Crónica ilustrada de mi Congreso Down Galicia

Captura de momentos para (intentar) resumir mi fin de semana.

1— Congreso Down Galicia. Construíndo o futuro de Educación. Un dereito para Todos e Todas”.

Imagen de la portada de una carpeta donde se lee: “Construíndo o futuro de Educación. Un dereito para Todos e Todas”.

2— Los discursos guadiana (llamados “institucionales”). Llegan al inicio, dan el speech y cuando el primer ponente sube a hablar, se largan. Vuelven a la clausura para soltar su Speech (II). Nunca se quedan a escuchar. No les debe hacer falta. Se refleja en su gestión y en sus saberes. Como cuando la representante de la Consellería de Educación afirmó que en Galicia el 93% del alumnado leído por la discapacidad está en ordinaria 😳

3— Pero lo mejor vino después, cuando afirmó (sin despeinarse) que en nuestra comunidad se respeta la voluntad de las familias a la hora de decidir la modalidad educativa de un niño o niña. Tienen la cara de cemento armado… Qué suerte la de los “guadianos”, que saben que nadie les va a interpelar por respeto a la organización, pero algún día habría que darle una vuelta a esto. No pueden seguir soltando esas cosas y largarse sin que les roce el aire.

4,5,6— Quererla es Crearla, Nacho Calderón y Estudiantes por la Inclusión presentes en muchas de las exposiciones.

7— Cuánto me remueve y menea esta mujer, pero qué exhausta me deja la tía… Gracias cambiohorariodelos*** por regalarme una hora extra de recuperación.

8— Ains… Qué emoción (y qué vergüenza) verme entre esas personas. Gracias, Profe Miguel ❤️ 

9— Sue y las heroínas del congreso. No va a haber agradecimiento ni amor suficiente en este mundo para que recibáis todo el que merecéis. Gracias infinitas, Marta y Andrea, por vuestra coherencia, dignidad, sentido de la justicia y el sufrimiento que lleváis a cuestas por ser como sois y haber hecho lo que hay que hacer. Porque lo dicta la Ley y también la Humanidad.

10— Foto oficial u oficiosa.

11— Las que me dan vida.

12— La Santísima Trinidad.

13— Confabulando.

14— Pasando a la acción.

15— Nunca un pinta uñas puso tanto color 💅🏽

16— ELLAS 🥰

17— Mi medianaranja extramarital 💜

18— Descubrimientos. Qué gusto encontrarte, Alejandra (la Mónica se nos coló en la foto, ella también es descubrimiento pero ya veterano).

19— La alegría de reencontrarme con Pepa sin esperarlo. Una vez más, fue la booomba. Porque ella es 🔥 x ❤️ (elevado a ♾️). Igual que su señora madre.

20— Y aquí lo mejor del Congreso: EL ALUMNADO. Juntos (de verdad), contando lo que está pasando dentro, denunciando el maltrato que ven sufrir a sus compañeros (con etiqueta), mostrando más dignidad, coraje, valentía y coherencia que todos los profesionales, las familias y los representantes de la administración juntos. Gracias, Óscar, Sara y Rosa, por la lección que nos distéis.

Sugerencia para próximos encuentros dirigida a cualquier organización, entidad, administración, universidad, etc. Dejadles a hablar a ellos y ellas. Tooodo el tiempo. Que se sienten a recitar la lista infinita de despropósitos que están ocurriendo en las escuelas, de maltratos y vulneraciones de derechos que se sufren dentro de los espacios a los que la ley obliga a las familias a llevar a sus hijas e hijos hasta los 16 años. Vuelvo a recordar que no están escolarizados por capricho (ni suyo, ni nuestro), sino por OBLIGACIÓN.

Ojalá algún día los encuentros para debatir sobre la EDUCACIÓN NO SEGREGADORA (me niego a seguir hablando de “educación inclusiva”) dejen de ser como congresos sobre feminismo organizados por hombres, diseñados por hombres, gestionados por hombres y con un programa monopolizado por nombres de hombres, que explican a un auditorio (compuesto sólo por hombres) cómo se alcanza una sociedad feminista.

A ver si algún día conseguimos acabar con el Despotismo Discalustrado al menos en los espacios y encuentros teóricamente aliados e impulsores del cambio 🙏🏽

Cuando quien tiene que creer es el resto

Esta semana la ministra de Educación, Pilar Alegría, ha acompañado al rey a hacer entrega del Premio Princesa Girona a Escuela del Año a un centro de educación especial. Es decir, la máxima responsable de educación en nuestro país avala que se segregue a los niños y a las niñas en base a determinadas características.

La Educación Inclusiva es un derecho recogido en la «Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad» (CDPD) de Naciones Unidas, que España firmó en 2008. Esta Convención tiene el mismo rango jurídico que la Constitución. Por lo tanto, puede decirse que el Estado español comete ilegalidades y ampara políticas anticonstitucionales. De la ética, ya mejor no hablar.

Imagen del estreno del documental "Educación inclusiva. Quererla es crearla", donde aparecen algunos de sus protagonistas junto a la ministra de Educación, Pilar Alegría.

Hace cuatro años, la ministra tuvo la oportunidad de reunirse con los chicos y las chicas de Estudiantes por la Inclusión y pudo escuchar de primera mano el sufrimiento que la exclusión genera en el alumnado y sus familias. Esta foto recoge el momento de una emocionada y conmovida Pilar a quien ahora vemos no sólo sancionando, sino incluso premiando la segregación y la exclusión, la vulneración de derechos y el incumplimiento de la legalidad, recogida en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) que España ratificó en 2008.

A pesar de todo, voy a seguir creyendo que la gente es lo que parece y que cree en lo que me dice. Al menos en ese momento. Pero me produce una enorme tristeza y desesperanza comprobar que ni el ministerio de Educación, ni el Gobierno (progresista y de “izquierdas”) van a ayudar siquiera un poco a acabar con nuestra cultura capacitista, que empieza en la escuela segregada y se perpetúa desde la exclusión en la vida adulta.

Como dice mi amiga Ruth, nuestra manera de entender la educación es muy subversiva. Lo mismo que subversivas eran las sufragistas contra quienes también se esgrimían argumentos desde la política, la filosofía y hasta la biología. El mundo se iría a pique si se permitiera votar a las mujeres.

Ahora mismo parece que el mundo también se va a pique si se le reconocen sus derechos, y hasta la humanidad, a las personas nombradas por la discapacidad.

Nosotras seguiremos disintiendo y resistiendo. Espero que la historia juzgue a quienes no.

Hoy Indira y Anton han recordado las palabras con las que la ministra les animaba a que nunca dejarán de creer en ellos mismos.

Pero si nosotros ya creemos en nosotros, ha dicho rotunda Indira.

Efectivamente, sólo hace falta que también crea el resto.

Puedes ver el documental completo en este enlace: Educación inclusiva. Quererla es Crearla.

#Excusas

En la tienda online de camisetas La Tostadora, se ha abierto un rincón con ilustraciones de Ricardo Clemente, protagonizadAs por algunas de las excusas que se utilizan habitualmente en las escuelas para justificar la exclusión del alumnado nombrado por la discapacidad.

EXCUSA #1

EXCUSA #2

EXCUSA #3

EXCUSA #4

Además de para los eventos de Quererla es crearla o jornadas, talleres, conferencias o actos sobre el derecho a que todos los niños y las niñas y todos los chicos y las chicas se eduquen juntos, creo que son perfectas para lucirlas cuando, por ejemplo, tengas tutoría o una entrevista con inspección educativa. Para ir vestida de razón y de razones ✊🏽

Ni Quererla es crearla, ni el ilustrador, Ricardo Clemente, obtienen ningún beneficio de la venta de estas camisetas. Su objetivo es la visibilidad de las reivindicaciones de este movimiento. 

El pasado workshop Cataliza celebrado en Barcelona fue un auténtico festival de camisetas 😊 

 

Educación contra los discursos de odio

Ayer participamos en las «IV Xornadas de Educación para o Desenvolvemento e a Cidadanía Global» organizadas por la Campaña Mundial por la Educación.

Inscritas en la «Semana de la Acción Mundial por la Educación», este año centraban su temática en la educación transformadora con un foco específico en la lucha contra los discursos de odio.

Cuando recibimos la invitación, me sorprendí y emocioné a partes iguales. 

Nadie (o casi nadie) discute que ciertos colectivos sufran esa realidad: personas migrantes, racializadas, gitanas, con una orientación sexual o identidad de género no normativas… Sin embargo, el buenísimo, la condescendiente y la invisibilidad que reciben las personas con discapacidad, enmascaran muchas veces lo que realmente representan esas conductas: aversión y rechazo hacia quienes funcionan de forma distinta a la media estadística. Odio hacia otras formas de ser y estar en el mundo. Así que eso fue lo que tratamos de trasladar: que las personas en situación de discapacidad también son objeto de discursos y delitos de odio.

No es fácil hacerlo entender debido a la labor tan eficaz que realiza el capacitismo que nos meten en vena desde que nacemos y del que es tan difícil desprenderse.

Fue maravilloso y muy enriquecedor compartir ese encuentro ante el alumnado del Grado de Infantil en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidade da Coruña con Sonia Mendes y Lucía Tembrás de SOS Racismo Galicia. Pudimos comprobar, además, como todas las opresiones se parecen porque en el fondo es siempre la misma: rechazo al distinto.

Si entre esos ciento y pico futuros maestros y maestras de Infantil que nos escucharon, hay unx solx que entendiera lo que va a significar en las vidas de tantas familias… Que comprendiera que aceptar la diversidad de todo tipo que habrá entre la infancia que llegue a sus aulas, marcará la felicidad o el infierno para ellxs y sus familias… doy por maravillosamente empleadas esas cuatro horas.

Quiero dar la gracias a Andrea Iglesias y a Laura Álvarez por la invitación y por el cariño ❤️💛💜🖤  

Imagen tomada desde el fondo del aula. Puede verse a las personas participantes en la mesa redonda al frente y las espaldas de algunos de los asistentes

PREMIO CORAZÓN INCLUSIVO 2023

La semana pasada Antón recibió el premio “Corazón Inclusivo” 2023.

Una de las profesoras del IES Alonso de Avellaneda le hace entrega a Antón del premio

Para agradecerlo, escribió este discurso que hoy comparto con su permiso:

«Muchas gracias por el premio, y muchas gracias a Dabiz Riaño por querer que me dieran este premio. Creedme cuando os digo que es un auténtico honor recibir este premio a la inclusión, y además en un lugar tan bonito y que me gusta tantísimo como es Madrid.

Este premio se lo dedico a todas y a cada una de las personas que forman parte de dos grupos que son maravillosos: al de “Quererla es crearla” y otro grupo que me enorgullece pertenecer aún más si cabe que es el de los EXI (Estudiantes por la inclusión), que es un verdadero lujo teneros en mi vida y ser una aportación más a esta lucha.

Como no, también, a Nacho y a Luz. A Nacho por su labor imparable y sobre todo por querer darnos voz al alumnado. Sin ti no existirían los EXI. En cada reunión sacaste de nosotros algo que no era nada fácil porque eran anécdotas muy delicadas, y tú conseguiste que lo sacásemos todo. Además eres un buen tío y alguien muy “güasón”.

A Luz porque ella podría haber pasado de todo este tema cuando se lo presentaron, y en cambio no lo hizo. No sólo eso, también quiso saber más del tema y ahora es una de las integrantes de “Quererla es crearla”. Yo soy súper tímido (aunque cada vez menos) pero con ella me abrí muy rápido, cosa que antes me resultaba imposible. Será porque ella transmite seguridad y confianza. Además también es una tía muy simpática, graciosa y con una sensibilidad enorme.

Respecto al documental, espero que os haya gustado y también espero que este audiovisual sirva para que cada vez más gente se dé cuenta del calvario que tienen que pasar las familias, el profesorado que quiere hacer las cosas como se tienen que hacer, pero sobre todo para saber cómo lo tenemos que pasar nosotros, los que lo sufrimos en primera persona: el alumnado. Que lo que hemos tenido que pasar nosotros no se puede arreglar, porque no se puede volver al pasado, pero el futuro alumnado que va a estar allí no tenga que pasar por lo mismo que pasamos nosotros.

En este documental habéis visto la historia de Rubén, un chico al que lo expulsaron de la escuela. Imaginaros que viene un nuevo profesor que te maltrata y humilla delante de todos tus compañeros, y de pronto en vez de ser a ese profesor a quién lo echen, es a Rubén. Como dice Alejandro en este documental, “el mundo al revés”. Bueno, fueron al juzgado de Castillla y León, al Supremo, incluso a Estrasburgo, hasta que fueron a la ONU y les dieron la razón y ese comité sentenció que España había violado el derecho de las personas con discapacidad (en este caso de Rubén) a una educación.

Yo formo parte de un grupo llamado “EXI” (Estudiantes por la inclusión) en el que todos los integrantes tenemos nuestras malas experiencias en la escuela. Empezamos teniendo reuniones telemáticamente (porque cada uno somos de distintas partes de España), hasta que acabamos teniendo una reunión en el ministerio de educación con la ministra, como visteis, hasta estrenando también en Madrid este documental. Lo que hacemos desde los EXI y al mismo tiempo en “Quererla es crearla” es luchar por una inclusión real en las escuelas.

Yo ya lo dije en varias ocasiones, que sin el Joubert, todo esto que estoy viviendo y a toda esta gente tan maravillosa, esto no sería posible.

Yo sí creo que vaya a ver una inclusión real en las escuelas, porque sin duda, como dice nuestro lema, ¡¡¡QUERERLA ES CREARLA!!!»

Antón con el premio en la mano acompañado de Dabiz Riaño, promotor de la iniciativa

Gracias a Dabiz Riaño por la iniciativa y a todo el profesorado y el alumnado del IES Alonso de Avellaneda de Alcalá de Henares.

Con cuanta esperanza volvimos a casa sabiendo que hay futuros profesionales de la rama de lo social con sensibilidad y conscientes del derecho a una vida digna de las personas nombradas por la discapacidad. 

Antón con el premio en la mano que es una escultura de barro del artista Aitor Ruiz de Egino

 

Antón leyendo el discurso de agradecimiento

 

Convertir en carcelario lo que debería ser educativo

Hace unos días me contaba una amiga que su hijo está desesperado por dejar la escuela, cansado y dañado porque esa institución ni le entiende, ni le respeta y le hace sentir un fracasado.

Desesperado por encajar siquiera académicamente, un día le preguntó a su compañero de pupitre cómo hacía para saber tanto y sacar todo dieces. El compañero le respondió que en realidad no sabía tanto, que lo aprendía para el examen pero que después se le olvidaba.

—Lo que yo quiero es estudiar cosas que me interesen y que permanezcan — le dijo el niño a su madre.

Que “permanezcan”.

¿Cómo puede ser que un chico de 12 años resuma con tal claridad el sentido que debería tener el sistema educativo y que los adultos responsables de ello sean tan incapaces de verlo ni entenderlo?

Señal que advierte a los conductores de la presencia de un colegio donde se ha tachado la palabra COLEGIO y se ha escrito encima CÁRCEL

📸 La foto se la he robado a Nacho Calderón. La sacó en una calle de su barrio, pero seguramente refleja el sentir que hay en la mayoría de esas instituciones que llamamos escuelas y que hasta en lo físico reproducen la arquitectura de una cárcel.

CREAMOS

En un artículo anterior hablaba del origen y desarrollo del movimiento Quererla es crearla. En este post me gustaría mostrar cómo ese dolor y esas necesidades individuales, que nacen de la exclusión y el maltrato en la escuela, hemos logrado convertirlas en construcciones colectivas.

La web de Quererla es crearla cuenta con los siguientes apartados: Queremos, Sabemos, Defendemos y Creamos. Este último contiene los proyectos que se han ido elaborando desde el colectivo. Por suerte, son muchas las acciones, intervenciones y publicaciones que se han podido desarrollar, así que, para no hacer pesado este post, voy a detenerme sólo en algunas de ellas. Igualmente, os invito a que echéis un vistazo a ese apartado para conocer el resto de proyectos (aquí el enlace).

 

CAMPAÑA “QUERERLA ES CREARLA” 

El nombre del colectivo surgió de la primera campaña que se hizo y que fue el lanzamiento de un vídeo. Necesitábamos un título que fuese a la vez también un lema. Después de darle mil vueltas, llegamos a “Quererla es crearla”. La intención de ese vídeo era exponer la necesidad de transformar la escuela, equiparándolo a otras luchas, transformaciones y cambios que hemos vivido como humanidad. Otras discriminaciones que, en su tiempo, también estaban completamente naturalizadas. Queríamos hacer ver la urgencia de crear la escuela que queremos y que hoy por hoy no existe. Porque no podemos seguir llamando inclusiva a una escuela que no atiende a todo el alumnado por igual y que excluye constantemente. Así, la campaña se elaboró alrededor de esa idea: la educación inclusiva no existe y, si la queremos, tenemos que crearla. Quererla es crearla.

Querer crear una escuela que acoja a todos los niños y niñas, chicos y chicas, independientemente de sus características y de sus circunstancias. 

Nace de una necesidad que plasmó muy bien nuestra compañera Mari Luz en esta frase: “Si separas en la escuela, separas para la vida entera”.

Y esto es algo que no sólo sirve para el alumnado nombrado por la discapacidad. Porque esa escuela también maltrata y expulsa a la infancia migrante, racializada, gitana, homosexual, transgénero… y con cualquier otra circunstancia que te aparte de esa teórica normatividad que, en realidad, no existe. La “norma” y la “normalidad” son una invención. Un molde ficticio en el que luchamos por entrar, pero en el que no todo el mundo consigue fingir que encaja. Y es entonces cuando la escuela te ignora, te maltrata o te expulsa.

El vídeo de esa primera campaña relacionaba la necesidad de la transformación de la escuela con otros cambios históricos: los protagonizados por el movimiento obrero, la lucha de las sufragistas, el movimiento por los derechos civiles de las personas afrodescendientes o contra la discriminación del colectivo LGTBIQ+.

GUÍA “CÓMO HACER INCLUSIVA TU ESCUELA”

Por su parte, de las conversaciones que mantuvo regularmente el grupo de Estudiantes por la Inclusión, nació la guía “Cómo hacer inclusiva tu escuela”.

Estos chicos y chicas analizaron aquello que les producía sufrimiento en la escuela y pensaron de qué forma podría cambiarse. Un sufrimiento provocado por distintas razones, porque uno de los orgullos más grandes que sentimos, es el haber sido capaces de conformar un grupo muy heterogéneo que va más allá de la discapacidad. De hecho, es algo que el grupo de adultos sentimos como pendiente y es el conseguir que se sumen otros colectivos, al margen de la discapacidad, que necesitan de esa transformación de la escuela. Algo que, como digo, sí han conseguido los EXI.

La guía está elaborada por estudiantes, junto a un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga que les han acompañado en este proceso, y está dirigida a otros estudiantes, para ayudarles a conseguir que sus escuelas respondan a la diversidad del alumnado. Es un texto muy práctico, con intención de guiar a cualquier estudiante que quiera hacer su escuela más amable. O para otros miembros de la comunidad escolar que quieran ayudar al alumnado a desarrollar su propia voz para la transformación de sus escuelas. 

Ha sido publicada por el  INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado), organismo dependiente del Ministerio de Educación y podéis descargarla en el siguiente enlace: “Cómo hacer inclusiva tu escuela”

DOCUMENTAL “EDUCACIÓN INCLUSIVA. QUERERLA ES CREARLA”

También nació la idea de recoger todos esos procesos que estábamos viviendo a través de un documental que dirigió la cineasta chilena Cecilia Barriga.

El punto de partida del documental fue el caso de la Familia Calleja-Loma, cuyo hijo Rubén fue expulsado de la escuela con 10 años y que, además, fueron sometidos a un proceso de acoso y maltrato atroz por parte de la administración. 

Los Calleja-Loma batallaron en los tribunales durante diez años hasta conseguir la primera sentencia de la ONU que condena a España por no respetar el derecho a la Educación Inclusiva. Este derecho está recogido en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006) y obliga a España a cumplirlo. Nuestro Estado firmó y se adscribió a dicho tratado en 2008 y se comprometió, por tanto, a llevar a la práctica lo que en él se recoge. Es más, esta convención tiene un rango legal que lo sitúa al mismo nivel que la propia Constitución española. Así, no respetar el derecho a la Educación Inclusiva es anticonstitucional y, por tanto, un delito.

Partiendo del caso concreto de Rubén Calleja, el documental recoge también diversos encuentros de miembros del colectivo Quererla es Crearla y de situaciones de la vida diaria de algunas de sus familias.

“Educación inclusiva. Quererla es crearla” se estrenó el pasado 21 de octubre en el Museo Reina Sofía de Madrid. A la proyección asistió la Ministra de Educación, Pilar Alegría, que no sólo permaneció durante toda la proyección, sino que también participó en el diálogo que tuvo lugar al acabar. Muchas de las familias que han sido maltratadas por la escuela, incluida la de Rubén, tuvieron ocasión de exponer lo vivido a la ministra. Y la ministra dejó durante un momento el uniforme de política para ponerse el de mujer, el de ser humano, y escuchar. No soy tan ilusa como para pensar que a partir de ahí se pondrán en práctica soluciones para que otras familias dejen de sufrir dentro del sistema educativo. La transformación de la escuela necesita de algo que va mucho más allá de un ministerio y hasta de todo un gobierno. Necesita de una transformación social y en eso estamos: en Crearla porque la Queremos.

El documental está ahora a disposición de cualquier colectivo que quiera organizar una proyección y que pretenda, además, aprovechar ese encuentro colectivo para debatir sobre la escuela que queremos crear.

Puedes solicitarlo en el siguiente formulario: Organiza tu proyección

 

WORKSHOP CREARLA: Construyendo colectivamente para impulsar la escuela inclusiva.

El estreno del documental fue el inicio de un encuentro que nos reunió en Madrid durante ese fin de semana de octubre a muchas personas llegadas de distintos puntos del territorio español y que incluyó también un workshop y una concentración.

El WorkshopCrearla fue un encuentro entre familias, estudiantes, docentes e investigadores, en el que compartimos un diagnóstico de la realidad escolar en relación a la inclusión. Venía a ser una continuación del workshop que se había celebrado en Málaga cuatro años antes. El objetivo de este encuentro era generar un diálogo igualitario en el que construir líneas estratégicas para seguir trabajando de forma participativa, organizada y sistemática durante el siguiente año. No fue un congreso ni un curso al uso, sino un encuentro en el que cada participante se comprometía con la transformación del sistema educativo.

 

CONCENTRACIÓN EN CALLAO

Y ese encuentro tan extraordinario que se produjo en Madrid en octubre de 2022, tuvo su colofón en una concentración en la Plaza de Callao que reunió a muchas personas llegadas desde todos los puntos del Estado. Personas que pensamos que es posible crear una escuela que sepa acoger a todas las personas. Una escuela donde todos los niños y las niñas puedan educarse, convivir y crecer juntos. Porque sólo desde ahí se podrá construir una sociedad inclusiva.

Lo que significaron los EXI para mí (por Antón Fontao)

El pasado 19 de marzo, Antón y yo participamos en el Congreso de inclusión y buenas prácticas en la educación celebrado en Cádiz. Unas jornadas donde profesionales, familias y alumnado nos reunimos para hablar de Educación y Derechos. Del derecho a la educación de todas las personas.

Antón participó junto a varios de sus compañeros y compañeras del grupo “Estudiantes por la Inclusión” (los EXI, como se hacen llamar) en una mesa donde hablaron de la guía “Cómo hacer inclusiva tu escuela”. Un proyecto que les ha sido encargado desde el INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado) y donde han trabajado junto a Luz Mojtar y Nacho Calderón, profesores en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación y M.I.D.E. de la Universidad de Málaga (UMA).

Quiero agradecer a las fantásticas mujeres de FEDAPA Cádiz que hayan propiciado este encuentro porque, como tan bien como expresa Nacho, pocas veces se ve una una propuesta de formación tan interesante como esta: además de contar con la participación de profesionales e investigadores/as, hay un espacio destacado para un grupo de familias promotoras de la educación inclusiva y el grupo Estudiantes por la inclusión, que van invitados por la organización con todos los honores, porque reconocen en sus saberes algo que otros colectivos nunca podremos ofrecer.

Las asociaciones de madres y padres, pero también los centros de formación del profesorado tienen en este evento un buen ejemplo que emular. Hay todo un desarrollo por explorar para promover la educación inclusiva a través de la escucha real y profunda de las voces de toda la comunidad escolar, y particularmente las de los y las estudiantes. Quiero felicitar a las organizadoras por su apertura y su disposición a generar nuevas propuestas formativas. Y también quiero felicitar a [nombre], Antón Fontao, Zulaika Hadmed, Indira Martínez y [nombre] por el trabajo realizado, y porque sus deseos de cambio son poderosos, subversivos e ilusionantes.

Cartel del Congreso Inclusión y buenas prácticas en la educación

Al final de su intervención, Antón quiso leer un texto que había preparado para trasladar y agradecer públicamente a sus compañeras y compañeros de los EXI todo lo que habían significado para él. Quiero compartirlo hoy por aquí con su autorización.

Para mí los EXI me llegaron en un momento de mi vida que lo estaba pasando bastante mal por culpa del instituto.

A mí siempre me cuesta abrirme a la gente, algunas veces más y otras menos, pero la primera vez que nos reunimos eso no pasó. Con ellos me abrí en cuerpo y alma. Con ellos no había cosas que no les contara, porque se lo contaba todo, y es que en ningún momento me daba vergüenza decirles algunas cosas.

Para mí los EXI me llenaron de felicidad. Con ellos fui yo mismo. Es como que todos tenemos nuestras malas experiencias en la escuela y que con todas ellas juntas, sabiendo que no solo fuiste tú quién sufrió, como que nos unió de alguna forma u otra y también como que nos hacemos más fuertes.

Me llevo unos amigos y compañeros de lucha increíbles. Porque ojalá que esto sólo sea el comienzo de una larga lucha todos juntos. Y de amistad también.

No podía haberlos mejores. Os quiero.

– Antón       

Comparto también el vídeo de la maravillosa mesa redonda de los EXI.

Son sólo 40 minutos y os aseguro que van a ser de los mejor invertidos de vuestra vida.

Escuchadles 🙏🏽

Quererla es Crearla

Hoy se cumple un año del lanzamiento de la campaña Quererla es crearla.

Seguimos empeñados en crear algo que no existe, pero que sabemos sería posible si lo queremos: una Escuela que acoga a todas las niñas y los niños, a todos los chicos y las chicas.

La campaña sigue viva y sigue avanzando. Es por ello que hoy compartimos un anuncio muy especial: La cineasta y creadora audiovisual Cecilia Barriga anuncia su colaboración con Quererla es crearla a través de la creación de un documental sobre el movimiento por la educación inclusiva. Un trabajo que desarrollamos desde hace meses, y en el que tenemos grandes expectativas.

Muchas de las familias que formamos parte de Quererla es crearla hemos compartido tiempo con Cecilia Barriga a lo largo de este año. Cecilia está rodando un documental sobre la inclusión y, muy en especial, sobre cómo se desarrolla en la escuelas.

La recibimos en nuestras casas y en nuestras vidas con una mezcla de incertidumbre, inseguridad y recelo al principio. Pero Cecilia consiguió que nos olvidáramos de su cámara y de sus micrófonos y hemos acabado por sentirla como alguien muy cercano que ya forma parte de nuestras vidas.

Esperamos con mucha emoción e ilusión el resultado de esa enorme cantidad de horas de grabación que ha ido atesorando.

Yo soy parte de Quererla es crearla. ¿Y tú?

#QuererlaEsCrearla

#YoTambienSoyQuererlaEsCrearla

Protegido: Estudiantes por la inclusión (por Antón Fontao)

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Escribiendo por el otro lado

Hace algunos años Antón asistía a una actividad deportiva específica para niñas y niños con diversidad funcional. Yo mataba el tiempo de espera en la cafetería y, al cabo de algunas semanas, cinco de aquellas madres acabamos por conformar un grupo estable que se reunía entorno a tazas de café e infusiones varias. Éramos más diversas que la propia diversidad de nuestros hijos. Pero, increíblemente, encajamos. Como encajan las piezas de los puzzles siendo tan completamente singulares como desiguales entre sí.

Ni qué decir tiene, que nuestras hijas e hijos monopolizaban los temas de conversación. Tanto, que un día la madre de A. advirtió: “Hoy no se habla de los niños”. Y nos quedamos en silencio. Completamente desnortadas.

Así que fue la única vez que lo intentamos. En nuestro monotema común, había un apartado que acaparaba un tanto por ciento enorme: La Escuela. Y allí fui consciente de que, a pesar de mi desesperación casi diaria porque la escuela no se adaptaba a mi hijo en la forma en que él lo necesitaba, comparados con aquellas otras familias, casi que nos podíamos considerar unos privilegiados.

Una tarde la madre de G. sacó del bolso la libreta de su hija. Las instrucciones del colegio habían sido muy precisas: debía tener una pauta de 5 milímetros. Ella pensaba, con una lógica aplastante, que G. debía escribir en el espacio donde la separación entre las líneas era mayor. 

Adaptaciones alumnado discapacidad

Pero no, y explicaba asombrada que la profesora le había llamado la atención sobre el asunto y que G. tenía que escribir en el lugar donde el espacio entre líneas era más estrecho.

Adaptaciones alumnado con discapacidad

Aquella madre estaba asombrada y yo me quedé ojiplática. Porque G. era una niña con unas dificultades enormes respecto a la motricidad fina y obligarla a escribir a mano ya era una aberración suficiente, como para además añadir el esfuerzo de que aquellos trazos no superasen los 5 mm.

Y me encontré una vez más con alumnos a los que el sistema no respeta sus características, ni las limitaciones en su funcionalidad. Me encontré de nuevo con un sistema que concede mayor importancia a la grafomotricidad y a la perfección de la caligrafía que al propio aprendizaje lecto-escritor. Un sistema que frustra de tal manera a determinado alumnado, que les quita las ganas de aprender.

Un sistema que pretende que todas las niñas y niños aprendan a escribir en los mismos tiempos y que, además, lo hagan con letras del mismo tamaño y que sigan el mismo trazo, copiando todos el mismo texto. 

Un sistema que pone el foco en la rapidez en lugar de la comprensión lectora, y en la caligrafía en vez de la redacción o la capacidad de crear historias.

Y no hablo sólo del alumnado etiquetado por la discapacidad, sino de todo el alumnado. Así nos lo ha demostrado nuestra propia experiencia. Mi hija era una lectora voraz en Primaria (en Secundaria el sistema hizo todo lo posible por quitarle las ganas de leer por placer y lo consiguió durante toda esa etapa). El caso es que, como casi todas las niñas y niños lectores, esa pasión suele conducir también a la vocación escritora. Y ya en 1º de Primaria escribía unas historias que nos dejaban pasmados a su padre y a mí. Recuerdo el día en que acudíamos a la primera tutoría de 2º de Primaria con una nueva profesora. Iba convencida de que compartiría nuestro asombro y admiración. Pero no, llegamos allí y resulta que nos describió a una niña desastrosa por su caligrafía fuera-de-la-norma y los tachones en sus libretas. Me quedé pasmada. Entendí que hablábamos idiomas distintos y ya nunca más volví a pedir una tutoría con esa persona, porque no me iba a aportar nada y lo que ella valoraba de mi hija era diametralmente opuesto a lo que valoraba y cuidaba yo.

Como digo, esta perversión del sistema es una aberración pedagógica para todos (misma letra, mismo trazo, mismo tamaño, mismo texto, mismos tiempos), pero resulta incalificable cuando se le exige a un alumno con dificultades motrices. Olvidan que esa forma de funcionar suya no responde a su voluntad, sino que es consecuencia de la forma caprichosa en que los genes heredados se han combinado en su cuerpo. 

De la misma forma que yo, por más que me esfuerce y entrene, nunca podré correr los 100 metros lisos en los 9,58 segundos que los hace Usain Bolt, ni por más práctica o empeño que le ponga podré pintar como Miguel Ángel.

Aquel día en la cafetería de la piscina intenté transmitirle a la madre de G. que aquello no era bueno para su hija. Que lo importante es que aprendiera a leer y a escribir y no las herramientas que utilizara para lograrlo y que, además, si no eran las adecuadas le iba a crear tal frustración y rechazo que convertiría ese aprendizaje en una tortura y le quitaría las ganas de aprender.

Le hablé de nuestra experiencia y de cómo el uso del iPad había sido clave para que Antón consiguiese escribir. Y le hablé de la frustración tan enorme que sufrió cuando empezó a trabajar operaciones aritméticas, porque era algo que no podía ejecutar en un archivo de texto sino sobre papel o la pizarra que utilizábamos en casa. Y que aquellos trazos irreconocibles le provocaban tales enfados que resolver una suma nos llevaba media tarde y se convertía en una tortura para los dos. Que estaba tan pendiente de ejecutar bien ese 5, que lo borraba y volvía a escribir tantas veces y al final ya no se acordaba de cuánto se llevaba ni si se llevaba algo y el fin de aquellos ejercicios (aprender a sumar) perdía todo el sentido. Le conté lo que significó encontrar la app de Rubio que resolvió aquel horror y le permitió aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir centrándose sólo en el aprendizaje y práctica del cálculo.

Su respuesta fue: “Pero también le viene bien para mejorar la motricidad, ¿no?”. Porque eso es en lo que le insistían machaconamente los docentes de su hija, los “pedagogos”, los “profesionales”, los “expertos”. Y evidentemente, su palabra por fuerza tenía que tener más peso sobre ella que la de una simple madre. ¿A quién iba a escuchar? ¿A quién iba a hacer caso?

Y ese es el problema de nuestros hijos: los profesionales que olvidan que lograr el objetivo (leer, sumar) es más importante que la forma de llegar a él. Y que los experimentos, con gaseosa. Hay millones de formas de trabajar la motricidad fina sin tener que poner en riesgo el que un niño logre aprender a escribir. Ser analfabeto es un hecho tan limitante es nuestra sociedad que no se puede andar jugando con eso. 

En aquella época Antón practicaba la motricidad fina pero de otras formas: poniendo y sacándose los zapatos, manejando los cubiertos, en talleres de cocina o pintura, jugando con su pequeño zoo de animales… Y respetando sus tiempos. Precisamente, jugar con animales, algo que era habitual para mi hija con 3 ó 4 años, Antón no empezó a hacerlo hasta los 9 ó 10, porque hasta entonces su mente y su cuerpo no estaban preparados y, en lugar de divertirle, le generaba una enorme frustración. ¿Se le podía pedir entonces en un aula, lo mismo que a sus compañeros?

Actividades para trabajar la motricidad fina

Evidentemente que me encantaría que Antón pudiera escribir a mano pero, sinceramente, hay cientos de acciones relacionadas con la habilidad de sus manos más importantes y más urgentes que desearía que fuese capaz de ejecutar solo antes que los trazos a lápiz. Como, por ejemplo, actividades relacionadas con su cuidado e higiene personal para las que no tiene más alternativa que las manos de otra persona. En la escritura podemos sustituir un bolígrafo por un teclado pero, ¿cómo hacemos con situaciones como ir al baño, ducharse, vestirse, lavarse los dientes, manejar un cuchillo o ponerse un abrigo? Nunca antes había imaginado la habilidad y concentración que requiere ponerse un calcetín ni tantas otras acciones que la mayoría hacemos sin siquiera pensar en lo que estamos haciendo.

Lo dicho, los experimentos con gaseosa. Se puede funcionar en nuestra sociedad utilizando una silla de ruedas, pero es muy difícil hacerlo siendo analfabeto. Que se lo pregunten a esas ancianas que no tuvieron la oportunidad de pisar la escuela, que alguna vez se nos acercan en el supermercado en busca de ayuda. Cada vez que me ha ocurrido, me ha partido el alma.

Los avances tecnológicos están para usarse. De hecho, un bolígrafo no deja de ser una ayuda técnica que permitió al alumnado prescindir de la pizarra escolar y el pizarrín. ¿Por qué, entonces, obligar a una niña con dificultades motrices a utilizar un lápiz y rizar el rizo pidiéndole que lo haga en un espacio de 5 milímetros? Equivale a obligar a cualquiera de sus compañeros a escribir con el pie. Con esfuerzo, tenacidad y práctica podrían conseguirlo pero, ¿qué sentido tiene?

Yo odio dibujar, seguramente porque no se me puede dar peor. Si diera clases de dibujo y me obligaran a manejar el pincel con la boca, es decir, que en vez de facilitarme las cosas para disfrutar de esa actividad, añadieran más dificultades, el resultado sería que odiaría todavía más la pintura. ¿Cuál debería ser el objetivo de esas clases? ¿disfrutar del arte y crear? ¿o fortalecer la musculatura de la boca?

Para eso… mejor masticar chicle.

¿Os imagináis que alguien os dijera que en vez de utilizar una lavadora, fuerais a lavar la ropa al río o un lavadero público? Y que intentaran convenceros diciendo: sí, hombre, te va a llevar más tiempo y más esfuerzo, pero te vendrá genial para fortalecer los brazos, estar al aire libre y socializar. Pues bien, eso es lo que se está haciendo en muchas aulas respecto a la lectoescritura y los alumnos con dificultades motrices. Para estar al aire libre, mejor me doy paseos por el monte, para fortalecer los músculos, mejor me apunto a clases de zumba y para socializar, mejor me voy de cañas. ¿Acaso no es mejor utilizar el tiempo que hemos ganado con las lavadoras en ejercitar los brazos de forma más divertida y socializar en un bar? El objetivo es tener la ropa limpia. En la escuela el objetivo no debería ser otro que el dominio de la lectoescritura.

No estoy diciendo que haya que renunciar a trabajar y ejercitar la motricidad fina, pero mejor hacerlo en otros frentes, de otra forma y con otros estímulos. Pero no con la escritura, es demasiado seria e importante.

A mí siempre me ha gustado escribir, siempre lo había hecho a mano y el primer ordenador llegó a mi vida después de la universidad. Pensé que nunca podría acostumbrarme a ello y ahora no concibo volver a escribir a mano por lo mucho que un procesador de textos facilita el proceso de escritura (correcciones, añadidos, eliminaciones). ¿Alguien piensa que en las redacciones de los periódicos se redactan las noticias en folios y con pluma? ¿Por qué a la escuela le cuesta tanto adaptarse al mundo exterior? ¿Qué problema hay en utilizar un teclado? Se actúa justo al revés: en el proceso de aprendizaje lectoescritor se obliga a niñas y niños muy pequeños y aún en proceso de madurez a escribir a mano y, una vez tienen dominada la caligrafía, se les deja utilizar un ordenador. ¿Es esto lógico?

Xacobe tiene una parálisis cerebral que también lleva asociada dificultades en su visión. Cuando estaba en Primaria, su familia intentó que una profesora le ampliara la letra en ejercicios y exámenes. Aquella «trabajadora de la enseñanza» se negó a ampliársela más allá de 10 puntos, ni a utilizar otra tipografía que no fuera Arial. Alegaba que así se iba a encontrar los textos a lo largo de su vida y que tenía que acostumbrarse. Creo que esta experiencia se comenta sola. Y que también queda patente que a la inflexibilidad, rigidez e inhumanidad de aquella profesora, se sumaba también su tremenda ignorancia si tenemos en cuenta la cantidad de dispositivos con los que leemos actualmente todo tipo de textos y que nos permiten personalizar tamaño, tipografía, brillo…

Si a alguien a quien nada de lo expuesto hasta aquí le ha convencido, le dejo imágenes de trabajos del Antón de la época de esa conversación en la piscina. El primero es el Antón a quien obligaban a escribir a mano. El segundo, el Antón que escribía utilizando un teclado.

Este es el Antón que escribía a mano:

 

 

Y este el Antón que utilizaba el teclado:

¿Os parece el mismo niño? ¿Creéis que lo que transmitía a sus compañeros era lo mismo? Y, lo más importante, ¿qué Antón se gustaría más a si mismo?

El primero es un niño de 5º de Primaria con una caligrafía propia de un alumno de Infantil. El segundo, refleja al Antón creativo e ingenioso que es y que sería imposible que asomara escribiendo a mano. Sus trabajos manuscritos sólo sirven para incidir en su torpeza motriz, para avergonzarle ante sus compañeros, para dañar su autoestima y para mostrar únicamente sus incapacidades, esas que todos tenemos pero que, evidentemente, intentamos ocultar. ¿Por qué nuestros hijos e hijas no merecen que se les respete su forma de ser y funcionar?

Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado (Juan Ramón Jiménez)

 

 

 

Cómo afecta a la Escuela la falta de cultura inclusiva en la sociedad

Irene Tuset, desde su triple mirada como madre, profesora y formadora de docentes, nos ofrece este análisis tan lúcido sobre la educación del alumnado con diversidad funcional en las escuelas:

«Voy a aportar mi visión como madre de un niño con Síndrome de Down, como profesora de matemáticas de secundaria de un centro público de Madrid y como profesora de Didáctica de las Matemáticas a futuros maestros.

Por un lado, es completamente cierto que tenemos un sesgo social profundamente enraizado que tiende a renunciar a enseñar al individuo cuando no creemos que pueda llegar a la media estándar, porque lo consideramos un trabajo baldío. En el fondo, lo vemos como un proyecto fallido. No nos damos cuenta de que enseñar a ese niño para que llegue al 3, es muchísimo mejor que no enseñarle nada. Todo ese aprendizaje es un tesoro tan valioso como cualquier otro. Sin embargo, lo hacemos, renunciamos.

Cuando vemos que nunca va a aprender a hacer ecuaciones o un comentario de texto, nos parece que para qué le vamos a enseñar nada. No nos ocurre lo mismo en otros ámbitos como la medicina. No escuchamos decir a un médico: “No voy a curarle porque es muy difícil, no me han dado la suficiente formación y tengo muchos otros pacientes a los que sí puedo curar. Mejor que se lo lleven a otro sitio, donde no le curarán pero me quitarán el problema de encima”. No. Tampoco le escuchamos decir: “Yo, del bisturí láser nada! Es que yo y la tecnología… Soy analógico. Mejor opero con un cuchillo jamonero”. Porque lo cierto es que existen recursos tecnológicos maravillosos que pueden resolver muchísimos problemas de eliminación de barreras al aprendizaje y nadie se interesa en aprenderlas. Nunca es nuestra prioridad. Haría falta una profunda reflexión sobre los motivos causantes de esta inercia reconocida por muy pocos.

Además, los docentes somos fruto de la sociedad en la que vivimos, poco o nada inclusiva, por lo que no nos sentimos motivados a esforzarnos por los alumnos con mayores necesidades. Solemos dejar los grupos con alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo a los profesores más novatos, a los que han llegado los últimos (que suelen ser, además, los que tiene menos recursos didácticos). Nos parece una tarea ardua y casi siempre frustrante porque no sabemos cómo hacerlo y no vemos resultados a corto plazo. Los equipos directivos no supervisan ni presionan con los resultados (cosa que sí ocurre con el resto del alumnado). La inspección no viene a visitarte si suspenden todos o sacan sobresaliente todos (poco les importa). Nadie evalúa el trabajo de los docentes y PTs con los alumnos con necesidades (si no aprenden es porque han tocado techo, porque ya no llegan a más, nunca porque los docentes no están realizando adecuadamente su trabajo, que digo yo que habrá de todo). 

La formación del profesorado es terriblemente deficiente, porque la formación de los profesores de facultad en este campo es también terriblemente deficiente. Tal cual lo digo. Porque para aprender hay que remangarse y ponerse manos a la obra, no sólo leer artículos. Hay que observar, probar, equivocarse, volver a probar, intercambiar ideas y experiencias, volver a probar… y finalmente aprender. Entonces ya estás listo para enseñar a otros docentes. 

Efectivamente, somos las familias las que finalmente nos remangamos, probamos, aprendemos y acabamos siendo los que enseñamos a los profesores de nuestros hijos. Si hay suerte se dejarán enseñar, pero no siempre ocurre. A las profesoras de Andrés les he enseñado yo cómo adaptar materiales, cómo trabajar con él, cómo comunicarse… Incluso les he mandado modelos de examen para que vieran cómo evaluar sus conocimientos de acuerdo a sus características cognitivas. Estoy encantada con las que han tenido la lucidez y humildad de darse cuenta de que esa información ha sido un verdadero tesoro que les ha servido a ellas para mejorar en su trabajo y a Andrés para aprender mucho más de lo que nunca hubiesen imaginado. Porque esa es otra cuestión: si no se aprende de la manera estándar… entonces eso no es aprender. Tenemos mucho que mejorar, pero estamos tan lejos de verlo que parece que hablásemos lenguajes diferentes. 

Dicho todo esto, la situación de los profesores, de la educación, la falta de recursos, el que tengamos que convivir con las consecuencias de la terrible brecha socioeconómica, los problemas de conducta, las carencias tecnológicas, la masificación… hace que el trabajo dentro del aula sea muy duro. Muchísimo. Por lo que necesitamos que se nos mime, se nos respete, se baje la ratio, se nos escuche cuando expresamos nuestras necesidades, se mejoren las infraestructuras de los centros para dignificarnos a nosotros y nuestro alumnado, que se nos deje tomar decisiones, que nos den formación de calidad, que se valore y reconozca nuestro esfuerzo y buen hacer, que los apoyos dentro del aula sean de personal cualificado, que no sólo se premie la excelencia sino que también se cobre más por enseñar a niños con necesidades educativas (los profesores de bilingüismo y excelencia cobran más), que nos den recursos tecnológicos de calidad y nos enseñen las posibilidades que tienen… ¡¡Tantas cosas!! Que, efectivamente, la solución no es decapitar a los profesores (sin dejar de recordarles cuál es su función), sino comprender que es una muestra más de la falta de cultura inclusiva circundante, y apostar por un cambio estructural, potenciar un giro en la sensibilidad social ante la educación inclusiva, de concienciación, de arriba a abajo, desde las consejerías de educación, para que de manera natural se produzca el cambio de mirada y se transformen las escuelas.»

Cuando el matón es el docente

Ayer, en un encuentro online, nos preguntaban sobre cómo era el proceso de empoderamiento de las familias. Y yo me di cuenta en ese momento al responder, o más bien reflexionar en voz alta, de que las familias, al menos la mía, sólo nos empoderamos en la intimidad. Porque las pocas veces en que me he enfrentado abiertamente al adulto a quien confiaba a mi hijo en la escuela, las consecuencias ha tenido que sufrirlas él.

Esas experiencias me enseñaron a callar y aguantar. Era eso, o irnos de allí. Como siempre, la víctima de bullying es quien debe irse, sobre todo cuando el matón es un adulto con poder en el centro y el silencio, cuando no directamente el apoyo, del resto del claustro. Ya sabemos esa regla no escrita en casi todas partes del “Hoy por ti, mañana por mí”.

Poco se habla del bulliying cuando lo ejerce el docente. Algo gravísimo que ocurre a diario en prácticamente todas las escuelas. Conozco tantos episodios de otras familias, de otras niñas y niños, que me parece infame. Las familias callan por miedo a las consecuencias, los compañeros por un corporativismo mal entendido y la inspección no se entera o hace que no se entera.

Así que lo único que me ha quedado a mí en particular, es la denuncia pública en el blog aunque sea a toro pasado. Seguramente sea una actitud cobarde, pero mucho menos de la de aquel a quien confías a tu hijo para educarle, respetarle y cuidarle y hace todo lo contrario.

Desgraciadamente, mi hijo sigue teniendo al frente del aula a personas que protagonizarán algunos de mis posts en el futuro. Os espero allí. Y a partir de ahora os pondré nombre y apellido. Porque es lo mínimo que merecéis.

¿Es un acto cobarde? Sí, porque el miedo a que le dañen todavía más me ha vuelto así. Y ellos lo saben. Y de eso se aprovechan. En todo caso, es un acto bastante menos cobarde del de aquel y aquella que aprovechan su poder, su autoridad y un respeto no merecido, para maltratar al elemento más frágil del ecosistema escolar.

Enlaces relacionados:

Sé lo que hiciste

Indefensión aprendida

Adaptaciones curriculares: cuando lo que se agota es la voluntad de enseñar

la integración escolar como única vía para la inclusión social, discapacidad, diversidad funcional

“Héctor” ©Paula Verde Francisco

Artículo 28.10 de la Ley Celaá

Orgullosa de ser la madre de este maravilloso chico, a quien le ha tocado ser activista de forma demasiado precoz para defender sus derechos ante las opresiones originadas por el sistema, que no por su diversidad funcional.

Gracias por permitirle ser la voz de todos los alumnos y alumnas que, junto con sus familias, han tenido que luchar durante tantos años para que se consiga este derecho y se haga, por fin, justicia. 

El artículo 28.10 de la nueva Ley de Educación no significa el fin del incumplimiento de derechos dentro del sistema educativo, pero confiemos en que marque el camino a seguir.

Porque…. ¡SEGUIMOS!

 

I have a dream

El 28 de agosto de 1963 era miércoles. Ese día no llovió y la temperatura era de unos agradables 22º para un verano de Washington. Faltaban 5 años para que naciera yo, 41 para que lo hiciera Antón y 56 para que ambos pisáramos el punto exacto desde donde Martin Luther King habló de un sueño que también haríamos nuestro.

Tengo un sueño. Ese fue el título del discurso que pronunció aquel día en las escalinatas del Monumento a Lincoln. El manifiesto final de la Marcha sobre Washington. Una marcha cuya denominación hemos acortado con el tiempo, pero que fue convocada como Marcha sobre Washington por el trabajo y la libertad. Y destaco la palabra trabajo, porque casi siempre es difícil ser libre sin un trabajo digno.

Antón tiene un sueño. Quiere ser actor. No es un sueño fácil. Pero no debería ser más difícil para él que para los miles de chicas y chicos que puedan compartirlo. Sin embargo, siempre puede haber un Plan B y una alternativa al trabajo actoral que le permita desenvolverse y ganarse la vida en el entorno de sus sueños, el de la industria audiovisual.

No hay más que leer los créditos finales de una película para darse cuenta de que los actores son sólo un pequeño porcentaje de los profesionales que hacen posible ese producto. Y esto aplica también a series de televisión, obra de teatro o montajes musicales. Además de actores, un producto audiovisual necesita de guionistas, scripts, productores, montadores, técnicos de sonido, personal de catering, de administración…

El sueño de Antón depende de poder seguir formándose en cualquiera de las titulaciones que le sirvan de puerta de acceso a alguna de estas profesiones. Y eso pasa por conseguir el título de la ESO. Y vaya si lo va a conseguir. Aunque nos dejemos no sé si la vida, pero sí gran parte de nuestra energía y salud emocional.

Gracias a todos los que creen en él y le están proporcionando los recursos que necesita para lograrlo. Desgraciadamente, cada curso ha contado con algún elemento -a veces varios- entre los trabajadores de la escuela que le ponen demasiados obstáculos y más de una piedra en el camino. Seguramente no se consideren a sí mismos malas personas, ni crean actuar con maldad. Están convencidos de que hacen lo que se debe hacer, por la sencilla razón de que no creen que Antón deba estar donde está, ni aspirar a exactamente lo mismo que el resto de sus compañeros. Y yo, desde aquí, les digo que puede que no sean malas personas ni actúen de mala fe en la mayoría de acciones de su vida cotidiana, pero que sí son mala gente y se conducen de forma mezquina con este alumno. Y que, por supuesto, Antón está donde debe estar, porque así lo amparan las leyes de este país y también otras universales y de mayor rango jurídico como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD). Quizás sean ellos quienes estén en el sitio y profesión equivocados.

Así y todo, soy conscientes de que somos unos privilegiados dentro de este colectivo que es el alumnado con diversidad funcional. A lo largo de estos quince años, he escuchado y leído historias de vida de otras familias donde no sólo hablamos de vulneración de derechos, sino directamente de maltrato por parte de la escuela. Hay familias para quienes la conducta de esta institución respecto a sus hijos e hijos convierte sus vidas en una auténtica pesadilla. E incluyo tanto a la escuela ordinaria como a la especial, porque de todas he escuchado historias de auténtico terror.

Sin embargo, aún siendo un privilegiado porque quienes le han puesto las cosas difíciles han sido una minoría, desgraciadamente el daño que le han hecho ha sido mucho mayor que el bien sumado de todos aquellos que han hecho su trabajo respetando su valor como ser humano y sus derechos como alumno, que han creído en él y le han dado las mismas oportunidades que a sus compañeros.

A esa mayoría le doy las gracias por creer y confiar en Antón. Esa confianza casi siempre ha estado, además, unida a un cariño sincero por él.

A la minoría que tanto daño le ha causado no le digo nada. Es una conversación que he aplazado por ahora por el bien de Antón. Pero hablaremos en un tiempo si es que ellos y yo seguimos en este mundo. Tan sólo os digo que, por muchos esfuerzos que hagáis por ponérselo difícil, NO vais a impedir que Antón consiga su sueño.

 

Artículo 24

Educación

1. Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación. Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de la igualdad de oportunidades, los Estados Partes asegurarán un sistema de educación inclusivo a todos los niveles así como la enseñanza a lo largo de la vida, con miras a:

a) Desarrollar plenamente el potencial humano y el sentido de la dignidad y la autoestima y reforzar el respeto por los derechos humanos, las libertades fundamentales y la diversidad humana;

b) Desarrollar al máximo la personalidad, los talentos y la creatividad de las personas con discapacidad, así como sus aptitudes mentales y físicas;

c) Hacer posible que las personas con discapacidad participen de manera efectiva en una sociedad libre.

 

2. Al hacer efectivo este derecho, los Estados Partes asegurarán que:

a) Las personas con discapacidad no queden excluidas del sistema general de educación por motivos de discapacidad, y que los niños y las niñas con discapacidad no queden excluidos de la enseñanza primaria gratuita y obligatoria ni de la enseñanza secundaria por motivos de discapacidad;

b) Las personas con discapacidad puedan acceder a una educación primaria y secundaria inclusiva, de calidad y gratuita, en igualdad de condiciones con las demás, en la comunidad en que vivan;

c) Se hagan ajustes razonables en función de las necesidades individuales;

d) Se preste el apoyo necesario a las personas con discapacidad, en el marco del sistema general de educación, para facilitar su formación efectiva;

e) Se faciliten medidas de apoyo personalizadas y efectivas en entornos que fomenten al máximo el desarrollo académico y social, de conformidad con el objetivo de la plena inclusión.

 

3. Los Estados Partes brindarán a las personas con discapacidad la posibilidad de aprender habilidades para la vida y desarrollo social, a fin de propiciar su participación plena y en igualdad de condiciones en la educación y como miembros de la comunidad. A este fin, los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes, entre ellas:

a) Facilitar el aprendizaje del Braille, la escritura alternativa, otros modos, medios y formatos de comunicación aumentativos o alternativos y habilidades de orientación y de movilidad, así como la tutoría y el apoyo entre pares;

b) Facilitar el aprendizaje de la lengua de señas y la promoción de la identidad lingüística de las personas sordas;

c) Asegurar que la educación de las personas, y en particular los niños y las niñas ciegos, sordos o sordociegos se imparta en los lenguajes y los modos y medios de comunicación más apropiados para cada persona y en entornos que permitan alcanzar su máximo desarrollo académico y social.

 

4. A fin de contribuir a hacer efectivo este derecho, los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para emplear a maestros, incluidos maestros con discapacidad, que estén cualificados en lengua de señas o Braille y para formar a profesionales y personal que trabajen en todos los niveles educativos. Esa formación incluirá la toma de conciencia sobre la discapacidad y el uso de modos, medios y formatos de comunicación aumentativos y alternativos apropiados, y de técnicas y materiales educativos para apoyar a las personas con discapacidad.

 

5. Los Estados Partes asegurarán que las personas con discapacidad tengan acceso general a la educación superior, la formación profesional, la educación para adultos y el aprendizaje durante toda la vida sin discriminación y en igualdad de condiciones con las demás. A tal fin, los Estados Partes asegurarán que se realicen ajustes razonables para las personas con discapacidad.

Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad

 

Faltan apenas un par de semanas para que se inicie el curso y con él tengamos que retomar la batalla (odio hablar en términos bélicos, pero no nos han dejado sentir de otra forma). La inmensa mayoría de familias vive ese retorno a las aulas con angustia debido a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. Para las familias de niñas y niños nombrados por la discapacidad es una preocupación añadida más, porque a nosotros el inicio de curso nos quita el sueño cada año.