Desarrollador: Duck Duck Moose
Idioma: inglés (no relevante para el juego)
Precio: 1,59 €
Categoría: Vehículos
Descripción: Esta divertida aplicación de Duck Duck Moose incluye cinco actividades:
Tren de lavado: El juego se inicia con una escena donde podemos ensuciar al vehículo protagonista de la actividad. Pasamos después por el tren de lavado, donde tendremos oportunidad de dejarlo impoluto. La actividad se puede repetir con diferentes vehículos.
Taller de reparación: A lo largo del pavimento se disponen diferentes elementos, que provocarán que se pinche la rueda de uno de los vehículos que transitan por la carretera. Pronto aparece una grúa en escena que traslada nuestro coche hasta el taller para recambiar la rueda. Podemos elegir entre diferentes y divertidos modelos de neumáticos.
Basura y Reciclaje: Disponemos de tres contenedores de basura para introducir distintos residuos atendiendo a su clasificación: orgánicos, inorgánicos y envases. Posteriormente, debemos cargar los contenedores en el camión de reciclaje correspondiente.
Desfile de vehículos de bomberos, policía, ambulancias, correos, coches, camiones, hormigoneras, etc. Podemos detenerlo y volver a ponerlos en marcha, en función del color de la luz del semáforo que seleccionemos.
Movimiento de tierra con volquete y excavadora.
Valoración: Aplicación especialmente indicada para aquellos niños que, como mi hijo, sean unos apasionados de todo lo que lleve ruedas. A mi enano, que no es nada adictivo respecto a los juegos y prefiere utilizar el iPad para escuchar música o ver vídeos, le encanta esta aplicación. Es un auténtico gourmet de las aplicaciones y no le vale cualquiera. Por tanto, cuando una app pasa su control de calidad con buena nota, puedo permitirme recomendarla con total seguridad.
Además del contenido propiamente lúdico de esta aplicación, resulta también interesante la actividad de recogida de basura. Puede servirnos como excelente excusa para trabajar esta materia con los niños: explicarles cómo se deben seleccionar los residuos y en función de qué se hace la separación. Algo bastante complejo, incluso para muchos de los adultos que no hemos tenido la oportunidad de educarnos en la cultura del reciclaje. Es por ello imprescindible que nuestros niños lo incorporen con la mayor naturalidad y para ellos resulte tan cotidiano e inexcusable como detenerse ante un semáforo en rojo o cepillarse los dientes antes de ir a la cama. Sería deseable que, en un futuro no muy lejano, el hábito de no reciclar resulte tan impensable como resultan, a día de hoy, costumbres de otras épocas tales como vaciar orinales por las ventanas.
Resulta un cierto fracaso para nuestra sociedad que se haya demostrado, que sólo en aquellos países o ciudades con normas muy estrictas y con serias consecuencias legales para quienes no reciclan, se hayan conseguido resultados positivos en esta materia. Esperemos que nuestros hijos sean más respetuosos y asimilen ciertos hábitos de urbanidad que muchos adultos de hoy rechazan. Y que cada vez sean menos las personas que, no contentas con no separar ni reciclar, echan por tierra el esfuerzo de los demás arrojando restos inorgánicos en el contenedor de la basura orgánica.
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