Juegos para compartir de palabras: Scrabble™ para iPad

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Desarrollador: Electronic Arts

Idioma: español, inglés, francés, alemán e italiano

Precio: 4,49 €

Categoría: Letras / Juegos para compartir

Descripción: Versión para iPad de uno de los juegos de palabras más populares del mundo. Este clásico juego de mesa consiste en combinar las fichas que representan letras y formar palabras sobre un tablero de 15×15 casillas. Deben ser palabras admitidas por el diccionario y pueden colocarse sobre el tablero de forma horizontal o vertical. También está permitido que las palabras se crucen y se aprovechen letras colocadas por nuestros rivales para formar nuestra propia palabra.

Las fichas se extraen de forma aleatoria y cada letra tiene diferentes valores, las más frecuentes tienen una puntuación más baja que las letras menos comunes  (ejem: A=1 punto; M= 3 puntos; Z=10 puntos). La puntuación se extrae de la suma de los puntos de todas las letras que hemos sido capaces de colocar así como del valor de las casillas sobre las cuales se han emplazado en el tablero. Gana la partida el primer jugador que consiga utilizar todas sus fichas o cuando ya no es posible realizar más combinaciones de palabras. En este caso, el ganador es aquél que haya obtenido la mayor puntuación.

La popular aplicación Apalabrados está basada en este juego, con la peculiaridad de que se puede retar a jugadores de todo el mundo.

Juegos para compartir: Happy Geese

aplicaciones infantiles autismo

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Desarrollador: Appically

Idioma: español, catalán, inglés, francés

Precio: 1,79 €

Categoría: Ocio / Juegos para compartir

Descripción: La empresa catalana Appically acaba de lanzar al mercado su primera aplicación: Happy Geese. Esta compañía cuenta entre sus fundadores con Francesc Sistach, padre de una niña con autismo que descubrió lo mucho que la tecnología, y en especial las tabletas, podían facilitar la vida y el ocio de su hija. Creador también de iAutism, fantástica web donde se reseñan y recomiendan aplicaciones especialmente enfocadas a niños inscritos dentro del espectro autista, ha dado ahora un paso más con el diseño y lanzamiento de sus propias aplicaciones.

Según describen en su web, “Appically busca crear apps innovadoras que no se limitan a hacer mejor lo que ya hacen otras apps existentes sino que realmente aportan una funcionalidad nueva. Así, con Happy Geese, se ha pretendido cubrir un aspecto muy poco atendido hasta ahora: el ocio de las personas con necesidades especiales. A la vez, se ha querido aprovechar para reforzar aprendizajes específicos, como la gestión de turnos, o facilitar la concentración”.

Happy Geese es una versión para iPad de juegos clásicos como La Oca o Escaleras y Serpientes. Se han simplificado visualmente, ofreciendo diversos modelos de tablero. La configuración incluye, además, multitud de opciones. Esto permite adaptar el juego a las características específicas de cada niño, una demanda que hace tiempo venimos reclamando desde Cappaces a los desarrolladores de aplicaciones. Siempre hemos dicho que muchas apps fantásticas resultan impracticables para niños con diversidad funcional por la rigidez de su configuración, que apenas permite variaciones en los ajustes. Ojalá cunda el ejemplo de Appically.

Nadie mejor que Francesc Sistach para describir el origen y las características que convierten a Happy Geese en una aplicación especialmente indicada para niños con autismo. Podéis escuchar sus palabras en el siguiente enlace: Entrevista Francesc Sistach.

Video promocional de Happy Geese:


Juegos para 2: Quién es quién

Categoría: Lógica/ Juegos para compartir

Presentamos aquí varias aplicaciones que representan una versión digital del clásico juego “¿Quién es quién?”. Cada jugador deberá adivinar el personaje seleccionado por su oponente. Para ello se valdrá de una serie de preguntas cuya única respuesta puede ser Si ó No: ¿es hombre?, ¿lleva gorra?, ¿tiene el pelo castaño?, ¿usa gafas?, ¿tiene los ojos azules?… Esto permitirá ir descartando candidatos hasta que sólo nos quede una opción o decidamos arriesgarnos, apostando por uno de los personajes entre la terna final. Gana la partida el jugador que acierte primero.

Esta actividad no sólo permite a los niños disponer de una excusa perfecta para socializarse y jugar con otro compañero, sino que además facilita el ejercicio de habilidades de percepción visual, el desarrollo del pensamiento lógico y la puesta en práctica del procedimiento eliminatorio (que no deja de ser uno de los pilares del método científico). Constituye un juego de deducción y lógica muy completo, sin dejar de ser simple y ameno.

¡Adivina el personaje!

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Desarrollador: JanduSoft

Idioma: español, inglés, francés, portugués, italiano, alemán, ruso, chino, japonés, turco, holandés y danés

Precio: Versión gratuita con publicidad

Versión sin publicidad: 1,79€

Pack Piratas: 0,89€

Pack Héroes: 0,89€

Pack Vikingos: 0,89€

Características específicas: Cada tablero dispone de 24 personajes. Aunque, en principio, los personajes a adivinar son escogidos por el dispositivo de forma aleatoria, disponemos de cierta posibilidad de elección a través del icono “cambiar personaje” que nos permitirá modificarlo.

La configuración del juego permite tanto la modalidad de “jugador contra jugador”, como “jugador contra máquina”.

Dispone de varios botones y barras con diferentes funciones:

– Icono trofeo: muestra las estadísticas de las partidas jugadas.

– Silueta con interrogante: muestra el personaje que debe adivinar nuestro contrincante.

– Bombilla: permite seleccionar un personaje y resolver.

– Interrogación: utilizado para formular preguntas a nuestro rival. Una vez resuelta la pregunta, se eliminan de forma automática los personajes que no cumplan las condiciones planteadas.

– Exit: permite terminar la partida y regresar al menú principal.

– Barra verde localizada en la zona inferior de la pantalla: aquí aparecen los personajes descartados por el contrario. Permite conocer los progresos del juego de nuestro oponente y decidir cuándo debemos arriesgarnos.

Las preguntas aparecen ya establecidas. Debemos seleccionar la pregunta entre el grupo de 21 que se nos presenta.

Modalidades de juego:

– 1 Jugador

– 2 Jugadores

Esta aplicación ofrece la posibilidad de seleccionar entre distintos grupos de personajes. Algunos son gratuitos (Clásicos, Monstruos y Navidad), mientras que otros tienen un coste de 0,89€ por pack (Piratas, Vikingos, Héroes).

 

¡Adivina quién soy!

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Desarrollador: Vision Apps

Idioma: español, inglés y francés

Precio: Versión lite gratuita

Versión completa: 1,79€

Características específicas: Esta versión permite jugar tanto entre dos jugadores como contra el dispositivo. Incluye 70 personajes y presenta seis niveles de dificultad: Formación, Muy fácil, Fácil, Mediano, Difícil y Muy Difícil. No se podrá pasar a un nivel superior sin completar con éxito el que le precede.

Cinco modos de juego diferentes:

¿Adivina?: El jugador debe adivinar el personaje realizando preguntas.

¡Ayúdame a adivinar!: El jugador elige un personaje y esta vez es el dispositivo quien debe adivinarlo realizando preguntas.

Contra Reloj: Las pistas se ofrecen al jugador en forma de respuestas. Debemos acertar el personaje antes de que se agote el tiempo.

Torneo: El jugador vuelve a retar a la máquina que es quien elige esta vez el personaje.

Dos jugadores: Partida entre dos jugadores donde resulta ganador el primero que adivine el personaje del oponente.

Integra Game Center.

Inconveniente: Tras realizar la pregunta, es el propio dispositivo quien nos indica qué personajes son los que debemos descartar. Aunque esta característica agiliza el juego e impide que los niños puedan cometer errores a la hora de eliminar tarjetas, dificulta también que pueda desarrollar habilidades de concentración, observación y percepción visual.

Esta aplicación estaría indicada para aquellos niños que se están iniciando en la mecánica del juego. Cuando ya dispongan de un cierto dominio, podrían utilizar la siguiente aplicación que aquí reseñamos y que sí obliga a que sea el niño quien elija los candidatos que deben ser descartados a través de las pistas ofrecidas por la pregunta.

Enlaces:

Versión lite gratuita

Versión completa (1,79€)

 

¿Adivina el personaje?

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Desarrollador: Richard Buckingham

Idioma: Español

Precio: Versión lite gratuita

Versión completa: 0,89 €

Características específicas: Incluye 24 personajes. La versión gratuita permite jugar contra la máquina o en red contra amigos.

Por su parte, la completa (0,89€) permite partidas entre dos jugadores, incluye tres niveles de dificultad (fácil, normal y difícil) y permite desbloquear 24 nuevos personajes (en lugar de los 5 desbloqueables incluidos en la gratuita). Los personajes se desbloquean a medida que ganamos partidas.

Esta aplicación presenta un diseño menos atractivo visualmente que las dos versiones anteriores pero, como contrapartida, obliga al niño a decidir qué personajes son los que debe descartar. También debe contestar la pregunta de su oponente señalando la cruz roja, si la respuesta es negativa, o la marca verde, en caso de ser afirmativa. Esto le obliga a reflexionar sobre las características del personaje que ha elegido, favoreciendo así la agudeza y percepción visual, a la vez que la capacidad de concentración y observación.

Compatible con Game Center.

Enlaces:

Versión lite gratuita

Versión completa (0,89€)

JuegosParaDos: 4 en raya

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Cuatro en Raya

Desarrollador: Ludei

Idioma: Inglés (no relevante)

Precio: Versión lite con publicidad gratuita

Versión libre de anuncios: 0,89 €

Categoría: Lógica / Juegos para compartir

Descripción: Clásico juego del 4 en raya, cuyo reto es colocar las 4 fichas del color con el que jugamos en línea, bien sea horizontal, vertical o diagonal. Además de perseguir este objetivo, nuestra estrategia debe evitar también que el oponente lo consiga antes que nosotros.

Esta aplicación ofrece tres modalidades de juego:

Dos jugadores (Player vs Player). Marca el turno de cada jugador (amarillo o rojo) remarcando el círculo dentro del cual se inscribe su perfil. Bajo este círculo un contador señala el tiempo restante. Disponemos de 30 segundos para ejecutar este movimiento. Si, pasado este tiempo, no señalamos una casilla, la máquina elegirá por nosotros y puede que este movimiento nos perjudique.

Jugador contra dispositivo (Player vs Computer). La mecánica es la misma que la descrita en el apartado anterior, sólo que esta vez nuestro adversario es la máquina.

Multijugador (Multiplayer). Permite invitar a jugar a nuestro contrincante y a la vez ser invitados a través de Wi-Fi o Bluetooth.

Compatible con Game Center. Esta es una de las aplicaciones que incluye el iPad en su configuración de fábrica y que resulta imposible eliminar (junto a Contactos, Mapas, Mensajes, Calendario, Notas o FaceTime). Representa una plataforma que permite jugar en red contra otros jugadores, tanto amigos ya conocidos como rivales desconocidos. Permite utilizar nuestro ID de Apple para iniciar sesión y poder conectarnos. En la sección “Juegos” nos aparecerá un listado de todas aquellas aplicaciones con que contamos compatibles con esta modalidad de juego.

 

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4 en Raya

Desarrollador: Finger Arts

Idioma: Español

Precio: Versión lite con publicidad gratuita

Versión libre de anuncios: 0,89 €

Categoría: Lógica / Juegos para compartir

Descripción: Esta aplicación sigue la misma mecánica que la que acabamos de describir, con la diferencia de que aquí tan sólo nos permite jugar contra el dispositivo. Para enfrentarnos a otros adversarios, deberemos recurrir al Game Center.

Cuenta con la ventaja, respecto a la anterior, de que permite seleccionar entre cuatro niveles de dificultad: Fácil, Normal, Difícil y Experto. Es necesario superar con éxito cada nivel varias veces consecutivas para poder pasar al siguiente.

Dado que ambas aplicaciones son gratuitas y no ocupan demasiado espacio (13,4 y 22,6 MB respectivamente) podemos descargar ambas y utilizar la primera cuando contemos con un oponente de carne y hueso. La segunda se puede reservar para cuando no dispongamos de un rival físico a mano, permite también medirnos contra nosotros mismos, ya que podremos comprobar la evolución de nuestros progresos a través de los niveles que somos capaces de sortear.

Ajedrez y juegos de mesa: jugando (casi) en las mismas condiciones

AjedrezEn nuestra última entrada hablábamos de la importancia del juego como motor para la integración social y de cómo los juegos de mesa habían logrado unir a dos niños con gustos y habilidades, en principio, totalmente opuestas.

Antón se está iniciando en el ajedrez de la mano de su padre. Le gusta y, a pesar de sus limitaciones motrices y cognitivas, controla las nociones y los movimientos básicos. Hace un par de semanas le propusimos a él y a su amigo Brais que probaran a jugar juntos. Fue difícil vencer las reticencias iniciales de este último. Normal. A los niños de la era digital y de los juegos con escenas espectaculares en alta definición, la visión de un tablero cuadriculado y unas piezas estrambóticas, les debe resultar muy poco apetecible.

Sorprendentemente, la experiencia resultó un éxito. Mi hijo no ganó ni una sola vez pero, aún así, estaba entusiasmado y corría a comunicarme emocionado cada nueva pieza que Brais le comía. La cuestión es que, por fin, puede empezar a participar con su amigo en juegos en igualdad de condiciones (o casi) sin que, por primera vez, ninguno de los dos se aburra. Para mí fue una escena sublime que casi me hizo llorar y que corrí a compartir vía wasap con mi amiga, la mamá de Brais.

Me he puesto como loca a buscar “aplicaciones para dos” para seguir explorando esta vía. Como resulta bastante engorroso llevar ese pedazo tablero más las fichas bajo el brazo, hemos encontrado una aplicación que nos permite jugar al ajedrez cuando salimos de casa.

Chess Academy for Kids

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Desarrollador: Next is Great

Idioma: Inglés (imprescindible para tutoriales; no relevante para juego)

Precio: 0,89 € (versión lite); 4,49 (versión completa)

Categoría: Lógica / Juegos para compartir

Descripción: La aplicación está dividida en dos módulos:

Tutorial: La versión gratuita incluye 30 tutoriales y la completa 140. Se trata de textos sencillos donde se describen las reglas del juego. Se acompañan de ejemplos que permiten visualizarlo sobre el tablero. Completada la parte teórica de cada sección o capítulo, se nos asignan ejercicios muy sencillos (relacionados con la pieza o movimientos descritos) que nos permiten asimilar y poner en práctica dicha teoría. Son ejercicios donde se nos va guiando y corrigiendo hasta completar con éxito la tarea requerida.

Modo Juego: La versión lite permite partidas entre dos jugadores. La completa añade la posibilidad de retar a la máquina en caso de que no contemos con un contrincante real y físico a mano. Tanto el tablero como las piezas cuentan con un diseño cómodo y agradable. El panel de control es muy completo y la configuración de los ajustes muy sencilla. Facilita que el niño pueda manejarse de forma autónoma a través de la actividad.

Valoración: Los tutoriales son fantásticos y permiten iniciar a los niños en el complejo mundo del ajedrez de forma sencilla, amena y progresiva. La aplicación está diseñada para que los niños mayores de 8 años puedan manejarse solos, mientras que los menores de esta edad necesitan de un adulto a su lado que los guíe y acompañe a través de las explicaciones.

Sin embargo, tiene un gran y enorme inconveniente: Todo lo descrito se aplica únicamente al mercado anglosajón, ya que esta excelente aplicación sólo está soportada en inglés. Por tanto, la sección relativa a los tutoriales, que es sin duda la más interesante, nos es completamente inútil si no somos capaces de desenvolvernos en este idioma.

Esperamos que en futuras actualizaciones se incorporen nuevos idiomas que permitan ampliar el número de usuarios de los tutoriales. La aplicación es una maravilla para iniciar a los niños en el mundo del ajedrez. Sí que podemos, al menos, utilizar la parte relativa al modo juego y emplearlo como una forma cómoda y sencilla de tener a mano un tablero de ajedrez virtual.

Enlaces:

Chess Academy for Kids Lite (0,89)

Chess Academy for Kids by Geek Kids (4,49€)

Chess Masters (1,79€): para expertos que ya han superado los retos de las dos versiones anteriores.

 

La mamá de Brais dice que hemos creado un monstruo: ahora sólo piensa en jugar al ajedrez. ¿Quién sabe?, a lo mejor tenemos entre nosotros a un futuro Kasparov…

Cuando el juego es mucho más

Jugaba con niñas porque ellas hablaban más y corrían menos”. Esta frase, extraída de un maravilloso artículo de Santiago Roncagliolo (Princesas y futbolistas) define a la perfección la naturaleza de las relaciones sociales de mi hijo.

JuegoInclusion_NiñasLo queramos o no, es una evidencia que, en general, los gustos y aficiones de los niños difieren en función del género. Y por mucho que intentemos educarles de igual forma y les ofrezcamos las mismas posibilidades, en general y salvo raras excepciones, sus mundos se separan a partir de los 6 ó 7 años y no vuelven a reencontrarse hasta algún tiempo después.

Yo misma, y antes de ser madre, renegaba de estas generalizaciones y mitos. Sin embargo, desde que nació la mayor he ido observando la naturaleza de sus relaciones sociales y las de sus amigos. Tras doce años de análisis y reflexión (cual entomólogo) he tenido que rendirme a la evidencia. Mi hija ignoró todo el conjunto de grúas, scalextric, barcos, maletines de herramientas y similares que con tanto afán igualitario nos empeñamos en comprarle. Tan sólo le encontró utilidad a un coche, descapotable y lo suficientemente amplio para acomodar a todo su ejército de Barbies. Sí, esa muñeca sexista y odiosa cuya entrada teníamos terminantemente prohibida en casa y que le acabaron proporcionando amigos y familiares desoyendo nuestras órdenes claras, tajantes… e inútiles.

A pesar de nuestros esfuerzos por educarles en la igualdad y huir de los tópicos sexistas, parece existir algo incorporado de fábrica que les lleva a diferenciarse, al menos, en cuanto a ciertas preferencias.

Durante la etapa de Educación Infantil, esas diferencias son pequeñas y sutiles: las chicas adoran el rosa, la purpurina y las barbies (o su sucedáneo actual representado por las Monster High); mientras que los niños se decantan por el azul y les fascina el universo de los superhéroes y dinosaurios. Coincidiendo con el inicio de la Educación Primaria, sus mundos comienzan a divergir. Seguramente el tema fútbol tenga mucho que ver en el origen de esta bifurcación. Así que, a los niños que no les gusta el fútbol, o a quienes no pueden practicarlo como es el caso de mi hijo, no les queda más remedio que buscar a otros “frikis” afines a ellos, más interesados en cazar grillos, coleccionar arañas o jugar a piratas que en pegar patadas al balón a todas horas.

Pintanto y tomando teOtra opción, bastante más excepcional, es la de acoplarse a las niñas. Este es el caso de Antón ya que, debido a las circunstancias derivadas de su discapacidad, también carece de la habilidad necesaria para atrapar bichos o abordar un barco imaginario. Cuando leí esa frase en el artículo de Roncagliolo, entendí que esa definición tan concisa y perfecta (“hablaban más y corrían menos”) resumía en cinco palabras el fundamento del mundo social de Antón: dadas sus dificultades en cuanto a la comunicación expresiva, se le da muy bien escuchar y el movimiento no es precisamente su fuerte.

Así que, los mejores amigos de Antón son chicas. Ha tenido la enorme suerte, además, de encontrarse a niñas increíbles en su camino. Y no sé si se deba a la influencia de estas amistades femeninas o porque ya venía así configurado de fábrica, lo cierto es que es el único niño-chico de la clase cuyo color preferido es el rosa, es más fan de Peppa Pig o Dora Exploradora que de Spiderman y odia el fútbol. Y eso, a pesar de los esfuerzos de toda la familia por lograr que, al menos, disfrutara de este deporte como espectador, dada su innegable relevancia en la vida social.

Lo han intentado su hermana, su tío y sus primos (hinchas a muerte del Athlétic de Bilbao), su abuelo (fanático del Real Madrid), su padre (indefinido oficialmente pero barcelonista de corazón) y hasta yo misma (a pesar de mi animadversión hacia a este deporte, de puro cansina que me resulta su omnipresencia). No ha habido manera… Lo odia. Logramos que se contagiara un poco del entusiasmo de los bilbainistas de la familia hacia el final de la temporada pasada, ante los que se presuponían triunfos históricos que estaban a punto de llegar tras tantos años de sequía. Pero, lo más lejos que llegó fue a llevar la bufanda del Athlétic al cole un par de días. El desánimo absoluto de hermana, tío y primos ante el descalabro monumental de los leones, sólo sirvió para reafirmarle en su convencimiento de que semejante desgaste en energía e ilusión no merecía en absoluto la pena.

De todos modos, y a pesar de lo expuesto, Antón suspira por tener también amigos chicos y poder participar de sus mismas actividades. Algo que, hasta hace poco, parecía imposible.

Su amigo Brais y él nacieron casi a la vez y la amistad que nos une a las familias ha hecho que crecieran juntos. Fueron compañeros de juegos en su primera infancia pero, a medida que crecieron, las diferencias en cuanto a sus habilidades motrices les fueron distanciando. A pesar de compartir género, edad, curso y cole, no pueden ser más distintos en cuanto a gustos, aficiones y habilidades. Alguna tarde les ha unido el visionado de una película o jugar con el iPad. Sin embargo, se limitan a alternarse el dispositivo, lo que no ayuda a compartir ni crear vínculos. Sus habilidades en cuanto a la motricidad fina son tan distintas, que no les interesan los mismos juegos. A Antón le resulta imposible ejecutar los que le entusiasman a Brais y a éste le aburren infinito los que se adaptan a las habilidades de Antón.

El caso es que, tanto yo como la madre de su amigo (y especialmente ella), llevamos años intentando hacer confluir sus mundos. No hemos dejado de darle vueltas a la cabeza y probar juegos y actividades que pudieran compartir y que les divirtiesen a ambos. Ya digo que, tanto sus habilidades como sus gustos, no pueden ser más diferentes. A Brais le encanta moverse (subir, bajar, correr, trepar) y las videoconsolas sofisticadas tipo Play o Wii cuyos juegos son imposibles de ejecutar para Antón.

Parchis-1Parecía misión imposible, hasta que a la maravillosa y tenaz mamá de Brais se le ocurrió probar con el mundo de los juegos de mesa. Aunque inicialmente ambos fueron reacios, la operación acabó resultando un éxito. Y ese ha sido el punto de inflexión que les está volviendo a reunir. Primero fue el parchís, después el Cadoo, el Quien es Quien, dominó, memory… Nuestro último descubrimiento ha sido el ajedrez.

QuienEsQuien (2)Aunque las habilidades motrices y cognitivas de su amigo quizá siempre estén por encima de las suyas, lo importante es que jueguen y participen de la misma actividad. Han aprendido a asociar ciertos juegos a determinados amigos. Brais sigue jugando al fútbol con Jaime, “a luchas” con Mateo y a la Play con Santi. Y a Antón le sigue encantado jugar “a tiendas”, a “mamás y papás” o a disfrazarse con Yasmin, Manuela o Patri. Finalmente, han aprendido a adaptarse el uno al otro y a encontrar un lugar donde disfrutar juntos. Tenemos la esperanza de que eso les ayude a establecer puentes entre ellos, a afianzar lazos y consolidar una amistad que ojalá les lleve a encontrarse también en otros puntos y momentos de la vida.

Al principio del camino, los padres de niños que nacen con alguna discapacidad, nos preocupamos y obsesionamos con interrogantes acerca de si alcanzaran o no determinadas funcionalidades básicas (hablar, andar, controlar de esfínteres, autonomía en la vida diaria), así como objetivos intelectuales también esenciales (leer, escribir, calcular…). Sin embargo, cuando el tiempo pasa y crecen, somos conscientes de lo enormemente importante que resulta para su felicidad la integración social. Así que, sus manifiestas dificultades para establecer relaciones sociales con niños de su misma edad, acaba generándonos enorme angustia y ansiedad. Especialmente en el caso de niños a quienes precede algún hermano mayor, que constituye su referente y cuyas relaciones sociales aspiran a imitar.

La normalización de la vida social implica para la familia una cuota de sufrimiento importante que atraviesa diferentes etapas con distintos motivos de abatimiento. En una primera etapa son inevitables las comparaciones: mortificadoras tardes de parque donde sólo eres capaz de ver lo que otros niños de su edad ya hacen y que tu hijo quizás nunca consiga. Al resto de niños, a aquellos que no nacen con diversidad funcional, no se les somete a la humillación de ser permanentemente comparados. Y no importa que esas reflexiones no se hagan en voz alta ni delante del niño. Son los mayores expertos en comunicación no verbal y absorben esos sentimientos que pueden acabar pasando factura a su autoestima. Debemos sentir orgullo de nuestros niños y valorar como se merecen los esfuerzos que deben realizar todos y cada uno de los días de su vida. Aceptar su forma de ser y funcionar, y disfrutar del ser único y especial que es.

Superada esta etapa, llega otra más dolorosa si cabe: el momento en que buscan ser aceptados como iguales entre los de su edad. Es también enorme el sufrimiento que generan estas dificultades por encajar con los suyos. Eres consciente de cada rechazo físico, de cada mirada de recelo, de cada frase de desdén, de sus esfuerzos ingenuos por alcanzar a quien le rehúye… Estas situaciones provocan un enorme dolor que es necesario apartar para que no ensombrezcan los instantes felices, que probablemente sean mayoría aunque parezcan pesar menos.

Resulta muy loable recoger tapones para ayudar a niños con discapacidad a recaudar fondos para objetivos concretos, participar en maratones y campañas solidarias o compartir en el muro de Facebook la celebración del correspondiente “Día de”. Sin embargo, lo realmente importante es no olvidarse de incluirles y hacerles partícipes de nuestro entorno social: invitarlos a las fiestas de cumpleaños de nuestros hijos, a comer o pasar alguna noche a casa como cualquier otro amiguito o a educar y animar a sus compañeros para que intenten participar en actividades y juegos que se adapten a ellos. Sé que es difícil, pero no imposible. Sobre todo, si se tiene la suerte de tener amigas tan maravillosas como la mamá de Brais.

Dadas las dificultades de trasladar fuera de casa los juegos de mesa (y a pesar de ese agujero negro que parece existir en el fondo del bolso de las madres), resultaría genial poder incorporar a nuestra tableta aplicaciones de este tipo para que nuestros hijos puedan socializarse y compartir juegos con otros niños durante quedadas y reuniones de amigos. Así evitaremos también ese triste espectáculo que resulta de contemplar como un grupo de adultos charla, divertido y animado, mientras en la mesa de al lado sus hijos se vuelcan en sus respectivas consolas, tableta o móvil, ignorándose los unos a los otros.

A eso dedicaremos en Cappaces las próximas entradas. Hemos añadido una subcategoría nueva dentro del apartado Ocio denominada Juegos para compartir. Aquí iremos incluyendo otras aplicaciones que reúnan este tipo de características y permitan la interacción entre dos o más niños.

Cappaces en Hoy por Hoy (Cadena SER)

audio de la entrevista en Hoy por Hoy (Cadena SER)

audio de la entrevista

Quiero agradecer a Carles Peña la oportunidad de difundir y dar voz a nuestro proyecto en la sección  «SER Capaces» de la que es responsable y que, cada viernes, centra su atención en el mundo de la diversidad funcional dentro del programa «Hoy por Hoy» (Cadena SER)

Millones de gracias también y un abrazo inmenso a Cristina Navarro que fue quien contactó con ellos inicialmente y les habló de cappaces.com

AUDIO de la entrevista

El poder de las palabras

 

uso respetuoso del lenguaje, discapacidad, diversidad funcional

©Paula Verde Francisco

 

Las palabras moldean el pensamiento

Cuando iniciamos los trámites para lograr el certificado de discapacidad de mi hijo, recuerdo ver a mi marido cabecear contrariado sobre los formularios y cuestionar el empleo del término “minusvalía”. El departamento encargado de aquella gestión llevaba por nombre “Sección de Calificación y Valoración de Minusvalideces”. Era 2005 y ese mismo encabezado se repitió en diferentes trámites y renovaciones posteriores. Hubo que esperar al año 2011 para recibir el primer documento donde la palabra “Minusvalideces” apareciera sustiuída por “Discapacidades”.

– ¿Qué más da? –dije yo indiferente aquel día–  ¿Qué más da una palabra que otra?. Lo que es, es y de nada sirven los eufemismos.

El diagnóstico de Antón había caído sobre mí como una auténtica tragedia y mi percepción sobre la discapacidad estaba muy lejos de lo que hoy ha llegado a ser. Estaba atravesando una de esas fases en las que los expertos dividen el proceso de duelo: la del dolor. Pero no estaba dolida, estaba cabreada, muy muy cabreada. Poco podía imaginar yo entonces lo mucho que iba a cambiar con el tiempo mi perspectiva, mi forma de pensar y de sentir también en este aspecto: el del lenguaje.

Las palabras son enormemente poderosas. No sólo designan objetos o conceptos, sino que también dan forma al pensamiento y este, a su vez, condiciona nuestras actitudes. Así que, para cambiar actitudes inadecuadas, perjudiciales, equivocadas e injustas, es necesario empezar por cambiar la forma en que hablamos y la terminología que empleamos.

La discapacidad como parte de la naturaleza

Existe un conjunto de palabras que se han venido utilizando para hacer referencia a las personas con discapacidad que deberíamos desterrar para siempre de nuestro vocabulario. Son palabras que obedecen a otras épocas y formas de pensamiento. Y son, además, calificativos y expresiones ligadas a una concepción peyorativa, negativa y estigmatizada de la discapacidad. Una concepción que entendía la discapacidad como un castigo o que la interpretaba como una anomalía excepcional de la naturaleza.

Nadie con un mínimo de sentido común y sensibilidad podría sostener a día de hoy la teoría del castigo divino. Respecto a la que percibe la discapacidad como algo excepcional, tampoco se ajusta a la realidad. Se estima que el 10% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad. Con estas cifras no se puede considerar esta circunstancia como algo excepcional en la naturaleza, sino como parte inherente a ella. Las personas con discapacidad son, pues, la minoría más amplia que existe cuantitativamente y, sin duda, también la más heterogénea: se da en todos los continentes, en todas las culturas y grupos étnicos, en ambos géneros y a cualquier edad, en todas las comunidades religiosas, partidos políticos y grupos ideológicos, en cualquier clase social o colectivo profesional… La discapacidad no es una excepcionalidad, es parte de la naturaleza, del mundo y de la sociedad.

Las personas con discapacidad son negras, blancas o asiáticas; altas, bajas, gordas o flacas; rubias, morenas o pelirrojas. Cristianos, musulmanes, judíos, budistas, hindúes y ateos. Heterosexuales u homosexuales. Padres, madres, hijos, sobrinos, tíos, abuelos, suegros, yernos, primos… Pueden ser maestros, peluqueros, abogados, reponedores, arquitectos, transportistas, médicos, ordenanzas, ministros, agricultores, camareros, banqueros o científicos. La discapacidad es inherente al ser humano y puede, además, llegar a afectar de forma transitoria a todas las personas en algún momento de sus vidas.

Cambiar las palabras para transformar las actitudes

Las personas con discapacidad merecen ser tratadas con el mismo respeto que las no nombradas por esta circunstancia. Y ese respeto debe empezar por la forma en que nos referimos a ellas. Desechemos de nuestro vocabulario ciertas palabras que obedecen a formas de pensar injustas, irrespetuosas y crueles: minusválido (¿quién, cómo y en función de qué criterio se decide si un ser humano vale menos que otro?), retrasado, impedido, deficiente, disminuído, inválido, tullido, incapacitado, paralítico, mongólico, discapacitado… La lista de vocablos desafortunados es interminable. La mayoría de ellos, además, ha derivado en insulto o tienen una fuerte carga negativa.

Debemos cambiar también las expresiones que describen esta circunstancia. Una persona no “es discapacitada” sino que “tiene una discapacidad”. Del mismo modo que quien tiene gafas no es un gafoso o a quien padece cáncer no lo definimos como canceroso, ni a los portadores del VIH como sidosos. Si estos términos nos parecen intolerables, ¿por qué no aplicamos las mismas reglas al mundo de la diversidad funcional?.

Las personas no SON sus condiciones, sino que las TIENEN:

Una persona no “es un Down” sino que “tiene Síndrome de Down”.

No es autista, tiene autismo.

No es retrasado mental, tiene una discapacidad cognitiva.

No es paralítico, tiene parálisis cerebral.

No es enano, tiene acondroplasia.

No es tretapléjico, tiene una tetraplegia.

No se padece o sufre una discapacidad, se tiene una discapacidad. O, mejor todavía, se es nombrado por la discapacidad.

No se está atado o confinado a una silla de ruedas. Una silla de ruedas se utiliza para desplazarse.

La inclusión de las personas con discapacidad debe convertirse en una realidad. La necesidad de normalizar sus vidas es urgente, entendida ésta como la existencia plena y activa dentro de la sociedad. Debemos considerar, ver y entender la discapacidad como parte inherente de la condición humana. Y nada de esto será posible, si no empezamos por cambiar las palabras y expresiones con que hacemos referencia a sus circunstancias y su forma de funcionar.

Definir a las personas por lo que son y no por sus diagnósticos

PoderPalabrasYa hemos visto cómo las palabras pueden crear o destruir porque, muchas veces, elaboran el pensamiento y le dan forma. Los términos llevan asociados ideas, valores y prejuicios que se transmiten en el tiempo. Si queremos cambiar esos conceptos y valores, debemos empezar por cambiar las palabras. La utilización de cierta terminología anticuada y poco apropiada, puede perpetuar estereotipos negativos y reforzar barreras de comportamiento muy importantes. Y son estas barreras las que suponen el principal obstáculo en la vida de las personas con diversidad funcional.

Determinados diagnósticos médicos parecen apoderarse por completo de los individuos a quienes se asignan. La mayor parte de las personas no son definidas por sus diagnósticos. Antes que nada son personas, que pueden estar o no afectadas por determinadas condiciones médicas: dermatitis, reumatismo, diabetes… No anteponemos ninguna de estas clasificaciones médicas a la persona. Son Alberto, Marta, Irene o Martín y no “el asmático”, “la miope” o “el celíaco”.

Sin embargo, esto no es así para las personas con discapacidad: anteponemos su diagnóstico (autismo, parálisis cerebral, síndrome de Down) a su persona. Pocas veces conseguimos percibir otras muchas características que también forman parte de su personalidad: talento musical, pasión por los automóviles, afición a la montaña, consumado repostero, lector voraz, contador de chistes, facultad de oratoria, tímido, extrovertido, antipático, carismático, tierno, huraño, fabulador, honesto, susceptible, alegre, chismoso, idealista, ingenuo, pragmático, pesimista… y todos esos cientos de rasgos que son los que ayudan a conformar lo que una persona es. Todo, absolutamente todo, queda fagocitado, empañado y ocultado bajo un diagnóstico. La utilización de este tipo de terminología debería quedar reducida al mundo de la medicina, único ámbito donde la etiqueta médica de una persona puede tener algún sentido. No deberíamos permitir que en el ámbito social esos términos definan lo que una persona es.

Cuando vemos el diagnóstico como la característica más importante de una persona, la estamos despreciando como ser humano. No podemos permitir que el diagnóstico de una persona acabe definiéndola.

Diversidad funcional

Hemos concluído que las personas no son su discapacidad sino que la tienen. Sin embargo, la expresión “tener una discapacidad” tampoco me convence plenamente. Aunque la palabra “discapacidad” resulte, desde luego, más apropiada que los calificativos y expresiones que se han venido usando hasta ahora, sigo percibiendo en ella una cierta carga negativa.

Hemos reflexionado también acerca de lo que significa realmente tener una discapacidad: supone tener unas características biofísicas diferentes a las de la mayoría cuantitativa de la población y que llevan a funcionar de forma distinta. Es por ello que la expresión “diversidad funcional” se ajusta mejor a la realidad y, a diferencia de los adjetivos y expresiones empleados hasta ahora, no lleva implícita ninguna connotación negativa.

Existe un movimiento de personas adultas con discapacidad del que he aprendido muchísimo: Foro de Vida Independiente (FVI). Este colectivo defiende el modelo de vida que yo quiero para mi hijo cuando alcance la etapa adulta. Es aquí donde se gestó la expresión diversidad funcional  y desde donde se está luchando por lograr su implantación. Representa, sin ninguna duda, una expresión mucho más respetuosa, justa y adecuada a la realidad. Entendiendo que en esto, precisamente, consiste tener una discapacidad: en funcionar de un modo diferente. Bien sea desplazarse en una silla de ruedas (en lugar de andar con las piernas), comunicarse con lengua de signos o pictogramas (y no con lenguaje oral), escribir empleando un teclado en vez de un bolígrafo o sustituir el tacto por la vista (braille) para leer un texto.

Entiendo que es un término que puede resultar largo y complejo, pero creo que deberíamos hacer el esfuerzo porque cuajara y se popularizara. Hemos sido capaces de incorporar a nuestro vocabulario términos, nombres y hasta expresiones imposibles, sin ningún problema: Ratzinger, Schwarzenegger, Guggenheim, Azerbaiján, Al-Qaeda, pen-drive… Últimamente ni siquiera nos molestamos en traducir los títulos de series de televisión. La lista de ejemplos resulta interminable y respecto al ‘mundo niños’, parece imposible que puedan manejar con tanta soltura las denominaciones de todos los Pokemon y sus evoluciones o la compleja lista de dinosaurios y, sin embargo, lo hacen.

Hagamos, pues, el esfuerzo colectivo de cambiar también las palabras y expresiones que utilizamos para hacer referencia a un colectivo tan importante como marginado. Nunca podrán alcanzar una inclusión real, si no empezamos por referirnos a ellos de forma digna, correcta y justa.

uso respetuoso del lenguaje, discapacidad, diversidad funcional

©Paula Verde Francisco

 

Frases y expresiones que construyen barreras mentales

“De cerca, nadie es normal”

Todos y cada uno de nosotros, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos sentido “diferentes” al resto. Estoy segura de que es un sentimiento común a todos los seres humanos. Pero, de forma paradójica, consideramos “normales” a la mayoría de personas que nos rodean. Sin embargo, cuando tenemos la oportunidad de conocerles algo más a fondo, llegamos a darnos cuenta de que no son todo lo normales que parecían a primera vista. La frase de Caetano Veloso que encabeza este párrafo, no puede definir mejor y de forma más concisa esta sensación.

La “normalidad” parece envolverlo todo y a todos. Pero, ¿que significa “ser normal”? ¿Se ajusta todo a una única norma? ¿Respondemos todos a una forma normal de ser, estar o vivir? No. ¿Por qué, entonces, existe esa idea colectiva de normalidad? La respuesta constituye para mí un misterio. A no ser que confundamos normal con convencional. Puede que la mayoría de nosotros llevemos vidas más o menos convencionales, pero lo cierto es que ninguno somos en realidad normales y casi nadie, en su fuero interno, se sentiría completamente identificado con este adjetivo.

Problema, ¿qué problema?

Perder a un ser querido, ser diagnosticado de cáncer, quedarse sin empleo, divorciarse, caer en la drogodependencia o la ludopatía, distanciarse de un amigo, sufrir un accidente de tráfico…. Todas estas circunstancias y cientos de situaciones más constituyen “tener un problema”. Tener características biológicas diferentes y funcionar de forma distinta a como lo hace la mayoría cuantitativa de la población, no debería calificarse como problema.

Se ha venido utilizando esta expresión como una alternativa a todos esos otros términos tan contundentes y cargados de negatividad como disminuido, inválido o discapacitado. Parece representar (de forma completamente errónea) una forma más delicada de designar a las personas con diversidad funcional. Muchas veces somos las propias familias quienes empleamos esta expresión, porque la forma en que se nos ha educado respecto a la discapacidad, nos ha convencido de que tener un niño con estas características significa realmente tener un problema y vivimos su llegada al mundo como una tragedia.

No podemos permitir que nuestros hijos escuchen continuamente a su alrededor referirse a ellos como “el niño del problema”. Acabará convirtiéndose en una profecía autocumplida porque, si se les designa así, acabaremos convenciéndoles de que realmente tienen un problema. Y ese, y no otro, será su auténtico problema.

Ser especial

A veces pasamos al extremo contrario y sustituimos “tener un problema” por “ser especial”. El problema reside en que cuando empleamos la palabra “especial” nuestra actitud y expresión no verbal sigue queriendo decir realmente “problema”. Así que pervertimos un término en principio positivo, para acabar convirtiéndolo en algo también negativo.

La primera vez que fui consciente de ello fue el día en que mi hija, que por entonces tenía seis años, vino a mí preocupada para que le dijera “la verdad”. Y esa verdad consistía en saber si ella también tenía algún tipo de discapacidad como su hermano y se lo estábamos ocultando porque “a mi Antón me parece normal pero es especial” y porque “Antón es especial pero él no lo sabe”.

Poder palabras especialPara esa niña de seis años, la palabra especial tenía el mismo significado que para los adultos el término problema. La palabra que todos usábamos para referirnos a Antón y que creíamos completamente inocente, había adquirido una carga tremendamente negativa.

Esa conversación también me hizo reflexionar sobre cómo nuestra actitud y nuestras expresiones habían acabado convenciendo a esa misma niña de que su hermano, a quien ella veía perfectamente normal porque no lo había conocido de otra forma, tenía en realidad un grave problema. Ese sentimiento suyo también decía mucho de cómo le habíamos transmitido las circunstancias de su hermano.

Ella, que había crecido y convivido con él, nunca había visto nada de especial, extraordinario, atípico o negativo en la forma de ser y funcionar de su hermano. Aprendí muchísimo de su actitud. En realidad, lo aprendí TODO. Eran innumerables los campos en los que no le dábamos a Antón ni siquiera la oportunidad de fracasar. Su hermana, sin embargo, lo inició de la forma más natural del mundo.

Resultaba sorprendente observarles y comprobar las estrategias que salieron de ella para que su hermano pudiera participar en determinadas actividades. Cuando Antón aún no andaba ni se comunicaba de forma verbal y sus dificultades motrices eran enormes, le encontré una tarde sentado junto a ella aprendiendo a crear su propia firma. Era un amasijo de garabatos ilegible… como lo son la mayoría de las firmas.

La primera vez que se encaramó a la cima de un tobogán, lo hizo ayudado por su hermana y aprovechando un despiste mío. Después de lanzar un grito de terror y la correspondiente bronca, les pedí que me explicaran cómo habían logrado tal hazaña y todavía hoy sigo perpleja al recordarlo. Fue su hermana quien le enseñó a bajar las escaleras sentado o la mejor técnica para descolgarse de la cama. Durante el tiempo en que Antón sólo podía desplazarse sentado, su hermana puso de moda en el parque las carreras en esta modalidad. Y aquí sí que Antón era imbatible. Y tantas y tantas cosas… Nunca vio ninguna limitación en su hermano y, de forma natural y espontánea, supo percibir que tan sólo necesitaba de otras herramientas o estrategias para hacer lo mismo que el resto de niños. Yo, en cambio, necesité de varios años y toneladas de documentación, bibliografía y pesquisas en internet, para llegar a una nueva forma de pensar, de sentir y de actuar.

Si no somos capaces de utilizar la palabra especial en su sentido real y positivo, sustituyámosla por expresiones más acertadas. ¿Qué pueden tener de especial elementos como el transporte, un aparcamiento, un cuarto de baño o la habitación de un hotel?. Sería más apropiado hablar de transporte adaptado o aparcamientos, baños y habitaciones accesibles.

Los alumnos con autismo o TDAH y los que tienen parálisis cerebral o discapacidad visual no tienen las mismas necesidades, así que tampoco deberíamos englobarlas en un todo. En lugar de “necesidades educativas especiales”, deberíamos hablar de adaptaciones materiales, físicas, curriculares o metodológicas.

“Estos niños”

Cuando escucho frases del estilo: “estos niños son muy cariñosos”, “estos niños esto“ y “estos niños aquello”, tengo que hacer verdaderos esfuerzos por reprimir las ganas de replicar: “¿estos niños quiénes? ¿los que utilizan silla de ruedas? ¿los que tienen síndrome de Asperger? ¿los que tienen los ojos azules? ¿los que devoran espaguetis? ¿los que odian las pelis de miedo? ¿estos niños cuáles? ¿qué niños???!!!

Por supuesto, sé que se están refiriendo a mi hijo y sus colegas, o sea, a todo el conjunto de niños con diversidad funcional, como si este colectivo fuese un todo homogéneo. Ni siquiera los niños agrupados en una misma clasificación médica son un todo homogéneo, ni siquiera los niños que comparten diagnóstico y viven en el mismo país, y ni siquiera los niños definidos con un mismo síndrome y que han sido educados dentro de la misma familia. No, no son todos iguales.

Además del gen que ha definido sus diferencias biofísicas, existen otros cientos de miles de genes más, responsables de todas las características que definen sus rasgos, personalidad, gustos, talentos y aficiones.

Los chinos no son todos iguales. Los musulmanes no son todos iguales. Los vegetarianos no son todos iguales. Los fans de los Beatles no son todos iguales. Los jardineros no son todos iguales. Los asmáticos no son todos iguales. No todos los niños con diversidad funcional son iguales. Tan sólo es igual la mirada y la simpleza de aquellas personas que así lo perciben y la discriminación, los prejuicios y la incomprensión de que son objeto.

Estar “enfermo”

No son pocas las veces en que Antón ha regresado enfadado del colegio lamentando: “estoy harto de que digan que estoy enfermo”. Efectivamente, la discapacidad no es equivalente a enfermedad. La enfermedad es una circunstancia transitoria y cuando un niño enferma puede tener síntomas molestos (fiebre, tos, vómitos, dolor de cabeza, sarpullido, mareos) que le hacen acudir al médico, tomar un medicamento o permanecer en casa/hospitalizado hasta recuperarse. La enfermedad está relacionada con la salud, mientras que la discapacidad tiene que ver con el modo en que una persona funciona. Un niño con discapacidad tiene una forma diferente de funcionar, pero no está enfermo.

No es que sea mejor o peor estar enfermo que tener una discapacidad. Hay enfermedades graves y enfermedades leves; pueden ser crónicas o transitorias; enfermedades para las que existe tratamiento y enfermedades incurables. Por su parte, existen discapacidades que afectan a una o varias funcionalidades de la persona; discapacidades para las que se han desarrollado y generalizado herramientas que permiten a esas personas desenvolverse sin dificultad y que facilitan su inclusión social y otras con las que, en cambio, resulta muy difícil funcionar en el entorno físico y mental que la sociedad ha construido.

Enfermedad y Discapacidad son dos condiciones distintas. Y a nadie le gusta que le califiquen como algo que no es. Tener una discapacidad significa tener una forma diferente de ser y/o funcionar. No equivale a “estar enfermo”. Y Antón está harto de oír a los niños decir que “está enfermo” para explicar su forma de ser y funcionar. Seguramente, esta actitud se deba a la influencia de padres bienintencionados que no han encontrado otra forma mejor de dar respuesta a los interrogantes de sus hijos acerca de las circunstancias de Antón: ¿por qué habla así? ¿por qué anda así? ¿por qué no puede jugar al fútbol? ¿por qué no sabe escribir con el lápiz? ¿por qué se utiliza pañal?… y tantos y tantos porqués.

Y lo más probable es que, además, esos adultos sientan y entiendan realmente su discapacidad como una enfermedad. Porque la forma en que se ha abordado hasta ahora la discapacidad, basada en la exclusión, la marginación o la pena, les ha impedido convivir y conocer a personas de estas características. Y porque el modelo médico está tan generalizado, que ha impregnado toda la sociedad y ha impuesto la definición de las personas con discapacidad como enfermos. Antes de la Era Antón, yo también pensaba así.

Carmen Saavedra

SIGNIFICADO DE DISCAPACIDAD

Bibliografía

– Kathie Snow: Disability is Natural. BraveHeart Press, 2001

– Javier Romañach y Manuel Lobato: Diversidad funcional, nuevo término para la lucha por la dignidad en la diversidad del ser humano.

–  Agustina Palacios y Javier Romañach: El modelo de la diversidad . Diversitas ediciones, 2006

Cookie Doodle. Aplicación para elaborar divertidas galletas

apps para niños

Pincha sobre la imagen para acceder a la App Store

Desarrollador: Shoe the Goose

Idioma: Inglés (no relevante)

Precio: 0,89 €

Categoría: Comidas

Cuando los amigos de mi hijo se pusieron en pie y empezaron a andar, correr, trepar, perseguirse y patear balones, él todavía permaneció unos años más en el suelo. Descubrí una forma infalible de sentar a esos niños para que volvieran a jugar con él, recurriendo a las benditas comiditas. Tan imprescindible como la merienda, las toallitas o el pañal, era salir de casa con nuestro set completo de cacharritos de juguete, a los que se fueron añadiendo envases de yogur, medidores de papilla, cucharillas de helado y todo cuanto fuera susceptible de servir de recipiente.

Las comiditas resultaron un estupendo medio de socialización. Niños de todos los colores y pelajes se sentaban con él para elaborar recetas a base de los ingredientes más insólitos: hierbas, piedras, arena, flores, palos, conchas… y hasta alguna colilla.

No sé si fue esto lo que fomentó su pasión por la cocina, o ya había nacido con un cocinero dentro, pero lo cierto es que a mi enano le encantan este tipo de aplicaciones. Del mismo modo que le sigue gustando, a día de hoy, jugar a las comiditas o se queda pegado al televisor cuando asoma por la pantalla algún cocinero. Sus ídolos no son Messi ni Ronaldo, sino Arguiñano, Sergio o José Andrés (aunque a bastante distancia de su abuela, líder indiscutible del colectivo).

Descripción: Si hoy es una de esas tardes de lluvia, en que tu hijos pueden acabar sacando cazuelas y sartenes para hacer mezclas imposibles, a base de macarrones o garbanzos aderezados con colacao y aceite, quizás sea un buen momento para probar esta aplicación. Os ahorrará varias horas de limpieza.

Cookie Doodle permite hacer galletas virtuales. Ofrece dos opciones: seleccionar entre diferentes masas ya elaboradas (instant) o realizar nuestra propia mezcla, a partir de las recetas propuestas (recipes). La segunda opción permite cascar y batir huevos, tamizar harina, cortar mantequilla, espolvorear cacao o exprimir naranjas, entre otras muchas actividades culinarias.

Una vez preparada y amasada la mezcla, disponemos de moldes y herramientas para darle forma. Y, tras su cocción en el horno virtual, tendremos la galleta lista para adornarla con todo tipo de glaseados (frosting), decoraciones de manga repostera (piping), espolvoreados (sprinkles) o golosinas (candies). Tenemos incluso la posibilidad de personalizarla con algún texto o añadir fotos de nuestra galería (tools).

Finalizada por fin la galleta, podemos comerla o bien guardarla en un tarro. Esta última opción nos conduce a una nueva actividad, donde podemos disponer la mesa con mantelería y vajilla de nuestro gusto, antes de servir y devorar nuestra creación.

Valoración: Esta es una de las apps más jugadas en nuestro iPad. Engancha a niños de todo tipo y edad, os sorprenderá lo que gusta incluso a los más mayores. Además de servir de mero pasatiempo, resulta también una herramienta interesante para trabajar otras materias de forma lúdica.

Elaboración de los alimentos. Permite iniciar al niño en ciertas nociones básicas de cocina y ayudarle a entender el proceso de elaboración de un plato: desde la receta en papel hasta llegar a la mesa, pasando por la manipulación y transformación de los ingredientes que lo componen.

Lecto-escritura: Una de las categorías de moldes que permiten dar forma a la galleta incluye letras y números. Es una excelente excusa para trabajar con los niños que se están iniciando en el reconocimiento de estos elementos. A aquellos otros que ya saben componer ciertas palabras, puede motivarles la opción que permite incluir algún texto en su pasta (tools). Es un recurso para trabajar y ejercitar la lecto-escritura de forma amena y con un objetivo práctico.

Combinación de colores: Las herramientas para glasear y espolvorear la galleta (frosting/piping) incluyen una interesante opción, que permite personalizar el color. El niño puede crear su propio pantone a partir de tres básicos, en función de la intensidad que aplique a cada uno de ellos. Permite comprender y visualizar el proceso implicado en la creación del color y cómo este se forma en base a determinadas combinaciones.

Pixlr-o-matic. Descubre al pequeño artista que tienes en casa

apps para niños

Pincha sobre la imagen para descargar esta app

Desarrollador: Autodesk

Idioma: Inglés (no relevante)

Precio: Gratuita (versión extendida: 0,89 €)

Categoría: Fotografía-Vídeo / Creatividad /Utilidades

Advertencia: Sólo válido para dispositivos que dispongan de cámara (no compatible con iPad1)

A pesar de que existen en el mercado incontables aplicaciones que permiten incorporar filtros y efectos especiales a nuestras fotos, esta que hoy reseñamos resulta muy sencilla de manejar para los niños. Además, su versión gratuita es más que suficiente para ejecutar auténticas obras de arte.

Nunca se me hubiera ocurrido relacionar esta app con el mundo de las actividades infantiles, a no ser por la anécdota vivida una noche de verano cuando salimos a cenar con otra familia amiga. Terminada la comida y concienciados ya de la imposibilidad (por experiencia) de disfrutar de una sobremesa relajada, mi hija se agenció con el móvil de su padre y salieron todos al patio que daba acceso al restaurante. No supimos de ellos hasta que el reloj nos advirtió de que resultaba el momento más que prudente para retirarse.

Mi hija jugó a ser directora de escena y fotógrafa, mientras su hermano y sus amigos posaron como modelos/actores. Sin ellos saberlo, convirtieron el móvil en un juguete y evitaron que se convirtiera (como suele ser habitual) en un instrumento de aislamiento a través de juegos, Tuenti y similares.

Pixlr-o-matic nos permitió disfrutar de una sobremesa tranquila y sosegada, el personal del restaurante seguro que agradeció enormemente la ausencia de nuestros enanos alborotando por el local y el resultado de aquella estupenda velada fueron, además, unas fotos maravillosas.

Os dejo aquí una muestra de la obra de nuestros pequeños artistas que, de estar firmada por Damien Hirst, colgaría de las paredes del Guggenheim, la Tate o el MoMA. De momento, se tienen que conformar con adornar la puerta de nuestra nevera.

Especial Bamba: aplicaciones para crear divertidas comidas y postres

Desarrollador: Mezmedia/Bamba

Idioma: sin audio voz

Precio:

Bamba Ice-Cream: Gratuita

Bamba Burger: Gratuita

Bamba Pizza: 1,79 €

Categoría: Comidas

apps para niños

Descarga a través de imagen

Bamba Burger

Descripción: Empezamos seleccionando el primero de los tres elementos del menú que vamos a preparar, compuesto por hamburguesa, patatas y refresco.

Hamburguesa: una vez escogido el tipo de pan, pasamos la mezcla de carne por la parrilla. A continuación, se añaden los ingredientes que la acompañarán. Podemos elegir entre los más convencionales (bacón, tomate, queso, ketchup) o añadirle también otros más extravagantes: rabos de pulpo, girasoles, gominolas, sardinas y ¡hasta papel higiénico!

Para acompañar, nada mejor que una ración de patatas que debemos pelar, cortar y freír. Conviene advertir a los niños que en la vida real no es aconsejable retirar las patatas del aceite hirviendo con las manos como en el juego (!!!).

En cuanto a la bebida, disponemos de surtidores que, además de los refrescos tradicionales, incluyen también elementos tan exóticos como zumo de calabaza, refresco de unicornio, sustancia de dinosaurio, batido de arco iris o granizado de araña.

Este tipo de aplicaciones se incluyen en esa categoría tan escasa que evita las temidas luchas de posesión por el iPad. Permite que varios niños puedan participar en el juego. Se puede considerar una forma evolucionada y digital del clásico “juego de tiendas”: los participantes se alternan en el rol de camarero/cocinero, mientras los demás ejercen de clientes. ¿Quién ha dicho que las nuevas tecnologías hayan acabado con el juego simbólico? Simplemente ha adoptado un envoltorio distinto.

El momento de pasar por caja para abonar la factura, supone una excelente excusa para practicar ejercicios simples de numeración, así como comprender la utilidad de las matemáticas en las cuestiones cotidianas.

Ya tenemos nuestro menú listo para devorar. No olvidéis abrir el paquete con el regalo sorpresa.

 

 

apps para niños ipad

Enlace a iTunes en imagen

Bamba Pizza

Descripción: Esta es la única aplicación de pago de las tres de las desarrolladas por Bamba que hoy reseñamos. Nuestra clientela está compuesta por cuatro personajes diferentes: Timmy, Peppi, el gigante peludo Sammy y François, el chef-robot.

Después de amasar y voltear la masa de la pizza (los efectos de esta última acción son especialmente reales), añadimos la base de tomate y ya la tenemos lista para agregar los más variados ingredientes. La aplicación cuenta con casi una treintena de tops. Clásicos y convencionales como champiñones, rodajas de tomate, queso, cebolla, bacon… Y también otros más excéntricos y extravagantes: gominolas y piruletas, pétalos de girasol, guindillas, tornillos, caracoles, arañas o alas de murciélago.

Tras hornear y trocear la pizza, la tendremos lista para servir a nuestro cliente y observar las reacciones que le provoca.

 

Bamba Ice-Cream

apps para niños

Descripción: Y de postre: ¡un helado!

Elige la opción que más te guste: tarrina o barquillo y añádele bolas de todos los gustos y colores, desde los ya clásicos (fresa, vainilla, chocolate o pistacho) hasta otros más disparatados: guindilla y anchoa o helado de alienígena, robot o dinosaurio.

Salón de belleza del Dr. Panda

aplicaciones infantiles

Descarga en iTunes App Store

Desarrollador: TribePlay

Idioma: sin audio voz

Precio: 1,79 €

Categoría: Ocio / Diseños

Descripción: Nuestro Panda aparece en esta ocasión reconvertido en estilista. La aplicación ofrece diferentes actividades: cortar, limar y pintar la uñas, afeitar, maquillar, aplicar mascarillas, diseñar bisutería, etc. Las combinaciones que permite y la variedad de estilos resultante es ilimitada.

El gabinete aparece dividido en tres ambientes: sala de espera para la recepción de los clientes, sauna y salón de belleza. Este último se distribuye, a su vez, en diferentes rincones (tocador para maquillaje, espacio para manicura y pedicura), incluye todo tipo de elementos y accesorios que se pueden encontrar en un gabinete de este tipo (incluidas revistas de moda y cotilleo), así como otros instrumentos más novedosos e innovadores como sillones de relajación vibratorios o maquillaje especial que brilla en la oscuridad, perfecto para una noche de discoteca.

Las ilustraciones están muy cuidadas y los efectos sonoros son realistas y motivadores. Cuenta con una interfaz sencilla y un diseño muy intuitivo que facilita la autonomía del niño a pesar de su aparente complejidad. Horas de diversión y entretenimiento garantizadas, libres además de esas temidas compras integradas.

El jardín del Dr. Panda

aplicaciones infantiles

Descarga app en iTunes

Desarrollador: TribePlay

Idioma: sin audio voz

Precio: 1,79 €

Categoría: Ocio

Descripción: Esta nueva app del Dr. Panda permite que el niño pueda conocer todos los elementos implicados en el cultivo de una cosecha: desde arar o sembrar, hasta regar, eliminar las malas hierbas o recolectar el fruto. Teniendo en cuenta lo difícil que resulta para niños de entornos urbanos familiarizarse con todo este proceso y con las herramientas e instrumentos implicados en el mismo, esta aplicación puede introducirles de forma práctica y amena en este mundo que les puede resultar muy lejano.

De todos modos, sería interesante poder visitar con ellos alguna de esas granja-escuela que proliferan en los alrededores de los grandes núcleos urbanos. Aquí pueden tener oportunidad de observar, aprender y poner en práctica algunos de los aspectos relacionados con el sector agrícola y ganadero. Todas ellas suelen contar con un programa de actividades que propician de forma lúdica la participación activa tanto en los procesos de cultivo, como en la transformación y elaboración de distintos productos agroalimentarios. Muchas de ellas facilitan, además, el contacto con diversos de animales de granja y la posibilidad de que los niños intervengan en su cuidado. Este tipo de actividades pueden resultar para la mayoría de niños urbanitas tanto o más divertido que una excursión al zoo o al parque de atracciones.

La guardería del Dr. Panda

apps para niños

Descarga versión lite en iTunes

Desarrollador: TribePlay

Idioma: sin audio voz

Precio: 1,79 €

Versión lite gratuita

Categoría: Ocio / Casitas

Descripción: Este juego reproduce una guardería virtual, donde el niño debe hacerse responsable del cuidado y del ocio de cinco pequeños animales (mono, oso, elefante, vaca y gato). La aplicación contiene infinidad de interacciones que ayudarán no sólo a fomentar la creatividad e imaginación del niño, sino también a promover su sentido de la responsabilidad. Consta de cuatro escenarios diferentes: parque exterior, sala de juegos, cocina y cuarto de la siesta. Todos ellos dotados de los elementos necesarios tanto para divertir y entretener a los cachorros, como para atender sus necesidades básicas de aseo, alimentación y descanso.

La guardería del Dr. Panda no deja de ser una versión digital del juego donde el niño simula ejercer el rol de profesor. Muchos padres han podido conocer a los profesores de sus hijos, sobre todo cuando son más pequeños, observando cómo les imitaban jugando, tanto para lo bueno como también para lo malo. Los niños son auténticas esponjas que absorben todo cuanto les rodea de forma asombrosa.

Enlaces:

La guardería del Dr. Panda (versión lite gratuita)

La guardería del Dr. Panda (versión completa 1,79€)

ESPECIAL DR. PANDA

aplicaciones infantiles

Aplicaciones del Dr. Panda

Desarrollador: TribePlay

Idioma: sin audio voz

Precio: 1,79 €

(algunos juegos disponen de versión lite gratuita)

Categoría: Ocio

La serie de aplicaciones protagonizadas por el Dr. Panda constituyen una versión digital de diferentes juegos simbólicos que suelen fascinar a los más pequeños: papás y mamás, profes, médicos, tiendas, cocinitas, camareros, etc. Esta imitación de situaciones de la vida real ayuda a los niños a asimilar su entorno, a entender mejor la estructura social en la que viven y sus normas, adaptarse a la realidad, reproducir estereotipos sociales, ponerse en el lugar del otro, expresar su personalidad y resolver situaciones hipotéticas que sirvan de aprendizaje para aquellas que deberán afrontar en el futuro de forma real.

La importancia de ejercitar el juego simbólico es enorme. Es por ello que la posibilidad de contar con muñecos virtuales resulta especialmente interesante para aquellos niños condicionados por las limitaciones de su motricidad fina, que les puede impedir el ejercicio de acciones o la manipulación de elementos implicados en este juego: alimentar, vestir/desvestir o a cambiar pañales a los muñecos, elaborar y servir comidas, adquirir o cobrar diferentes productos… y un sinfín de actividades que muchas veces requieren de una gran precisión manipulativa. Las apps del Dr. Panda permiten que prácticamente cualquier niño pueda desenvolverse en estos juegos de rol.

La mayor parte de estas aplicaciones cuentan con una versión lite gratuita, lo que resulta estupendo para probar la aplicación y determinar si nos gusta y la vamos a aprovechar, antes de realizar el desembolso que implica la versión íntegra del juego

En los próximos días las aplicaciones de Tribeplay protagonizadas por este simpático oso panda serán las protagonistas de nuestro espacio virtual.