Cambios

Llevo un tiempo reflexionando sobre mi exposición pública. No sólo en las redes, sino también en el blog. Es complejo saber qué hacer, porque quiero creer que parte de lo que he expuesto en los últiimos años de nuestro espacio personal ha servido para algo. Quiero pensar que ha podido ayudar a que quien no veía a mi hijo, lo viera y que quien lo miraba mal, lo mirara mejor. 

Siempre he sentido que el mensaje político debía ir acompañado de una parte personal. Que lo uno no tiene efecto sin lo otro. Que si no ves las repercusiones que lo que ese sistema de creencias que es el capacitismo genera sobre las vidas de las personas, es imposible provocar un cambio sobre los discursos y las miradas. Pero, al mismo tiempo, esa exposición personal me ha generado un coste emocional enorme muchas veces Así que ha llegado el momento de cambiar la forma en que lo hago.

Cada quien interactúa en las redes como quiere, pero a mí hay formas de relacionarse conmigo que me incomodan y hasta violentan. Por ejemplo, hay personas que no interactúan jamás conmigo, así que concluyo que no les interesa mi contenido y ni lo ven ni lo leen de la misma forma que hago yo con otras personas. No hay tiempo material ni energía para abarcar a todo el mundo y seguramente la educación nos impida eliminar a esas personas de nuestra lista de contactos. Pero resulta que muchas veces coincido de forma física con personas que me hacen comentarios que hacen referencia a momentos personales que he compartido y me confirma que son muchas las personas que sí están atentas a lo que expongo, pero que no me lo hacen llegar de ninguna manera. Y no me gusta. No me gusta esto que casi siento como fisgoneo y que me hace creer que esas personas realmente no entienden por qué hago lo que hago. Como digo, sé que el tiempo no nos alcanza, pero no es tanto el que se necesita para hacer click y mostrar una reacción o escribir dos palabras.

Por otra parte, cada uno comparte lo que quiere y hay quien no comparte nada y en su derecho está. Pero lo que no está bien es juzgar, reprochar y hasta mofarse en privado del grado de exposición de los demás y luego no perderse detalle de esas vidas. Hacer ver que no se está por aquí, cuando se está más que nadie.

Así que, como decía, voy a cambiar la forma en que comparto el contenido más personal. Muchas de esas cosas, en especial las referidas a Antón, las publicaré sólo en el blog y sólo se podrá acceder a esos posts de forma privada. Empiezo por la crónica que hizo Antón de su aventura en Paraguay. Si alguien está interesado en leerla que me lo haga saber y le mando las instrucciones para poder acceder. Me gustaría también que quienes leáis a ese texto que a él le ha llevado tantas horas redactar, podáis dedicar un par de minutos a escribir qué os ha generado y yo pueda hacérselo llegar a él.

Abrazos ❤️ 

Comments

  1. M José Gómez Corell dice:

    Entiendo lo que dices y puedo entender lo que sientes.

    No sabemos quién, ni en qué momento puede ayudarle lo que escribes, pero sí te aseguro que has ayudado, ayudas y ayudarás a muchísimas personas que te lean y leerán en algún momento, entre las que me encuentro. Eres una de mis referentes y quiero que sepas que recomiendo seguir tu blog y tus redes.

    Quiero seguir teniendo acceso y poder leer todo lo que publiques

    Abrazo enorme con todo mi agradecimiento.

  2. Mira Carmen, el hecho humano de escribir supone , en si mismo, cierto grado de exposición personal que hay que asumir nos guste o no. Te puede resultar complicado por lo que de personal e íntimo incluyes en tus textos, y aún más porque incluyes textos de tu hijo, lo cual ya es una especie de invasión de su privacidad que luego quieres ver aplaudida o denostada ( siempre dentro del respeto esperable, claro).
    Sucede que tu estilo al escribir es sintético cuando lo comparamos con el de tu hijo, y eso también puede tener que ver con la reacción de cada uno.
    De cualquier forma, me parece buena idea lo de pedir permiso para leer el texto de una tercera persona. Después de todo, según la estética de la recepción, el texto, una vez publicado, deja de ser del emisor y ya pertenece al receptor. Buen trabajo a los dos. Un beso a ti y un abrazo a Antón.

  3. Hola Estoy intentando comentar pero no sé qué hago mal y no me deja. Sólo quiero deciros que a mí personalmente me ayudáis mucho con vuestro ejemplo a superar la parte de mi enfermedad que no se ve pero me incapacita para seguir los ritmos de esta extraña sociedad en que vivimos y por otro lado me abrís los ojos a mis propios prejuicios que pensaba que no tenía y con los que intento trabajar para extirparlos tanto de mí como de las personas que me rodean. Os prometo que volveré intentar comentar. Muchísimas gracias y un gran abrazo Ali

  4. Carmen, por supuesto que me gustaría leer la cronica de Anton en Paraguay.

  5. Yo os sigo y me gustaría leer CRÓNICA DE PARAGUAY (por Antón Fontao)https://cappaces.com/2024/09/05/cronica-de-paraguay-por-anton-fontao/ Un saludo

       beni 
    
           "La vida es para vivirla, no para comprenderla" ________________________________
    

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