Seguimos locas pero ya no estamos solas

El pasado fin de semana tuvo lugar el «Workshop Cataliza» de Quererla es crearla. 

Hasta Barcelona fuimos madres, padres, docentes, alumnado, investigadores, orientadoras, equipos directivos… y todas las personas empeñadas en Crear la escuela que Queremos.

En la primera mesa redonda de las jornadas, analizamos de dónde veníamos para saber a dónde vamos.

Esta fue mi aportación.

TRANSCRIPCIÓN

Voy a hacer caso al Comandante Che Calderón, que nos ha dicho que pensemos de donde venimos y hacia donde vamos. 

Y ¿de dónde venimos? Pues venimos de la soledad. Pero hoy veo esto…. y digo, pues bueno, ya la soledad a veces es menos soledad.

Venimos del «pelotón de fusilamiento» como yo le llamo.

Que, por ejemplo, el profesor de gimnasia suspenda a tu hijo, que ha entrado arrastrándose en el centro, y no es una forma de hablar, es literal: arrastrándose, culeando; Que ha visto cómo se levantaba del suelo para usar un andador; y que le ha visto andar, subir y bajar escaleras… y entonces, va y le suspende

Y pides una cita con él, y te encuentras con el «pelotón de fusilamiento»: el profesor de gimnasia, la tutora, el orientador, el jefe de estudios, la PT, la AL, la JK y los GEOs.

Y veo que aquí hay un montón de gente que son colegas de profesión de los del «pelotón de fusilamiento»… y se me pone la carne de gallina.

Porque siempre lo digo: a mí, es que me duele mi hijo.Y ¿qué te duele más en esta vida que un hijo? Pero, ¿a vosotros?… Ostras… que os duelan vuestros alumnos… De verdad, es que…

Y también venimos de que nos llamen locas. De que nos digan que no tenemos razón. ¿Cómo vas a querer lo mismo para tu hijo que para tu hija?

Y no sólo que para tu hija, sino también lo mismo que tú misma has tenido.

Así que venimos de que nos llamen locas y, efectivamente, estamos locas.

Afortunadamente… Porque las locas son las que han cambiado el mundo.

La prioridad principal ahora es meter esto en la agenda política.

Vemos que en los partidos políticos ahora hay tanta polarización.

Polarización significa dos polos opuestos, ¿no? Sin embargo, en esto piensan todos igual, sienten todos igual y actúan todos igual: desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, pasando por los equidistantes.

Están todos impregnados de capacitismo.

Es verdad que no hemos avanzado lo que nos gustaría en otras cosas como el feminismo, en los derechos lgtbi…  pero sabemos lo que está bien y lo que está mal.

Aunque haya gente que sabe lo que está bien y hace lo que está mal y dice que…. vamos, vamos a pasar de la actualidad [risas]

Pero saben lo que está bien y lo que está mal.

Pero que en esto piensan y miran mal y piensan que está bien.

Y he llegado a la conclusión… porque, bueno, yo he sido muy activista sin saberlo.

Porque yo me he criado en Euskadi en los años 80, entonces es que ya no hablábamos de derechos humanos, hablábamos de vidas humanas. Y para mí, que no soy creyente, es la única que tenemos y para mí es muy importante una vida.

Y pues, desde los 15 o 16 años me he implicado en temas políticos.

Y veo que están siempre las mismas personas en los mismos actos. Y dices: «Jo, qué pena que no haya más gente».

Pero es que resulta que esas personas no están en los actos que tienen que ver con los derechos humanos de mi hijo.

Porque piensan que es una cuestión biológica.

No piensan que el machismo sea biológico, que tenga que ver con que tengas un útero, una vagina o una identidad de género femenina.

No, saben que es una construcción cultural, pero la discapacidad no.

Piensan que es una cuestión familiar, personal.

«Qué mala suerte has tenido 

«¿Qué culpa tenemos el resto, ¿no?» 

«¿Qué vamos a hacer nosotros si es una cuestión de… 

Y eso es terrible. Pero, ¿cómo lo traspasamos? ¿Cómo lo vencemos? ¿Cómo…

Nadie piensa que la pobreza sea una cuestión de mala suerte.

Bueno, hay gente que sí piensa que la pobreza es algo que te ganas, pero quien piensa que no, esas mismas personas, piensan que esta situación, esta vulneración de derechos, la opresión que significa el capacitismo… que es una cuestión de mala suerte.

Y de verdad creo que es importante llegar ahí y no sé cómo lo vamos a hacer, pero tenemos que hacerlo.

Lo mismo que hicieron las mujeres que decidieron que no, que no se conformaban con lo que les dejaban.

Lo mismo que las personas con una orientación sexual diferente a la mayoría o una identidad de género distinta a la que se les asignó.

Que no era una cuestión de lo que dijera la sociedad.

A veces Antón se desespera. No me extraña, porque me desespero yo que no lo vivo.

Hace poco hemos llegado a la conclusión de que hay que resignarse, que es muy triste.

Y yo le decía: Mira Antón, es que es imposible que en lo que te queda de vida esto vaya a cambiar. 

Entonces, no sé cómo tienes que hacer, qué coraza te vas a buscar, para que la forma en que te miran y te infravaloran no te afecte. Pero tienes que buscártela. Porque le digo, es como si en nuestro mismo país en 1942 una mujer trans o un hombre gay intentaran convencer a su comunidad de que no son infraseres, de que no son unos degenerados…

¡No les van a convencer! 

Por muchas razones que les den… Esas personas no van a vivir el cambio.

Pero gracias a lo que han hecho, a lo que hicieron esas personas, los chicos y chicas de hoy en día están viviendo una vida digna.

O por lo menos, la teoría nos dice lo que está bien visto social y políticamente. Aunque sí, sabemos que sigue habiendo violencia homófoba, machista…

Pero ahora estamos en otro punto. Lo triste es que en el tema del capacitismo no estamos ni empezando.

Y bueno, ya me callo, porque ya he dicho que la concisión no es lo mío y otra vez me he vuelto a dispersar.

Comments

  1. Raquel Garcia Plaza dice:

    💚

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