Gracias Daniela ❤

constructivismo, metodología constructivista, trabajo por proyectos, pedagogía, discapacidad, diversidad funcionalLa suerte, el azar, el destino, o como queramos llamarle a esa circunstancia que suele marcar nuestras vidas, quiso compensar la tremenda putada que la lotería genética le había hecho a Antón colocando a Daniela en su camino.

Daniela, su maestra durante los tres cursos de Educación Infantil, nos demostró que la carencia de recursos puede suplirse muchas veces con ganas, vocación y esfuerzo. Y, sobre todo, con el amor infinito que ella demuestra hacia todos sus niños.

Daniela es vocación, intuición, imaginación, sensibilidad, capacidad de trabajo, entrega, dedicación. Resulta imposible trasladar en una sola entrada la forma en que suplió la falta de medios con todos los recursos nacidos de su tremenda vocación y su extraordinaria imaginación. Haría falta un libro completo para hacerlo. Difícil también expresar y agradecer todo lo que pude aprender a su lado. Con ella lo aprendí todo. Y nunca podré agradecer lo suficiente su generosidad por todo el tiempo que me dedicó y todo cuanto me enseñó. Y nuestra experiencia junto a ella demuestra que, si el maestro se involucra de verdad y los padres son flexibles, se dejan guiar por esa persona y confían en ella ciegamente, se puede obrar un auténtico milagro y acercar la integración escolar y social de ese niño a la realidad con la que muchos soñamos.

Esos años al lado de Daniela me hicieron además entender cuánto de importante tienen los docentes a estas edades, lo claves que resultan para nuestra sociedad y lo poco que se cuida su función. Solemos valorar socialmente a los docentes de forma inversamente proporcional a su influencia real sobre los alumnos. En la cúspide situamos a los catedráticos de universidad (cuando poco o nada pueden ya influir sobre los valores y la personalidad de nuestros hijos llegados a esas edades), mientras parecemos colocar en lo más bajo del escalafón a quienes se ocupan de ellos hasta los 6 años. Esos seis años cuya importancia coinciden en resaltar todos los expertos en pedagogía, psicología o biología. Increíble paradoja sobre la función de estos docentes que lleva también a descuidar su elección. Deberíamos reflexionar sobre lo trágico que resulta que existan personas que ejercen de forma equivocada su trabajo, con el daño tan enorme e irreparable que pueden causar.

Ojalá muchos futuros docentes pudieran formarse junto a Daniela Rocha para salir tocados con esa varita mágica tan especial que los convertirá en maestros muy especiales. No consigo entender que la formación en Ciencias de la Educación no obligue a los estudiantes a ejercer prácticas desde el minuto uno y de forma continuada a lo largo de toda la carrera, de la misma forma que los estudiantes de Medicina se convierten en la sombra de los profesionales que están en ejercicio por consultas y hospitales.

Me gustaría dedicar las entradas de estas últimas semanas del curso escolar a analizar diferentes aspectos de la escolarización, referidos especialmente a la de los niños con diversidad funcional. He intentado recoger en ellas diferentes reflexiones que pertenecen a la primera etapa de la escolarización de Antón. Nuestras vivencias en Educación Infantil fueron tan extraordinarias que me convencieron en aquel momento de que la inclusión de mi hijo en una escuela ordinaria sí era posible.

Lamentablemente, el paso a Primaria y nuestro camino en estos últimos cursos ha evolucionado de forma muy distinta. Tanto dentro como fuera de la escuela. Los factores y las circunstancias que han marcado esta inflexión son múltiples y variados. Tienen más que ver con la complejidad de la propia sociedad, la evolución de los niños según van cumpliendo años y los roles, capacidades o destrezas que el mundo les empuja a valorar, que con la propia escolarización. Dado que todavía estamos ahí inmersos y resulta difícil analizar una situación sin perspectiva y cierta objetividad, pospondré las reflexiones y conclusiones derivadas de esta última etapa. Intentaré también que el dolor de ahora no me impida recordar la extraordinaria experiencia y la felicidad vivida en aquellos tres primeros cursos de Infantil. Trataré de analizar los principales factores que creo incidieron no sólo en los avances motores y cognitivos que entonces experimentó mi hijo, sino también en su desarrollo espiritual como el ser humano completo y complejo que es. Y ojalá nuestra experiencia pueda servir para marcar el camino y aportar luz tanto a las familias que inicien ahora la escolarización, como a esos docentes cuyo papel va a ser tan importante en las vidas de esos niños.

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Los tres años que Antón pasó al lado de Daniela fueron los más felices de nuestras vidas. A veces me gustaría sumergirme en un bucle espacio-temporal que reprodujera aquella época de forma indefinida. Que los años que nos quedan por vivir transcurrieran en nuestro particular “día de la marmota” y que ese tiempo nos atrapara y no nos dejara escapar nunca.

Comments

  1. Aprecio mucho esta nota. No cabe duda que pocos maestros que realmente tienen la vocación de ser docentes pueden manifestarse como lo ha hecho Daniela. Un abrazo a la distancia, esperando que este efecto tan positivo que ha dejado Daniela, se replique al máximo en toda la comunidad educativa no sólo de España sino de toda Iberoamérica.

    • Gracias, Eduardo. Ojalá los progresos y la felicidad de nuestros hijos dependieran no de la suerte sino de la dignidad y de la decencia de quienes han elegido la enseñanza como profesión. Un abrazo

  2. Belén Arranz says:

    Que bonitas y acertadas palabras….me han llegado al corazon. Yo también tuve el enorme privilegio de tener a Daniela como profesora de mi hijo Efrain durante infantil. Nunca lo olvidare. Ella es una maestra única, no he conocido a otra igual. Todos aprendimos con ella, no solo nuestros peques. Desde aqui todo mi cariño y ánimo para que siga adelante en su carrera. Y para nuestro querido Anton, al cual vimos evolucionar en aquellos primeros años de aprendizaje, todo nuestro amor… sigue adelante campeón!

  3. Felicidades a Daniela!! Es un ejemplo a seguir como persona y sobre todo como maestra de educación infantil. Había oído hablar de Daniela y la suerte que tenían los niños/as que pasaban por su aula. No recuerdo exactamente el tiempo que hace de un congreso de educación infantil en la universidad de la Coruña. Ya os conocía a ti y a Antón de Cantalarrana, de Sada… Me quedé impactada y se me cayó alguna lágrima que otra al escuchar la carta que leíste al comienzo, de ese viaje en el que se supone que vas hacia un destino y el destino te lleva hacia otro. Y expusisteis en funcionamiento de la calle de Daniela, su trabajo por proyectos y su aula en la que la supo ver a Antón o en Antón una «herramienta » de trabajo para formar a pequeñas personas solidarias, cariñosas, expresivas y para crear realmente un aula inclusiva.
    Soy licenciada en filología hispánica, no ejerzo, la casualidad o quizá la verdadera vocación me llevó a estudiar el grado en infantil. Actualmente estoy estudiando el grado de infantil. Ojalá algún día pueda llegar a ser tan buena profe como es Daniela.
    Y esperemos que los que mandan hagan caso a opiniones de madre como tu ya que a los «expertos» en la materia no les hacen demasiado caso. Aunque más expertos/as que vosotros /as creo que no existen 😉

  4. buenos dias carmen, en el colegio de mi hijo trabajan por proyectos y su nueva maestra esta un poco perdido sobre como trabajar con mi pequeño con diversidad funcional con esta metodología. me gustaría poder ponerme en contacto con danieloa para solicitarla ori8entación, ¿sabes como puedo llegar a ella?
    muchas gracias

  5. Mónica Mejía says:

    Hola Carmen. Leo cappaces en El Salvador, Centro América. Me gusta mucho como comentás sobre tus experiencias y en especial como comentás sobre el amor que sentís por tu hijo.
    Hoy he leído sobre Daniela, una entrada de 2014. Me ha conmovido mucho.
    Mi hija Ilusión ha sido diagnosticada con retraso en el desarrollo y nadie es capaz de darnos más explicación sobre ello.
    La Directora de su kinder ha sido una bendición para nosotros, pues la ha aceptado en medio de las dudas y críticas de muchos alrededor. Hay personas que hacen la diferencia en nuestras vidas y Rosalba lo ha hecho en nuestro caso.

    Un abrazo!

    • Muchísimas gracias por compartir tu experiencia, Mónica. Me alegro muchísimo de vuestra suerte pero sigo lamentando que los derechos de nuestros niños sigan dependiendo de la suerte… la maldita suerte. Un abrazo enorme a las dos ❤️

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