda. Podrían cotejar el tiempo invertido por cada uno, analizar y comparar los términos de búsqueda empleados, para concluir cuál es el mejor camino y el criterio más eficaz para completar con éxito y en el menor tiempo posible el ejercicio.

Me he hecho el firme propósito de reservar algún hueco a lo largo de la semana, para instruir a mi hija sobre el manejo y la búsqueda de información en la red. Se desenvuelve a las mil maravillas en Tuenti o Youtube, dadas las horas invertidas en estas plataformas. Saber buscar en internet información fiable y con la mínima pérdida de tiempo, es una habilidad que también requiere de práctica.

Saber cómo. La falta de criterio y de juicio crítico de los niños no se aplica tan sólo a la búsqueda de información. Hace unos días mi hija descubrió (con cinco años de retraso) la canción Viva la vida de Coldplay. Tanto le entusiasmó, que buscó la partitura en internet para poder tocarla al piano. Esta aventura nos ha costado una infección de virus y troyanos en el PC de consecuencias todavía imprevisibles. Ha servido, sin embargo, para que por fin entienda que no debe teclear nunca en la barra de Google la combinación “descargar” + “gratis”. Es el camino más recto para instalar archivos que acaben cargándose nuestro ordenador.

Los niños y adolescentes no instruidos en el uso adecuado de la tecnología, son extraordinariamente imprudentes. No se puede dar a “aplicar”, “descargar” o “instalar” sin pensárselo dos veces como hacen ellos. Por no hablar de que no saben cómo salir del lío cuando el sistema se colapsa o la interfaz gráfica no responde como debe, a no ser “apagando por las bravas”. Desterremos el falso mito de los “nativos digitales”. Ser un usuario activo de tecnología no garantiza el saber cómo utilizarla sin unos conocimientos básicos previos y una adecuada supervisión.

Cierto es que no se necesita conocer con precisión el funcionamiento de un motor para conducir un coche. Pero sí resulta imprescindible conocer las normas de circulación, distinguir las señales de tráfico, saber cómo revisar la presión de los neumáticos y hasta cómo cambiar una rueda.

Educacion y TICsSaber con quién. Los “inmigrantes digitales” estamos tan preocupados porque nuestros hijos sepan desenvolverse en el mundo virtual, que muchas veces les dejamos acceder a él de forma ilimitada, sin formación, sin guía y sin supervisión.

Existen dos tipos de ciberpadres:

Los despreocupados. Formado por aquellos que no ejercen ningún tipo de vigilancia ni control, amparados en la aparente seguridad física de tener a su hijo a salvo entre las cuatro paredes de su habitación. Hasta que un día se despiertan, entre desconcertados y sorprendidos, por la depresión en que está sumida una hija, a quien en la intimidad de sus cuatro paredes se le ocurrió mandar a su novio una foto en ropa interior que circula ahora por medio instituto, o de un hijo sometido a ciberbullying a través de una red social.

Son muchísimos los epígrafes que se podrían dedicar al desconocimiento o mal uso que los niños y adolescentes hacen de la tecnología y de la red. Sólo intento desbaratar esa idea de que es un mundo en el que saben desenvolverse sin problemas y donde nos llevan una enorme delantera. No es verdad. Y deberíamos interiorizar esto cuanto antes para evitar las consecuencias de ese mundo tan grande como variado, donde hay información, arte, creatividad, amistad… y también riesgos, accidentes y peligros.

Los ciberhistéricos. Este segundo grupo lo constituyen padres convencidos de que hay un pederasta listo para acosar a sus hijos al primer clic que estos ejecuten. De tal modo, que restringen su acceso a internet y apenas sí les dejan consultar el correo electrónico o la web de la escuela. Privan a sus hijos de las inmensas posibilidades del Universo Google.

A la espera de que aparezca una tercera opción más sensata, yo me encuentro moviéndome entre ambas categorías dependiendo del momento, aunque debo reconocer que el pie de la histeria está más anclado que el de la despreocupación. Y, del mismo modo que mi madre me contaba cuanta violación tenía lugar en 10.000 km. a la redonda cuando yo era adolescente y anunciaba mi intención de regresar tarde, me veo ahora a mí misma transmitiendo a mi hija cada noticia que aparece en relación al ciberacoso, al sexting y al grooming.

Cuando creía saber todo sobre este tema, me sorprendieron los nuevos datos que ella misma me aportó a raíz de una charla impartida en su instituto por un equipo especializado de la Guardia Civil. Este tipo de encuentros debería ser obligatorio en las escuelas al menos una vez por semestre. Tanto para los niños como, y sobre todo, para sus padres.

Suelo estar vigilante a los pasos de mis hijos en el ciberespacio. Algunos padres consideran que esto supone una intromisión en su intimidad. Sin embargo, si nos preocupamos por saber con quién se relacionan en el mundo real, a dónde van, cuándo y durante cuánto tiempo, no deberíamos considerar una intrusión en su privacidad el saber de estas circunstancias también en el mundo virtual. Considero que informarme sobre dónde y con quién han estado mis hijos en internet, no equivale a leer su diario. Aunque como nadie me ha formado ni orientado sobre esto, puedo estar perfectamente equivocada. Cada vez que algún aspecto de la educación de mis hijos me plantea alguna duda, suelo remitirme a cómo resolvían mis propios padres situaciones similares. Valoro como adecuada, sensata y justa la forma en que ellos me educaron e intento obrar siempre del mismo modo o, al menos, de forma similar. Sin embargo, ese recurso no me sirve en este campo. Somos nosotros quienes nos vamos a tener que encargar de señalar el camino por primera vez. Y esa idea asusta… y mucho.

Enlaces de interés:

Pantallas amigas

Protégeles

Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil

El blog de Angelucho

Violencia Sexual Digital

Ciberacoso

Sexting

Stop grooming!

ENLACES RELACIONADOS:

Aplicación de las nuevas tecnologías a la Educación

Instrumentos que permiten innovar y motivar mediante la utilización de las TICs

Aplicación de las nuevas tecnologías a la Educación

Educacion y TICs

Educacion y TICs

Competencia digital. Nos vemos constantemente bombardeados con noticias, artículos y estudios de los especialistas más diversos, sobre la necesidad de introducir en la escuela las nuevas tecnologías de la comunicación e información (eso que conocemos con el manido acrónimo de TICs). Pedagogos, científicos, periodistas… todos, absolutamente todos, inciden en la idea de que la sociedad que hemos creado en el siglo XXI, obliga a que los alumnos sepan desenvolverse en el mundo digital.

Y, aunque resulte una obviedad, estas competencias requieren, para empezar, que los niños estén en contacto con este tipo de dispositivos. Esto es algo que debería garantizar la escuela pública, dados los claros desequilibrios sociales que impiden que todos los niños tengan acceso a un ordenador o cuenten con conexión a internet, los dos factores principales para desarrollar esas competencias.

Así que, estamos inmersos en la tarea de llenar las aulas de dispositivos (ordenadores de mesa, portátiles, pantallas digitales, tabletas…) y generalizando el acceso a internet en las escuelas. Ahora bien, la competencia digital no se logra tan sólo poniendo estos instrumentos a disposición del alumno. Si cambiamos las herramientas pero seguimos empleando la misma metodología del pasado, nada cambiará. La metodología actual es la misma que se empleaba cuando estudiaba yo y cuando lo hacían quienes se lo podían permitir en la época de mis abuelos y hasta bisabuelos. Sin embargo, el mundo en que vivimos ya no se parece en nada a aquél.

No se trata simplemente de sustituir los lápices y cuadernos por portátiles o tabletas, y los libros en papel por formatos digitales. El cambio no consiste en esto. La transformación de la educación para adaptarla a la sociedad de la comunicación va mucho más allá. Y ese cambio radical es imposible sin una modificación de la metodología que garantice el aprendizaje, ya que la mera introducción de tecnología en el aula no lo garantiza.  Lo que resulta realmente definitivo es el procesamiento de la información que el alumno realiza. Y para ello es determinante el papel del profesorado.

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La tecnología es un mero instrumento que abre nuevos caminos y permite posibilidades impensables hasta ahora. Garantiza el acceso a la información de forma ágil y cómoda. Sin embargo, es necesario educar a los niños para que adquieran sentido crítico. Orientarles y guiarles para que sepan cómo acceder a esa información.

Juicio crítico. Tenemos la falsa percepción de que los niños van por delante de nosotros en cuanto a su desenvolvimiento en el mundo virtual, pero esta es una verdad a medias. Los niños y adolescentes son auténticos expertos en juegos digitales, saben cómo acceder y descargar los contenidos que les interesan (juegos, música, películas) y se mueven como nadie en las redes sociales. Sin embargo, cuando un niño (e incluso muchos adultos) busca información en internet, se queda con lo primero que Google le muestra, sin valorar la fiabilidad y credibilidad de esa fuente. Y en la red hay tanta información y documentación, como desinformación, mentiras y medias verdades. Es necesario enseñarles a distinguir la información fiable y documentada, de aquella que no lo es.

Es indispensable educar al alumnado en la utilización correcta de los buscadores, así como orientarles hacia sitios, páginas y webs de confianza, que son infinitos en la blogosfera. La red nos da acceso a infinidad de bibliotecas públicas digitales, a bancos de imágenes, diccionarios y enciclopedias, museos virtuales.… Ni siquiera es necesario ya desplegar los viejos mapas polvorientos, ahora podemos asomarnos al mundo a través de Google Earth. Las posibilidades a nuestro alcance son infinitas, pero hay que aprender cómo y a dónde ir. Y esta labor de formación descansa sobre los docentes.

Nuestros niños también desconocen cuáles son los criterios de búsqueda o la combinación de palabras que resulta más apropiada a la hora de encontrar una información concreta. He visto a mi hija desesperarse buscando una poesía en internet, sin éxito y durante casi media hora, para a continuación quedarse perpleja al ver como su madre era capaz de localizarla  en medio minuto y a un golpe de clic.  Debería incluirse entre los objetivos de la escuela, el enseñar a los alumnos la forma más adecuada para localizar la información que les interesa, así como dilucidar cuáles son las palabras o expresiones clave para acceder a ella. Son indispensables, además, muchas horas de práctica para alcanzar esta habilidad. De la misma forma que es imprescindible la realización de cuentas y ejercicios prácticos para adquirir destreza en el cálculo matemático.

La tecnología en si misma no garantiza una mayor motivación e implicación del alumnado. Incentivar y aprovechar esa curiosidad innata que tienen los niños es tarea del profesor. Esta motivación se puede espolear a través del cambio de la metodología didáctica que requiere la utilización de estas nuevas herramientas digitales. Nos abren posibilidades inmensas e increíbles en cuanto a la generación de contenidos. El libro digital no puede consistir tan sólo en un cambio de formato. La mayoría de editoriales denominan así a la reproducción del libro de texto, a una mera maqueta digitalizada de la versión en papel. Esto no es un libro digital.

Las tabletas y los portátiles tampoco deberían reducir su papel a ser meros  “contenedores” de aplicaciones o de libros de texto, sino que deberían utilizarse como herramientas para la creación de material por parte del alumno. Facilitan el acceso rápido a fuentes de  información, ofrecen la posibilidad de hacer fotos, grabar vídeos, audios… Es fabuloso el rendimiento que se le podría sacar a la combinación de estos elementos, si se realizaran buenas actividades con una metodología adecuada.

Educacion y TICsY para ello sería también necesaria una adecuada formación de los docentes que, en la actualidad, carecen de guía sobre cómo integrar estas nuevas tecnologías en la estructura de la clase y el currículo académico. Esta orientación, cuando existe, se limita a una formación meramente técnica, a instruirles sobre qué botones pulsar y no acerca de las infinitas posibilidades pedagógicas que estas herramientas ofrecen. Existen muchos profesores y maestros que están implementando una nueva pedagogía real utilizando las TICs, fruto de su propia iniciativa e impulsada por la vocación, la curiosidad y el deseo de innovar.

Lo que sí resulta incuestionable, aún con la metodología clásica, es la importancia de las nuevas tecnologías para el alumnado con diversidad funcional. A mi hijo le resultaría imposible ejecutar trazos legibles con un lápiz. No puede esperar uno, dos o quince años a mejorar sus habilidades en cuanto a la motricidad fina para aprender escribir, cuando es perfectamente capaz de hacerlo mediante un teclado. Lo importante es aprender a leer y escribir, lo de menos la herramienta empleada. Sin embargo, esto  es algo muy concreto y específico.

Educacion y TICsNo me gusta la educación actual que sigue tratando a todo el conjunto de niños de una clase como un todo homogéneo, con los mismos libros, la misma metodología y los mismos objetivos. Cada niño debería aprender siguiendo su propia evolución madurativa y en función de sus habilidades, inquietudes e intereses. Sin libros de texto, sin programas ni currículos prefijados, sino en función de los intereses y curiosidades que surjan en la clase. Y todo esto es posible con la aplicación de la metodología constructivista y el trabajo por proyectos.

Hoy en día nos estamos volviendo locos introduciendo TICs en las aulas, sin ton ni son. Si Antón pudiera escribir a mano, sería absurdo que hiciera todo lo que se ve obligado a hacer para ejecutar los ejercicios en el mal llamado libro digital de que dispone (y que no deja de ser una maqueta en pdf del libro en papel y resulta una auténtica pesadilla). La revolución digital es otra cosa y no consiste en llenar la aulas de portátiles o iPads. Debería consistir en enseñar a los niños a utilizar esas herramientas.

La educación tal y como se aplica hoy en día no funciona. Prueba de ello es el elevado índice de fracaso escolar que, no sólo no disminuye, sino que no deja de incrementarse curso tras curso. La metodología actual no es efectiva y, muchas veces, aburre o aborrega a los niños. La solución no reside en cambiar los instrumentos (sustitución de libros por tabletas), sino en cambiar la forma en que se enseña. Y no hace falta inventar la rueda, ya está inventada y se llamada metodología constructivista y trabajo por proyectos.

Espero que algún día administración, docentes y familias dejemos de lado nuestros respectivos intereses y podamos alcanzar un consenso para llevar a cabo los cambios que la Escuela Pública precisa, para convertir la Educación en un instrumento real de avance y progreso. Porque, ahora mismo, quienes están en medio y pagando los platos rotos de nuestras discrepancias son los niños. Sin educación nunca alcanzaremos esa sociedad justa y equitativa que lleva soñando la humanidad desde su origen.

Todos iguales en Sistema educativo

ENLACES RELACIONADOS:

Enseñar dónde, cómo y con quién (Seguridad en la red)

Instrumentos que permiten innovar y motivar mediante la utilización de las TICs

Nuevo curso, nuevos sueños: PROYECTO CLICS

Cuando surgió la idea de crear Cappaces, fueron tres básicamente los motivos que me empujaron a ello:

Salida laboral: mi situación de desempleo y el hecho de ser consciente de que el terreno en el que me había estado moviendo hasta entonces (la gestión cultural) tenía un futuro muy negro, me llevaron a la necesidad de replantearme mi futuro laboral y reorientarlo en otra dirección. Fue así cómo surgió la idea de intentar canalizar todo ese tiempo y energía que había dedicado a la búsqueda de aplicaciones para Antón y reconvertirlo en una profesión o que, al menos, pudiera propiciar alguna oportunidad laboral vinculada a este campo.

Convencer y Retribuir: Convencer de la necesidad del uso de este tipo de dispositivos para niños con diversidad funcional y ayudar a su generalización. Dado que la administración se mueve tan sumamente despacio, me parecía importante llegar a las familias e impulsar el cambio desde abajo. Devolver parte de lo recibido: desde el diagnóstico de Antón, ha sido infinita la ayuda que he recibido vía internet de otras familias con las que compartía diagnóstico y circunstancias. Sus experiencias y consejos me sirvieron para ayudarle a él y para encontrar consuelo emocional. Había recibido tanta ayuda de tantas familias de distintas partes del mundo, que me sentía obligada a devolver, al menos, una pequeña parte de lo recibido.

Vía de evasión: necesitaba contar con un proyecto que me ayudara a oxigenarme y distraer mi mente, engañarla para que dejara de rumiar todos los días y a todas horas los diferentes motivos de angustia derivados de las circunstancias de Antón. Necesidad personal de centrar mi cabeza en algo que no fuera los problemas que habían ido surgiendo respecto a la integración social de Antón, que se hacía cada vez más difícil a medida que él iba creciendo y que tanto dolor me provocaba. Era urgente que me volcara en alguna actividad que me aportara ilusión y me ayudara a desviar todos esos pensamientos. Un proyecto que sirviera para canalizar toda esa energía en construir algo positivo, en lugar de autodestruirme.

No hace falta decir que mi ingenuidad en el «Punto 1» fue inmensa y que el blog ha sido un auténtico fiasco como hipotética fuente de ingresos o de ofertas laborales. Y, aunque no me ha ayudado a conseguir ninguna ventaja material, sí que han sido incontables los beneficios emocionales que me ha proporcionado. Sumergirme en el universo de la “blogosfera de la diversidad” me ha permitido intercambiar experiencias, aprender muchísimo y obtener información que me ha servido para facilitarle un poco la vida a mi hijo. Y, sobre todo, me ha permitido encontrarme en el camino a personas (especialmente madres) fantásticas, a quienes, a pesar de no conocer físicamente, he abrazado y junto a las que he llorado y reído, de forma tan intensa como si las tuviera al lado.

Así que, esto es lo que Cappaces me ha proporcionado sin haberlo buscado:

– Una vía de desahogo: aunque pareciera contradictorio con uno de esos objetivos iniciales (evasión), se ha mostrado, sin embargo, complementario. El hecho de trasladar a palabras experiencias y situaciones difíciles, me ha servido como terapia particular. Porque, aunque la razón principal del nacimiento de Cappaces fuese la de trasladar al mundo de la infancia con diversidad funcional, las inmensas ventajas que implicaba la utilización del iPad, así como la reseña de aquellas aplicaciones que nos habían sido más útiles para ahorrar tiempo y dinero a otras familias, con el tiempo el blog se me ha ido escapando de las manos. Se ha convertido cada vez más en un espacio donde compartir experiencias vitales y reflexiones sobre la diversidad, y cada vez menos en el lugar de reseñas de apps que fue inicialmente concebido.

Amistad: El poder compartir mis experiencias de forma pública, me ha permitido conocer y conectar con otras madres en circunstancias similares a las nuestras. Compartir las alegrías y también el dolor… Me ha ayudado a sentirme menos sola y eso es algo impagable.

Rosa es una de esas madres con las que me he encontrado en este particular universo. Y, aunque nunca nos hemos visto ni hablado de forma física, es una de las personas que más me han ayudado emocionalmente en los últimos tiempos. Y es Rosa quien ha ideado y quien capitanea este hermoso sueño llamado Proyecto Clics en el que Antón y yo nos hemos embarcado y que promete darnos muchas satisfacciones y la posibilidad de conocer a niños, padres, docentes y terapeutas increíbles. Gracias Rosa.

Proyecto Clics

Proyecto Clics

 

Nadie mejor que su creadora para explicar en qué consiste Proyecto Clics:

EXPLICACIÓN DEL PROYECTO Desde hace tiempo trabajamos con personas con diversidad funcional. Por un lado, Felipe lidera el proyecto @NosWhyNot, la primera agencia de fotógrafos con diversidad funcional. Por el otro, Rosa, @iPadsyAutismo desarrolla el proyecto iPads y Autismo en una escuela. Abordamos la diversidad funcional a diferentes niveles pero con un objetivo en común, mejorar la inclusión de las personas con diversidad funcional a nivel escolar, profesional y social.

En este tiempo hemos tenido contacto con profesores, familias y diferentes profesionales que también trabajan con personas con diversidad funcional y hemos compartido la necesidad de crear proyectos que impulsen por un lado la inclusión digital y por el otro el trabajo de habilidades para reforzar su inclusión escolar, laboral y social.

El Proyecto Clics nace con esa filosofía, facilitar el acceso a una herramienta de expresión plástica como es la fotografía para potenciar la comunicación y la interacción de personas con diversidad funcional como medio para tender puentes que nos ayuden a conocerlos mejor y establecer nuevas vías de comunicación.

Debido a la edad de los niños que participarán, en principio se ha pensado que las fotos se realicen con dispositivos móviles ya que son herramientas muy sencillas de utilizar y al alcance de muchos niños, aunque también se pueden realizar con cámaras fotográficas. La finalidad no es trabajar la técnica fotográfica sino utilizar la fotografía como medio de expresión, así que estos dispositivos nos ayudarán a captar las imágenes y a compartirlas con facilidad, eliminando barreras y potenciando la autonomía de los usuarios.

Hemos abierto las puertas a escuelas, familias y asociaciones para poder contar con diferentes entornos que aportarán grandes experiencias y diferentes puntos de vista con el objetivo de enriquecer el proyecto entre todos.

OBJETIVOS:

1.- Promover la utilización de la fotografía como medio de expresión de las personas con diversidad funcional para facilitar su comunicación, la expresión de gustos, emociones, etc. y conocer de este modo algunas de sus inquietudes.

2.- Favorecer el intercambio de sinergias creando una plataforma para compartir sus fotografías, en la que puedan mostrar sus creaciones y conocer las realizadas por el resto de niños participantes.

3.-Facilitar la comunicación, la interacción, la socialización y el trabajo en equipo de los niños participantes desde diferentes puntos geográficos.

4.- Crear un espacio de encuentro para profesionales y padres de personas con diversidad funcional, para conocer otras experiencias, intercambiar opiniones, recursos y aportar ideas.

 

La participación en esta iniciativa me ha permitido comprobar hasta qué punto le entusiasma a Antón el tema de la fotografía. Esta es nuestra primera colaboración en Proyecto Clics: UN NUEVO “PRIMER DÍA”

 

Proyecto Clics

Fotografía, Internet, Tabletas, Nuevas Tecnologías… A pesar de las limitaciones impuestas por la diversidad funcional de los niños que participan en el proyecto, no puedo evitar pensar la inmensa suerte que tienen de haber nacido en una época en la que cuentan con todas estas herramientas que, no sólo les facilitan la vida diaria, sino que también les aportan enormes satisfacciones. Es por ello, que me gustaría aprovechar este inicio de curso para republicar la semana que viene algunas entradas dedicadas al modo en que se utilizan (o se podrían utilizar) las nuevas tecnologías en el ámbito educativo, esperando que nos ayuden a reflexionar sobre este tema de cara al nuevo curso.

 

Enlaces relacionados:

Razón de ser de Cappaces

La pantalla mágica