
Este calendario es real. Los adultos de mi infancia normalizaron estos productos. A muchos de los de ahora nos sangran los ojos viéndolo.
Quizás hayamos superado estas formas, sin embargo, el fondo de estas iniciativas sigue siendo el mismo: pensar que determinadas personas son objetos de caridad y no sujetos de derechos.
Sigo encontrándomelos cada año por estas fechas y, de entre las imágenes de todos esos niños-ángel o niños perpetuos (a pesar de sus treinta, cuarenta o cincuenta años), escucho lo mismo que lanzaban las de 1976: pena, caridad, lástima…
Cada vez que afeo a alguien que utilice la palabra subnormal como insulto (sólo me atrevo a hacerlo con quien tengo confianza y siento aprecio) siempre, siempre, siempre me responden lo mismo: que no lo hacen pensando en personas con discapacidad. Y seguro que es cierto. Pero ese insulto, venir viene de ahí. Porque esa era no hace tantos años la denominación oficial y hasta médica del colectivo. Y, precisamente porque hacía referencia a esas personas, es por lo que se acabó convirtiendo en insulto. Lo mismo que retrasado o mongol*.
Así que, cada vez que sueltas un subnormal, estás contribuyendo a la estigmatización y deshumanización de un grupo de personas que, le pese a quien le pese, son tan humanas y normales como tú.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
*Hace algunas semanas, una política le llamó mongola a otra en la Asamblea de Madrid. La que recibió el insulto días después llamó hijodep**a al presidente del gobierno y se lió. A la que dijo lo de mongola la han convertido en ministra de Sanidad. El capacitismo y la discafobia de la izquierda es tan atroz como el de la derecha.









![Intercambio de mensajes a través de correo electrónico: De: Antón Asunto: Adiós y gracias A: “F. (profe Mate)” Hola, F. En este correo te que quiero dar las gracias. Sé que te vas, por eso te estoy escribiendo. Gracias por confiar en mí. Ningún profesor de mate, menos R. y tú, me supisteis hacer entender mate. Los otros profes ni lo intentaron o lo intentaron muy poco. Los otros profes pensaban que como estaba más verde que una manzana no lo iba a entender en la vida y entonces para qué se iban a esforzar en enseñármelo. Pero en cambio vosotros no parasteis hasta conseguirme entenderlo hasta el final, costara más o menos. Sé que en algunos exámenes no estuve muy a la altura, pero siempre intentaba estarlo. En mi opinión fuiste un buen profesor. Sé que R. y tú os vais. Cuando me lo dijeron me llevé un disgusto muy grande. Os voy a echar de menos. Yo algunos fines de semanas vengo a Taboada, a la aldea en la que vive mi abuela [abre así la posibilidad de verse, al estar cerca del lugar de residencia de este profesor]. Bueno, lo dicho, que gracias a los dos por confiar en mí. Un abrazo enorme y espero volver a encontrarte. ————————— Hola Antón. Primero darte las gracias por este correo, la verdad es que es muy gratificante recibir este tipo de mensajes. Es cierto, este curso no voy a estar en el centro pero es muy probable que para el curso siguiente vuelva, ya que mi destino definitivo está ahí, por lo que seguro que nos veremos. Por último, decirte que te costará más o menos, pero eres capaz de hacer lo que quieras, solo tienes que fijarlo como objetivo e ir a por él, como hiciste durante este curso. Así que mucho ánimo. Antes de terminar, decirte que tienes mi correo electrónico y cualquier cosa en la que te pueda ayudar aquí me tienes, no dudes en mandarme un correo. Recordarte que cuando sea posible y esté terminado, me gustaría poder leer ese pedazo de libro que estás escribiendo que tenía una pintaza... ¡QUÉ GANAS! Un abrazo muy fuerte Antón. F.](https://cappaces.com/wp-content/uploads/2023/11/correo-a-f.-profe-mate.jpeg)





















































































































